VENEZUELA

La historia de Conviasa, la polémica aerolínea de la revolución bolivariana que llevó a Argentina al canciller de Maduro

por Avatar GDA | La Nación | Argentina

«¡Queremos fechas de vuelos, queremos fechas de vuelos!». Lo nunca visto en La Habana: una muchedumbre exigió información a viva voz a los directivos de Conviasa, la línea de bandera de la revolución bolivariana, frente a sus oficinas en la capital cubana. Todos los presentes desean abandonar la isla después de que el gobierno de Daniel Ortega haya facilitado los trámites migratorios en connivencia con el gobierno cubano.

Los cubanos que quieren huir de su país, convertido en una olla a presión, han puesto sus esperanzas en los aviones de la aerolínea de bandera de la tercera revolución, estrecha aliada de la cubana y la nicaragüense. Como los tres mosqueteros, todos a uno.

Casi a la misma hora de la insólita protesta en La Habana partía de Caracas otro vuelo de Conviasa con destino a Buenos Aires. En su interior, el canciller Félix Plasencia, dispuesto a representar a Venezuela en la cumbre de la Celac en la que Argentina asumió la presidencia del bloque.

Se trata de un avión muy conocido entre los expertos de la aeronáutica venezolana, el presidencial Airbus 319, que es seguido a todas partes, sobre todo en los constantes viajes a Cuba de Nicolás Maduro. También fue la aeronave empleada por el «hijo de Chávez» para viajar por sorpresa a México en octubre, con motivo de otra cumbre de la Celac.

Conviasa, el avión oficial disfrazado

En realidad el vuelo YV2984 de Conviasa es un disfraz usado por la revolución pese a las sanciones emitidas por Estados Unidos en febrero de 2020 contra la aerolínea y 40 de sus aeronaves para dificultar el traslado de los «funcionarios del régimen por el mundo para impulsar sus esfuerzos antidemocráticos».

También 15 aviones de la flotilla de Petróleo de Venezuela (Pdvsa), en la que se trasladan no sólo los jerarcas del chavismo, también aliados internacionales como el exjefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, están sancionados por el Departamento del Tesoro. Uno de ellos también aterrizó en Aeroparque en noviembre pasado: traía al expresidente boliviano Evo Morales.

¿A qué se debe el disfraz del avión de Maduro? Fuentes extraoficiales confirmaron a LA NACION que detrás de esta estrategia hay sobre todo un tema de imagen política, similar a lo que realizan autoridades cubanas con vuelos oficiales a bordo de Cubana de Aviación. No existen razones legales, pese a las sanciones y a los 15 millones de dólares por cualquier información que conduzca a la detención de Maduro, todavía vigentes.

Al gobierno de Venezuela le interesa por una parte promover la bandera de Conviasa y, por la otra, no aparecer como beneficiario de los lujos de semejante avión privado. Estos vuelos no son comerciales, son de Estado, aunque vayan rotulados con los colores y nombre de Conviasa. Por lo tanto queda excluido de las regulaciones de los vuelos comerciales.

El regreso de Conviasa

Más allá de estas interrogantes, Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa) ha regresado con fuerza tras los dos primeros años de la pandemia. El mundo al revés: cuando más sufría el sector, ahí estaba la aerolínea bolivariana intentando levantar el vuelo.

Un conjunto de noticias positivas que comenzaron a mancharse en diciembre cuando uno de sus vuelos a Santiago de Chile se hizo tendencia en las redes sociales por culpa de las aguas fecales que rebosaron uno de los baños e invadieron la cabina. Los medios chavistas intentaron ocultar el tema, culpando a la compañía Avior, cuya aeronave fue usada en el vuelo de Conviasa.

Algo parecido ocurrió en los polémicos vuelos que dejaron varados durante días a cientos de personas en Ezeiza, el aeropuerto boliviano de Viru Viru (Santa Cruz de la Sierra) y el de Maiquetía, en Venezuela. Según fuentes del sector, las sanciones dificultan los vuelos a determinados destinos, en los que tampoco se puede alquilar las aeronaves; y Conviasa se ve obligada a recurrir al alquiler.

Demasiadas incidencias acumuladas

Las autoridades pretenden vincular la supuesta recuperación económica de Venezuela al resurgir de su aerolínea de bandera, que no sólo ha prometido vuelos a Managua y La Habana, también a Moscú, Ciudad de Panamá, Cancún, Madrid, Lima o Santiago, entre otros.

Pese a todo, «2021 ha sido uno de los mejores años para Conviasa». «Ha alcanzado el mejor proceso de expansión desde su creación en 2005. Creo que va a seguir la misma dinámica, se está buscando mayor protagonismo y preeminencia en las operaciones desde Venezuela y dentro del país.

De hecho, a finales de noviembre se discutió una alianza entre Conviasa y el resto de las aerolíneas que no están sujetas a sanciones para coadyuvar en ese proceso de expansión. Una alianza para intercambiar aeronaves. Se vislumbra lo que se busca en Conviasa en 2022: una proyección hacia el futuro para emerger como aerolínea de bandera, aunque ese es un concepto oxidado. «El gobierno quiere que Conviasa sea la cara en el transporte», dijo a LA NACION el abogado y experto aeronáutico Rodolfo Ruiz.

Las millonarias deudas del Estado venezolano

El derrumbe de la revolución también se llevó por delante al sector aeronáutico en Venezuela, incluidas las compañías internacionales obligadas a abandonar el país por las millonarias deudas adquiridas por el gobierno de Maduro. Deudas que en su gran mayoría no se han pagado y que han lastrado sus finanzas.

Desde el sector se acusa al gobierno de torpedear a las distintas compañías para favorecer a su Conviasa, dirigida actualmente por el exministro y general Ramón Velásquez.

«A la postre, las sanciones de Estados Unidos han mellado en el desarrollo de Conviasa por distintas razones, como el entrenamiento de sus pilotos, las provisiones de repuestos o el aprovisionamiento de combustible en algunos aeropuertos. Pero sorprendentemente han sabido manejarlo y no ha sido óbice para su crecimiento experimentado este año. El gobierno busca poner a Conviasa en la punta de la pirámide del transporte nacional», concluyó Ruiz.

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