La necesidad obliga a los sectores populares de Caracas a mantenerse en las calles, pese a la cuarentena implementada por Nicolás Maduro desde el 13 de marzo.
Comprar alimentos, medicinas, y productos de higiene y limpieza son algunos de los principales motivos para incumplir la medida tomada por el régimen chavista para frenar la propagación del coronavirus en el país.
En el territorio nacional hay al menos 106 casos confirmados, según lo dicho por Maduro en cadena nacional.
La necesidad aprieta
En un recorrido realizado por Propatria, Pérez Bonalde y la avenida Morán, en la Parroquia Sucre, y por la parroquia La Vega, en el municipio Libertador, El Nacional pudo constatar la afluencia de ciudadanos en las calles.
Caminando de manera apresurada, con tapabocas -en ocasiones portando collarín- y, en algunos casos, guantes, los caraqueños van realizando sus compras.
Comparan precios de los pocos buhoneros que burlan las medidas del régimen, de los locales de alimentos y productos de higiene y limpieza, y de abastos.
Las colas en charcuterías, carnicerías y distribuidores de víveres y productos de limpieza superan en algunos casos las 10 personas. Ninguna de ellas cumple con el metro de distanciamiento recomendado por la Organización Mundial de la Salud para prevenir el contagio de covid-19. Pura necesidad, argumentan.
«Señores, se les recuerda el metro de distancia necesario», señaló un hombre de aproximadamente 50 años de edad en un abasto ubicado al lado del Centro Diagnóstico Integral Fundación del Niño, en la parroquia Sucre.
Las personas se separaron un poco, y se colocaron al lado de los números que identifican los puestos, pero a los pocos minutos se volvieron a juntar.
Una de las mujeres que hacía la fila para comprar comentó alarmada acerca de los altos precios que tienen los buhoneros en la calle. A lo que un hombre respondió: «Estamos en Venezuela y el bachaquerismo existe. No se ha extinguido».
«No quiero quedarme sin nada»
Aunque admiten que esperaban aumentos, para muchos no deja de ser desconcertante los precios que han alcanzado productos como el arroz, que se ubica en 80.000 bolívares; la harina de maíz precocida, que ronda los 90.000 bolívares; el azúcar los 85.000 y la mantequilla de 500 gramos en 180.000 bolívares.
La proteína no se quedó atrás, los precios de la carne de res y de cerdo supera los 300.000 bolívares, mientras el pollo ronda los 200.000 bolívares. La charcutería también aumentó, dejando el queso duro -el más económico- por encima de los 400.000 bolívares y a la mortadela por los 250.000 bolívares.
«¡No sé cómo vamos a sobrevivir!», exclamó una mujer de aproximadamente 40 años de edad, preocupada por solventar su necesidad.
Mencionó que sale a comprar, con lo poco que le queda, la comida del día. «Mañana tengo que ver cómo hago», dijo.
Otros, sin embargo, continúan con las compras para abastecer sus despensas, preparándose para los días que faltan por cumplir la cuarentena.
«A mí me queda arroz, harina, pasta y un poquito de carne y pollo. Compro para ir reforzando; no quiero quedarme sin nada la casa», indicó un hombre que ronda 35 años.
En estos lugares, los locales cierran sus puertas al público a las 12:00 m, por órdenes de la Policía Nacional Bolivariana, así haya ciudadanos en cola.
No obstante, se les permite que empiecen a atender a las 7:00 am. «A las 3:00 ya no debe haber nadie en la calle», señaló un oficial.
La crisis de servicios públicos
La crisis de servicios públicos también ha obligado a los ciudadanos a abandonar sus hogares.
El aseo urbano dejó de pasar por las casas, el agua potable dura días sin llegar, y la luz y la señal telefónica fallan constantemente. El camión del gas doméstico, esencial para cocinar, tarda hasta más de 15 días en pasar.
En La Vega se observan a varias personas cargando agua de casas de vecinos o en vertederos callejeros.
«El miércoles pasado vino el agua, pero solo duró unas horas. Ya no tengo agua ni para cocinar», dice una mujer de 60 años de edad, que camina con una botella de 20 litros de agua.
El camión del gas pasó este miércoles abasteciendo varios sectores. Las colas no se hicieron esperar, sin importar el tapabocas o los guantes, salieron de sus casas con sus bombonas para comprar el gas a 40.000 bolívares.
«El mes pasado la compré en 30.000 bolívares y ahora viene a 40.000», se quejó una de las vecinas.
En la cola, recordó que el lunes pasaron el día sin electricidad, que se fue por varias horas, después de días de fallas constantes. «Nos quedamos sin señal también, casi todos los vecinos salimos para hablar un rato. Tanto encierro cansa», subrayó.
@ebritop22