Citgo es una pieza fundamental para la recuperación económica y humanitaria de Venezuela. Sin embargo, la empresa se encuentra a pocos meses de caer en manos de terceros.
La filial estadounidense de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) es una de las más importantes del país y la que más problemas legales presenta. Por un lado, Nicolás Maduro reclama el control de nuevo de Citgo, que quedó a cargo del líder opositor Juan Guaidó cuando Estados Unidos lo reconoció como presidente interino del país.
Por otro lado, Guaidó, como encargado, no ha podido resolver las amenazas de los acreedores por causa de las sanciones económicas impuestas contra Maduro y la congelación de las cuentas. La esperanza es que cuanto antes se encuentre la manera de evitar que Citgo caiga en manos de terceros y perder el lucrativo negocio de refinación de Pdvsa en Estados Unidos.
Los bonos de Pdvsa
Fue en 2016 cuando Maduro decidió emitir 1.400 millones de dólares en bonos para refinanciar la deuda de Pdvsa sin la aprobación del Parlamento. En ese entonces se ofreció, como garantía, acciones de Citgo que inmediatamente Wall Street reaccionó a la decisión y compró los bonos.
El economista Francisco Rodríguez, director de la organización Petróleo para Venezuela, explicó, reseñado por el medio El País, que ese año el mercado no veía en Venezuela una dictadura. “Estaban viendo a un gobierno impopular que muy posiblemente iba a salir a través de un proceso electoral”, asegura Rodríguez. Por ello, se decide la compra de los bonos como una apuesta por el cambio y el futuro al que aspiraba el país con la salida de Maduro.
Sin embargo, el cambio nunca llegó: se instaló la asamblea nacional constituyente sin la participación de la oposición. Los hechos desembocaron en sanciones por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Se decide congelar los activos de Maduro, quien volvió a resultar electo en comicios presidenciales de 2018 considerados fraudulentos.
El hecho, calificado además como un proceso sin transparencia ni legitimidad, trajo consigo más sanciones: se sancionó a 78 venezolanos asociados con Maduro. Las restricciones complicaron aún más el pago de los bonos solicitados para refinanciar la deuda de Pdvsa, y aun así Maduro logró cumplir con los pagos de los intereses hasta finales de 2018.
Ante la situación de fraude electoral, Guaidó se declara presidente encargado del país, amparado por la Constitución. Estados Unidos, en ese entonces liderado por Donald Trump, lo reconoce en el cargo y, por ende, lo considera representante de las empresas de Venezuela.
Como le es imposible pagar las deudas porque las cuentas continúan bloqueadas por las sanciones, Guaidó recurre a una corte en Nueva York y pide la cancelación de los bonos. La jueza falló en su contra, pues según las leyes de la ciudad en donde se emitieron los bonos la emisión fue legal. Esto llevó a Guaidó y a la junta directiva de Citgo a la Corte de Apelaciones, que no ha dado una respuesta.
Los bonistas y acreedores
Mientras se dan los trámites legales, los bonistas, entre los cuales se encuentran bancos de inversión y fondos internacionales, ya tienen licencia para ejecutar 49% de las acciones de Citgo; es decir, pueden cobrar lo que se les debe por falta de pago.
Es entonces que, para evitar que Guaidó pierda a Citgo, el gobierno estadounidense aprueba una suspensión temporal de su licencia, con el fin de darle a la Corte de Apelaciones más tiempo. La suspensión ha sido renovada temporalmente hasta el 21 de octubre de este año.
Hasta esa fecha Venezuela tiene chance de negociar con los bonistas o hallar la forma de pagarles. Sin embargo, la primera opción quedó descartada porque varias veces se intentó negociar el asunto con los acreedores pero las conversaciones no dieron buenos resultados.
El futuro de Citgo y, por ende, de esta fuente de ingresos y divisas que tanto necesita Venezuela, está en manos de la Corte de Apelaciones.
Por eso una primera reunión entre chavismo y oposición se vuelve, de repente, clave para Citgo, pues uno de los temas en la agenda es resolver el destino de los activos del país. Si se llega a un equilibrio con el proceso de diálogo actual, se podría considerar como posible algún tipo de acuerdo con los acreedores y recuperar parcialmente la filial estadounidense de la empresa estatal Pdvsa.
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