El diario español El Mundo reveló este viernes parte de la correspondencia de Raúl Morodo, quien fue embajador de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela, con altos funcionarios chavistas.
El contenido de las cartas fue entregado por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal al Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional en un extenso informe. En ellas, reseñó El Mundo, el funcionario les pedía negocios millonarios para su hijo Alejo.
En una de las misivas, Morodo se dirigió a Delcy Rodríguez como «querida gacela».
En otra carta, según El Mundo enviada en febrero de 2011 a Temir Porras, ex viceministro de Relaciones Exteriores, dice: «Te voy a pedir un favor, que apoyes un proyecto de cine. Ya fumaremos con los amigos un buen veguero de Vuelta Abajo».
Un año después, de acuerdo con el medio, le pidió a Rafael Ramírez, exministro de Energía, que atendiera a directivos de Galp, empresa en la que trabajaba su hijo Alejo como asesor jurídico: «Te agradecería, querido Rafael, que hicieses un hueco en tu apretada agenda».
Investigación contra Raúl y Alejo Morodo
En 2019, la policía española allanó varias propiedades vinculadas al exembajador y realizó cuatro arrestos como parte de la investigación sobre el presunto lavado de aproximadamente 4,5 millones de dólares de la petrolera estatal Pdvsa.
Para el momento, los agentes detuvieron a Alejo y a otras tres personas como parte de la investigación abierta en la Audiencia Nacional, que calcula en casi 5 millones de dólares el dinero cobrado de la petrolera por Raúl Morodo de manera irregular.
A los investigados también se les atribuyó delito de blanqueo de dinero procedente de corrupción en las transacciones comerciales internacionales, así como falsedad documental y delito fiscal.
El exdiplomático, principal imputado en el caso, no fue arrestado debido a su avanzada edad. En la operación también se practicaron ocho allanamientos, incluidas las oficinas en Madrid del que fue embajador de España en Venezuela entre 2004 y 2007.
Los investigadores sospechan que el dinero irregular que «lavó» Morodo de falsos contratos con Pdvsa lo remitió a España con la excusa de que eran honorarios profesionales y mediante un complejo conglomerado de empresas, fondos que luego blanqueó con inversiones inmobiliarias.
Dos años después, en mayo de 2019, el anterior instructor de la causa, Santiago Pedraz, acordó imponer al exembajador la obligación de comparecer semanalmente en sede judicial y la prohibición de abandonar España. El mismo destino tuvo Alejo, que tras prestar declaración quedó en libertad con el pasaporte retirado y la obligación de comparecer cada semana ante las autoridades.
Padre e hijo se acogieron a su derecho a no declarar
En septiembre pasado, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1 abrió su ronda de declaraciones con Raúl Morodo, su hijo Alejo, la exesposa del primero Cristina Cañeque y la esposa del segundo, Ana Catarina Varandas.
Las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press aseguraron que padre e hijo se han acogido a su derecho a no declarar, mientras que Cañeque y Varandas solo contestaron a las preguntas de sus abogados para desvincular su situación económica de los Morodo.
El juez de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal volvió a convocar al exembajador, junto a otra veintena de personas, entre imputados y testigos, a petición de la Fiscalía Anticorrupción, que quería interrogarles sobre la documentación bancaria obtenida tanto de entidades españolas como extranjeras y sobre los archivos incautados en algunos registros.
Los investigadores señalan que los Morodo habrían recibido más de 4,5 millones de euros de Pdvsa «carentes de justificación real y lógica comercial». La Fiscalía apuntó que estos hechos podrían ser constitutivos de delitos de blanqueo de capitales, corrupción en las transacciones comerciales internacionales, falsedad documental y contra la Hacienda Pública.