La abogada Linda Loaiza, defensora de los derechos humanos, exigió justicia en el caso de Morella, la mujer que estuvo secuestrada durante 32 años en Maracay, estado Aragua.
Loaiza es conocida como la primera víctima de violencia de género que presentó su caso contra el Estado venezolano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En su caso, la raptó Luis Carrera Almoina, el monstruo de Los Palos Grandes, el 27 de marzo de 2001. Su captor la torturó y abusó sexualmente de ella. Además, le causó heridas tan graves que estuvo recluida cinco meses en el Hospital Universitario, sometida a tratamientos, cirugías reconstructivas y atención psiquiátrica.
La abogada denunció que en Venezuela la sociedad aún invisibiliza los casos de violencia contra la mujeres.
«Todas vivimos en una sociedad que nos invisibiliza, una sociedad que, al escuchar gritos de terror en viviendas vecinas, no denuncia, no presume que algo no está bien. Una sociedad que no solo permite que nos ataquen, sino que, además juzga y revictimiza dando paso a la impunidad», escribió Loaiza en un comunicado.
Se solidarizó con Morella y con todas las víctimas, que al igual que ella han sido víctimas de violencia de género.
Hizo un llamado al Estado venezolano para que no ignore las denuncias de las víctimas y cree espacios seguros para esas personas.
Rechazó que la sociedad busca la forma de justificar los delitos de los que son víctimas las mujeres.
Invitó a las autoridades a descargar todo el peso de la ley contra Mathías Salazar, responsable del secuestro y tortura de Morella.
Morella escapó el 24 de enero del apartamento donde estuvo cautiva los últimos 18 años. Se dirigió a las oficinas del Instituto Nacional de la Mujer en Maracay, donde los primeros funcionarios que la atendieron no creyeron su historia. Afortunadamente, la directora de la organización la escuchó y se dio cuenta de que no mentía.
La Asamblea Nacional exigió al Poder Judicial que el caso no quede impune y que a Salazar lo condenen de acuerdo con la gravedad del delito que cometió.