Nicolás Maduro ha prometido nuevas misiones para este año -cuando el país celebrará elecciones presidenciales-, un anuncio que analistas ven como una estrategia ya conocida del chavismo que, como en el pasado, usa estos programas de ayuda social como «brazo político» para recobrar fuerzas antes de medirse en las urnas.
El sociólogo y director de la ONG Laboratorio de Paz, Rafael Uzcátegui, explicó a EFE que desde que Hugo Chávez (1999-2013) «descubrió que estas políticas sociales, denominadas ‘misiones’, eran una manera de volver a reconectar» con los votantes, han sido usadas y explotadas en períodos electorales, algo que ha sostenido Maduro durante sus casi 11 años en el poder.
El especialista aseguró que organizaciones como Provea, de la que también es parte, han comprobado cómo estos programas de acceso a vivienda, alimentación, salud o transporte se han convertido en bases de datos «para identificar las preferencias políticas» de los beneficiarios, así como «para presionar» a estas personas a favor del chavismo a través de «mecanismos de control y coerción».
Misión política
Nacidas en 2003, un año marcado por la pugna electoral previa a un referendo presidencial, las misiones se convirtieron en los planes con los que el Ejecutivo se acercó a los problemas de la ciudadanía y con los que aún hoy busca «conexión con sus bases» para «solidificar su popularidad», explicó Uzcátegui.
Con este planteamiento coincide el politólogo y director de la ONG Convite, Juan Francisco Cabezas, quien estudió el funcionamiento de estos programas que -señaló- casi siempre son lanzados en tiempos de campañas políticas y que permiten al gobierno manejar a discreción recursos y acciones que luego muestra como gestión pública.
Explicó que, desde sus inicios, estas políticas han tenido «un paralelismo» frente al rol de las instituciones y viven su «efervescencia» previo a procesos electorales, tras lo cual pasan a un «limbo» en el que hay poca información sobre la continuidad del programa y sus resultados.
«Las misiones -más de una treintena en los últimos 20 años- han sido un brazo para tratar de promover gestión, pero utilizando lo social como medio, no como fin», aseveró el especialista, quien insiste en que el objetivo es, por encima de todo, político.
Estrategia repetida
Ambos activistas coinciden en que la falta de continuidad de estos programas, así como la «poca transparencia» en cuanto al uso del dinero público y sus resultados, demuestran que se trata de planes creados para apalancar el respaldo popular.
Uzcátegui afirmó que misiones como ‘Barrio Adentro’, que consistía en un plan de salud comunitario, o ‘Mercal’, para ofertar alimentos a bajo costo, fueron exitosas durante años y cumplieron el objetivo de acercar el Gobierno a la gente, pero cree que la corrupción y el desmantelamiento de estos programas ha mermado la confianza de los venezolanos sobre la efectividad de estos mecanismos.
A su juicio, estos planes ya no generan la fidelidad electoral de años anteriores, algo en lo que el chavismo difiere en la práctica, pues prepara un respaldo masivo a las misiones anunciadas por Maduro este mes, con las que espera ayudar a la juventud, garantizar «la igualdad» y promover la cultura, aunque aún no está claro el alcance estas nuevas ideas.
«Hay una actuación pragmática de la gente», pues «reciben cualquier cosa que le puedan dar, pero, como hemos visto en los últimos hitos electorales, eso ya no está siendo tan eficaz para inducir el voto», reiteró Uzcátegui, basado en comicios como las primarias opositoras del 22 de octubre, cuando 2,5 millones de personas votaron para escoger a un candidato presidencial para 2024.
Por su parte, Cabezas señaló que aunque Maduro ha creado «programas paraguas» para institucionalizar estos planes, como las bases de misiones desplegadas por las comunidades para la ejecución de estos proyectos, persiste una «falta de articulación» para su sostenibilidad y mejor rendimiento.
Mientras proliferan estas misiones, la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por una universidad venezolana, muestra que en el país se ha ampliado la brecha de ingresos entre las personas de clases media y alta respecto a los más pobres, a quienes están dedicadas la mayoría de las misiones.