Entre las aguas de Güiria y la playa de Chaguaramas, en Trinidad y Tobago, hay menos de 100 kilómetros que se han convertido en una vía de escape para los venezolanos. Pero, también, se convirtió en el escenario de una de las grandes tragedias de este año: el naufragio de dos embarcaciones desaparecidas.
Este fin de semana, la marea llevó a las costas 14 cuerpos. A 11 de ellos los trasladaron al muelle del puerto de Güiria a la morgue del hospital de Carúpano, el más cercano a este poblado. De acuerdo con el medio El País, el lugar se ubica a casi tres horas en carretera.
Entre los cadáveres habían cuatro hombres, cuatro mujeres y tres niños. La tragedia sacudió las redes sociales donde las fotos de los cuerpos descompuestos comenzaron a viralizarse. Alguno de los venezolanos, en especial en Güiria, empezaron el luto por el trágico suceso.
Residentes del lugar detallaron que el domingo 6 de diciembre dos embarcaciones llamadas Mi esperanza y Mi recuerdo, zarparon con más de 20 pasajeros. Las dos balsas se reportaron desaparecidas el mismo día.
Una semana después se reconoció el cuerpo de Gabriela Subero y se presumió que Mi esperanza fue la embarcación que tuvo problemas, ya que era donde ella viajaba. Algunos familiares esperaban en el muelle más noticias sobre los otros pasajeros pero las autoridades no les dicen nada.
Este fue el caso de Xioleimar Mata quien se acercó a la instalación para averiguar. “Hablé con la esposa de uno de ellos que está en Trinidad, pero allá las autoridades no les dan información. No saben nada. Ellos presumen que están presos, ojalá, y que no hayan naufragado”, reveló a El País.
La salida por Güiria se convirtió en la vía más económica y rápida para los migrantes venezolanos. Por 300 dólares por el viaje, los migrantes pueden escapar de la difícil situación en Venezuela. Una vez que llegan a Trinidad y Tobago, deben huir de la policía quienes han detenido y deportado a un centenar de personas.
Tanto Nicolás Maduro como el primer ministro trinitense Keith Rowley discutieron aspectos para facilitar la movilidad humana y la seguridad de los migrantes venezolanos. Sin embargo, el número de venezolanos deportados, presos o que terminan en trata de personas sigue en aumento.
Anteriormente, Rowley consideró “un asalto” la llegada de migrantes y refugiados a su país. Amenazó con más deportaciones para venezolanos sin papeles y para quienes, aún con estatus legal, colaboraran con ellos.
Tragedia constante
Lo ocurrido con los náufragos no es la primera vez que pasa. Anteriormente, Isidro Villegas también perdió a su hijo en uno de esos viajes en los que se sale de las costas de venezolana en busca de una vida mejor así sea como migrante ilegal. Su hijo, Andy, emigró a Trinidad y Tobago y regresó a Güiria en diciembre de 2018. El regreso era solamente para buscar a su familia e instalarse completamente en la isla.
Por problemas con los pasaportes, el joven, que hoy debería tener 33 años de edad, partió de vuelta a la isla el 16 de mayo de 2019 en el bote Ana María completamente solo. La embarcación desapareció sin dejar rastro.
Así como él hay un centenar de venezolanos que la Organización Internacional para las Migraciones reportó como migrantes desaparecidos en el Caribe en 2019.
“Esto es algo que no ha dejado de pasar, porque en Venezuela la gente está escapando. Hagas lo que hagas no te alcanzará siquiera para poder comer”, señaló Villegas quien ahora es parte de un comité para denunciar la presencia de redes de trata de personas en Trinidad y Tobago.
Se cree que algunos de los migrantes venezolanos que partieron de Güiria en Mi Recuerdo reportaron su llegada a tierra. Sin embargo, siguen desaparecidos. Los familiares descartan que los cuerpos hallados sean de alguno de sus familiares desaparecidos porque no concuerdan con sus características físicas.
Al parecer se trata de dos desgracias distintas que se cruzaron en las aguas de Boca de Dragón.
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