Tras años de insistencia, el gobierno venezolano logró finalmente la liberación del colombo-venezolano Alex Saab. Una solicitud ante Estados Unidos que no solo fue motivo de disputas diplomáticas, sino que llegó a paralizar en su momento el proceso de negociación entre el chavismo y la oposición.
A simple vista, parece una gran victoria para Nicolás Maduro y una –aunque en menor medida- para Joe Biden, quien logró el regreso a casa de 10 ciudadanos que estaban presos en Caracas. Pero, aún es muy pronto para mirar las implicaciones de este canje, que también dio libertad a unos 17 venezolanos.
La oposición en Venezuela ha sido cautelosa al emitir comentarios públicos. De manera off de record aseguran que hay frustración, no solo porque las negociaciones han sido directamente Biden-Maduro, sino porque la liberación de Saab es un duro golpe para los adversarios del régimen, quienes apostaban a que el “testaferro” del mandatario venezolano fuera una pieza clave para un proceso judicial que terminara con el cambio de Gobierno de Caracas. Aunque esto finalmente no ocurrió.
“Para el gobierno de Venezuela era extremadamente importante anotarse un éxito de fin de año debido al apagón informativo que sufrió después de lo que ocurrió en la isla de San Vicente y las Granadinas al no poder aplicar los resultados del referendo y no poder ejercer ningún tipo de coerción sobre la República Cooperativa de Guyana”, dice a EL TIEMPO el politólogo Daniel Arias.
Para el analista, si bien es entendible el desánimo y la sorpresa en la oposición, hay que mirar más allá y entender que al igual que ocurrió con las primarias que fueron un “éxito” producto del Tratado de Barbados, “mantener a Maduro dentro de la ruta electoral es lo más importante para el gobierno de los Estados Unidos y en este sentido, si logran la habilitación de María Corina Machado eso sería un cierre de fin de año muy exitoso para la oposición”.
Esto se debe que mientras Saab aterrizaba en Caracas en la tarde de este miércoles a las 3:30, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenaba a la Contraloría General de la República revisar la demanda de Machado sobre su inhabilitación, la cual fue interpuesta gracias a un acuerdo entre Caracas y Washington.
El cambio de postura de EE UU
Hasta hace unos meses, Estados Unidos mantenía de manera pública su postura de no liberar a Saab, acusado de corrupción y de colaborador de Maduro, quien en varias oportunidades pedía su liberación. Era tanto el empeño por la defensa de Saab que su esposa, Camila Fabri, fue incorporada a la mesa de negociación del chavismo y la oposición.
Para el opositor en el exilio, Ramón Muchacho, no deja de resultar paradójico que Alex Saab, quien según los documentos judiciales de su detención fue colaborador en secreto de la DEA durante un año, “ayer era esperado en alfombra roja por Cilia Flores en Maiquetía y luego recibido como un héroe en Miraflores”.
Juan González, asesor de Biden, declaró siempre que Saab cooperó y compartió información con Estados Unidos“durante los tres años que estuvo preso” en Florida, una declaración que fue negada siempre por Caracas.
En Miraflores lo esperaban Maduro, Nicolás Maduro Guerra y otros funcionarios del gobierno. El abrazo y la alegría de todos era evidente. Los rostros de Saab y Maduro eran de esos viejos conocidos que se vuelven a encontrar. Fabri y los hijos del denominado diplomático también estuvieron con él.
Saab lucía bastante mayor y con sobrepeso, diferente al hombre que fue detenido en 2020 en Cabo Verde, país en el que -según su defensa- fue “torturado”.“Bienvenido Álex Saab Moran, de tus día de dolor, de persecución contra ti y tu familia”, dijo Maduro en Miraflores.
Saab respondió: “Me siento orgulloso de servirle al pueblo de Venezuela, y de servirle a este gobierno. Un gobierno humano, un gobierno leal”.
Para Mariano de Alba, asesor senior de la consultora Crisis Group, “todavía no hay suficiente información para evaluar con propiedad lo que acordaron Washington y Caracas, incluyendo que se desconoce cuántos presos políticos serán finalmente liberados y si la entrega de Saab supondrá concesiones adicionales por parte del gobierno de Maduro”.
De Alba resaltó que María Corina Machado hasta hace poco fue una voz muy crítica con la política exterior de Biden con respecto a Venezuela y que ahora, a través de un comunicado, dice que se ha “involucrado” en la negociación complementaria entre EE. UU. y Maduro “para contribuir a que se logre el objetivo de unas elecciones libres”.
Y es que Machado, si bien no se refirió de manera directa a la liberación de Saab, alegó que la liberación de estos «presos políticos» fue un «episodio dentro» de una «ruta en construcción» hacia unas elecciones presidenciales «libres y justas», a las que «el régimen» -en referencia al gobierno venezolano- «aún se resiste porque se sabe perdido».
La postura de la oposición con la liberación de Alex Saab
Lo cierto es que los partidos opositores de Venezuela Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ) condenaron este miércoles la liberación en Estados Unidos del empresario colombiano Alex Saab -reconocido por el Gobierno como un diplomático-, a quien las formaciones ven como un «delincuente».
VP, el partido venezolano fundado y liderado por el opositor Leopoldo López, lamentó que con esta liberación «no hayan sido cumplidos» los compromisos establecidos entre el Gobierno y la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) en octubre pasado, cuando firmaron un acuerdo en Barbados.
«No podemos avalar de ninguna manera la liberación de Alex Saab, uno de los mayores responsables de la emergencia humanitaria y del saqueo a nuestro país (…) Saab no es un preso político, es un delincuente que ha causado un daño incalculable a nuestro país», expresó la formación a través de X (antes Twitter).
ANA MARÍA RODRÍGUEZ BRAZÓN
CORRESPONSAL EL TIEMPO