Los migrantes empezaron a hacer fila al amanecer. Después de viajar a Nueva York desde toda Latinoamérica, jóvenes y familias se dirigieron a una escuela primaria en Manhattan para ser recibidos, en español, por inmigrantes que los habían precedido.
La mayoría de los que los recibían eran venezolanos y muchos habían hecho el mismo viaje apenas unas semanas antes. Guiaron a los recién llegados a mesas cubiertas con ropa y zapatos, los conectaron con servicios legales o les ofrecieron un corte de cabello y comida caliente.
Yicel Rondón llegó a NY a principios de este año con su pareja y sus dos hijos, luego de huir de Venezuela y Colombia. “Vinimos aquí sin nada, solo la ropa que llevábamos puesta y nuestros documentos”, dijo.
El improvisado centro de bienvenida que funciona semanalmente en la cafetería de la Escuela Primaria Pública 20 Anna Silver en el Lower East Side se ha convertido en una de las primeras paradas para los nuevos migrantes mientras se orientan en un nuevo país. Muchos llegan con pocos vínculos con Nueva York y han terminado en refugios para indigentes, que las autoridades dicen que están rebasados.
La ciudad ha intensificado recientemente una campaña para alentar a los migrantes a dejar el sistema de refugios o salir de la entidad.
Pero el centro también es una señal de que algunas personas se están instalando y en algunos casos se están volviendo autosuficientes.
Antes de la última oleada, la diáspora venezolana en la Ciudad de Nueva York era diminuta, estimada en 21.000 en 2021, incluyendo unas 14.000 personas nacidas en Venezuela. En el último año y medio, el número aproximadamente se ha triplicado. Las autoridades han estimado que al menos 40.000 migrantes venezolanos han llegado a la Ciudad de Nueva York desde 2022.
Mientras que otros migrantes pueden tener un consulado al cual recurrir, los venezolanos no. Su consulado está cerrado, resultado de las malas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela.
Un centro para migrantes
La ciudad abrió un centro de admisión en el Hotel Roosevelt en Midtown a principios de este año para ayudar a colocar a los migrantes en refugios y conectarlos con los servicios, meses después de que la ciudad declaró una crisis. La Administración del Alcalde Eric Adams creó en junio un programa de asistencia para las solicitudes de asilo. Ayudó a migrantes a completar más de 5.600 solicitudes para mediados de octubre, dijeron las autoridades.
Pero la ciudad ha recibido más de 130.000 recién llegados y sus necesidades son enormes. Diversos grupos de voluntarios y organizaciones sin fines de lucro también han proporcionado donativos de ropa y otro tipo de asistencia. Pero los migrantes que intentan solicitar asilo o protección contra la deportación necesitan ayuda para reunir documentos y sortear un complejo proceso judicial.
Desde julio de 2022, Jesús Aguais y su organización sin fines de lucro, Aid for Life, han intentado llenar los vacíos. Aguais, venezolano, tiene décadas establecido en NY. Su organización surgió de una organización hermana, Aid For AIDS, que él creó en 1996 para proporcionar medicamentos antirretrovirales gratuitos a personas con VIH en Latinoamérica.
“Comenzamos brindando nutrición a los venezolanos con la emergencia humanitaria venezolana”, dijo. “Luego nos expandimos a los migrantes. Todo está vinculado. Los ayudamos en Venezuela, luego en Colombia, luego en Perú, luego en Panamá y ahora en Nueva York”.
Además de las jornadas semanales, Aid For Life realiza talleres legales que explican el proceso de asilo y tiene clínicas con asistentes legales venezolanos voluntarios.
Las jornadas han atendido a más de 20.000 migrantes, dijo.
La voluntaria Selitza Castro, de 51 años de edad, voluntaria, explicó que ha venido todas las semanas desde que llegó el año pasado. Hace unos meses dejó un refugio y se mudó a un departamento de renta en Brooklyn.
“Quienes tenemos un poco más de tiempo aquí estamos un poco más establecidos, no mucho, pero un poco”, dijo Castro. “Nos sentimos como una familia, ayudando a otros que han llegado más recientemente”.
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