Nicolás Maduro rindió cuentas este lunes ante la Asamblea Nacional de 2020 en su acostumbrado «mensaje anual a la nación», un discurso en el que, durante cinco horas, hizo anuncios salariales y sociales, presentó datos económicos y lanzó nuevas acusaciones de conspiración en su contra.
Usando como bandera la recuperación que, dijo, vivió el país durante 2023, Maduro expuso ante parlamentarios, diplomáticos y representantes de los poderes del Estado cifras que calificó como muestras de este avance y de los «grandes triunfos», pese a los problemas que -admitió- «aún existen».
El oficialista aprovechó para denunciar que las sanciones internacionales aplicadas al país en los últimos nueve años han causado un «genocidio económico», por el que responsabilizó a Estados Unidos y a opositores locales.
La economía
Según Maduro, el producto interno bruto (PIB) tuvo un crecimiento «integral» en 2023 que «superó» el 5%, lo que catalogó como «el mayor crecimiento de América Latina y el Caribe», aunque no precisó el porcentaje de mejora.
Asimismo, celebró haber desacelerado la inflación -que cerró 2023 en 189,8%- y la devaluación de la moneda local frente al dólar estadounidense -que fue de 51,18%-, divisa que se usa para calcular las tarifas de bienes y servicios en el país.
De acuerdo con sus números, para el país se proyecta un crecimiento del PIB del 8% en 2024, cuando espera que la nación vuelva a liderar el crecimiento de la región.
Los salarios
Maduro anunció a los trabajadores públicos un aumento de 30 a 60 dólares de una bonificación mensual que reciben en bolívares al cambio oficial y que eleva de 70 a 100 dólares el denominado «ingreso mínimo integral indexado» (IMII), que incluye otro bono, de 40 dólares.
Sin embargo, ninguna de estas bonificaciones genera pasivos laborales.
Para el oficialista, esta especie de subsidio sobre el salario ha demostrado ser «un mecanismo exitoso», si bien en el país persisten las protestas por salarios dignos, pues el monto sigue fijado por el Ejecutivo en 130 bolívares desde marzo de 2022, lo que equivale hoy a unos 3,6 dólares mensuales.
Afirmó que el anuncio es solo «un primer empuje» a esta remuneración, en un año en el que prevé aplicar otras mejoras salariales y para cuando están previstas las elecciones presidenciales.
Ámbito internacional
Maduro usó el estrado del Parlamento para dirigir mensajes a algunos de sus homólogos en la región y ratificar sus posturas en asuntos internacionales, como la solicitud del cese el fuego en la Franja de Gaza y su denuncia a Israel, al que ve como un «Estado genocida».
Primero, se refirió al mandatario argentino, Javier Milei, a quien calificó como un «error fatal» en la historia de su país y de América Latina, debido a sus políticas económicas, especialmente por eliminar ministerios y reducir el tamaño del Estado.
Maduro insistió en que la línea marcada por su par argentino «no es el camino» a seguir y que, en cambio, en Venezuela seguirá «defendiendo la necesidad de un poderoso Estado social, de justicia y de derecho».
Posteriormente, ofreció a su homólogo ecuatoriano, Daniel Noboa, asesoría en materia penitenciaria para controlar la ola de violencia desatada recientemente en esa nación.
Además, le sugirió no buscar apoyo en Estados Unidos, pues cree que una eventual instalación de bases militares del país norteamericano en Ecuador violaría la soberanía regional.
Conspiraciones y culpables
Según Maduro, en 2023, las autoridades desmantelaron cuatro conspiraciones golpistas que incluían planes para asesinarlo, cuyos autores, de los que no precisó sus identidades, ya fueron detenidos.
El dirigente oficialista entregó al presidente de la Cámara, el chavista Jorge Rodríguez, un expediente con «pruebas, grabaciones y testimonios» que demuestran cómo «civiles y militares» están involucrados en estos planes.
Además, como en años anteriores, cargó a EE UU la responsabilidad en las dificultades económicas y políticas que ha atravesado su mandato y acusó a la nación norteamericana de lanzar «miles de bombas» contra su gobierno.
A su juicio, Estados Unidos «todos los días viola los derechos humanos» de Venezuela, al mantener vigentes las sanciones, si bien algunas fueron flexibilizadas en el último trimestre del año pasado, gracias a un proceso de negociación entre ambos países, que no tienen relaciones formales desde 2019.