Un reto viral, el rompecráneos, de la nueva red social Tik Tok es perfecto para describir por qué se debe crear conciencia en torno al trastorno cráneo-encefálico. El juego consiste en que dos adolescentes halan los tobillos de un tercero que está en el centro, haciendo que caiga hacia atrás y se golpee en la parte trasera del cráneo mientras se graban y obtienen likes como un acto de valentía.
Sin embargo, un golpe de esta envergadura puede resultar en un traumatismo abierto o cerrado que constituya una lesión que puede devenir en un problema de salud mental.
Desde siempre, los varones de primaria han presentado predominio de traumatismos frontales abiertos, hospitalizaciones breves o intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, a partir de este juego rompecráneos los estudiantes de secundaria se han sumado al reto sin saber que esta es la causa más común de muerte y discapacidad en personas jóvenes.
El TCE es una lesión al cerebro, no de naturaleza congénita o degenerativa, sino causada por una fuerza física externa, que puede provocar una disminución del estado de conciencia y que conlleva a alteraciones de las habilidades cognitivas, del funcionamiento físico, del comportamiento y dirección emocional que pueden causar discapacidad, desajuste psicosocial, de carácter temporal o permanente.
El daño que sufre el cerebro de un paciente con TCE después de un traumatismo se debe, por una parte, a la lesión primaria (contusión) y a la lesión secundaria (edema, hemorragia, aumento de la presión en el cráneo, etc.) que se desarrolla a raíz de la lesión primaria durante los primeros días del golpe y puede conllevar graves consecuencias en el pronóstico funcional.
Rusdeiba Agelvis, profesora en Neurociencias de la Universidad Monteávila, especialista en Trastornos del Desarrollo Infantil y Directora del Centro Terapias del Desarrollo en Caracas, menciona, en una nota de prensa, algunas de las consecuencias del juego rompecráneos:
- Alteración de la conciencia, el coma; cuya intensidad y duración será variable y, en algunos casos, puede prolongarse durante meses, lo que conlleva a importantes consecuencias a largo plazo.
- Inhibición gradual de las funciones cerebrales al consumir alcohol, afectando en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos de pensamiento y el juicio.
- A nivel psiquiátrico podría generarse depresión, ansiedad, trastorno por estrés post traumático, psicosis, abuso de sustancias.
- Golpes a nivel del lóbulo frontal: Desencadenan incapacidad para tener atención, formular objetivos, planificar, organizar y conseguir un propósito (realizar y controlar).
- Presentan problemas para establecer nuevos repertorios conductuales; velocidad del procesamiento de información.
- Aparecen dificultades en la flexibilidad mental, y de tener gran impacto en el lado izquierdo podría perder el habla.
- Golpes a nivel del lóbulo temporal: Ocasiona severas consecuencias en realizar análisis, síntesis, codificación y almacenamiento de la información (memoria visual, verbal disminuida).
- Si las convulsiones son resultado de un daño en el área del lóbulo temporal del sistema límbico, puede que la persona afectada no sea capaz de controlar sus sentimientos o de pensar con claridad.
- Pueden alucinar olores desagradables que no existen.
- Algunas veces, estas convulsiones provocan cambios en la personalidad, tales como falta de humor, religiosidad extrema y obsesión.
- Golpes a nivel de lóbulo parietal: En el lóbulo parietal izquierdo incluye síntomas como la acalculia (incapacidad adquirida a la hora de realizar cálculos), la confusión entre izquierda y derecha y dificultad a la hora de escribir (agrafia).
- Cuando ambos se lesionan se afecta a la percepción y a la capacidad psicomotriz.
- Golpes en el lóbulo occipital: Pueden causar alucinaciones e ilusiones visuales. Si se lesionan ambos lados del lóbulo occipital, la persona afectada no puede reconocer objetos con la vista aunque sus ojos funcionen con normalidad. Este trastorno se llama ceguera cortical.
- Golpes en el cerebelo: alteraciones en el habla, estabilidad postural, marcha, coordinación motora, propiocepción, tono y sensibilidad.
Agelvis asegura que el Día de la Toma de Conciencia sobre el Traumatismo de Cráneo que se celebra el 20 de marzo puede servir para entender cómo esta lesión afecta en mayor medida a los jóvenes con condiciones especiales que están escolarizados regularmente, ya que son más vulnerables a caer en los juegos por sus respuestas tardías de defensas con sus manos. Un cerebro que funciona diferente puede sufrir daños mayores y más cuando no hay un diagnóstico previo.