Más de 400 fotos del asesinato de Óscar Pérez y su equipo fueron presentadas ante la Corte Penal Internacional el 9 de noviembre de 2019. El diario español El Mundo reveló un mes después algunas de estas pruebas que confirman las ejecuciones extrajudiciales ocurridas el 15 de enero de 2018, hace tres años.
Funcionarios policiales del régimen de Nicolás Maduro y colectivos del chavismo emboscaron a Pérez, exfuncionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, y a otras seis personas en un chalet ubicado en El Junquito, Caracas.
En sus últimos minutos de vida, el propio Pérez transmitió en directo los momentos en los que estaban siendo atacados él y sus compañeros. También dio a conocer en vivo su rendición y trató de negociar su entrega, que no fue aceptada. En las fotos publicadas por el diario español se observa que recibió disparos en el cuello y la cabeza.
Sus compañeros Abraham Agostini, Daniel Soto, José Díaz, Abraham Lugo, Jairo Lugo y Lisbeth Ramírez también recibieron tiros en la cabeza, además de la espalda y el pecho.
“Los liquidaron”, dijo la fiscal general en el exilio Luisa Ortega Díaz a El Mundo para esa publicación. La funcionaria fue la encargada de presentar la denuncia ante la Corte Penal Internacional en noviembre de 2017 y la amplió en marzo de 2018.
Ortega Díaz había calificado de exagerado el despliegue militar en el que asesinaron a Pérez: intervinieron más de 500 agentes policiales y se utilizaron helicópteros, lanzacohetes, granadas y fusiles. Estas afirmaciones se sustentarían además en las condiciones en las que quedó la casa donde el piloto estaba refugiado.
Pérez se hizo conocido en julio de 2017 cuando se rebeló al régimen de Maduro en medio de las protestas en contra del régimen que dejaron más de 100 muertos en el país. Lanzó, junto con otros militares sublevados, varias granadas hacia la sede del Tribunal Supremo de Justicia desde un helicóptero del Cicpc.
Después de esta acción que dejó algunos daños materiales, y ya en la clandestinidad, el exagente asaltó en diciembre de ese mismo año un cuartel militar del que se llevó armamento, un operativo que tampoco dejó víctimas fatales. Grabó una serie de videos que colgó en las redes sociales en los que pedía un alzamiento popular contra el régimen.