La población venezolana presente en la frontera no ha experimentado mayor angustia por la tercera reconversión monetaria: el bolívar desde hace años dejó de circular en la zona. En su lugar, los habitantes han usado los pesos colombianos para realizar transacciones.
Este viernes entró en vigencia la tercera reconversión desde 2008 y en la frontera no ha habido mayor cambio. En municipios fronterizos como Bolívar y Pedro María Ureña no hay efectivo desde hace tiempo, por lo que la población no está preocupada por conseguir los nuevos billetes.
“Acá manejamos el peso colombiano. Es una moneda que hemos oficializado entre las comunidades. Hemos dejado a un lado nuestra propia moneda. Da tristeza, pero es así”, aseguró Flor Rodríguez, de 52 años, habitante del barrio Miranda, citada en una nota de La Nación Web.
La reconversión lo único que causó, según dicho medio, es la imposibilidad de vender los bolívares para conseguir los pesos colombianos. Los habitantes están esperando que ocurra el cambio en la cantidad de ceros para realizar las transacciones nuevamente.
“Desde el miércoles no se están haciendo estas ventas, pues quien compra los bolívares, por transferencia, no los está recibiendo; esperan la reconversión”, dijo Rodríguez.
En la zona reina el escepticismo: nadie cree que el bolívar vuelva a circular en la frontera.