La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura alertó el viernes que la situación de seguridad alimentaria en Venezuela empeorará este año por la disminución de la producción de cereales e importación.
En su más reciente informe, la FAO informó que la recolección de arroz principal y maíz están a punto de finalizar y las perspectivas de producción son desfavorables debido a la reducción considerable de las plantaciones y los bajos rendimientos esperados.
La organización señaló que la escasez de insumos agrícolas y combustible afectó significativamente los rendimientos. Estos se vieron exacerbados por la disminución de las precipitaciones en el período de febrero a abril en las principales zonas productoras del centro-oeste de Venezuela.
Aunque las estimaciones oficiales no están disponibles, la producción de cereales en 2020 se espera muy por debajo de los niveles producidos durante el período anterior a la crisis (2010-2014), cuando la producción del país promedió alrededor de 3,4 millones de toneladas.
La FAO enfatizó que las necesidades de importación de cereales en la campaña comercial entre julio de 2019 a junio de 2020 disminuyeron por cuarto año consecutivo, lo que refleja los altos niveles de emigración desde 2015 y, por lo tanto, las menores necesidades de consumo interno.
El informe recordó además que hasta la fecha, al menos 5,1 millones de venezolanos (17% de la población total) decidió abandonar el país debido a la alta prevalencia de inseguridad alimentaria. Se estima que más de la mitad del total de venezolanos alojados en Colombia y Ecuador (1,2 millones) padecen inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencia.
Además, precisó que la capacidad de importación del país se ha deteriorado debido a la continua depreciación del bolívar frente al dólar. Y al nivel cada vez menor de las reservas de divisas, luego de la disminución de los ingresos petroleros y la imposición de sanciones internacionales en agosto de 2017.
Asimismo, la Evaluación de la Seguridad Alimentaria realizada por el Programa Mundial de Alimentos afirmó que cerca de 9,3 millones de personas (un tercio de la población) padecen de inseguridad alimentaria y necesitan asistencia, de los cuales 2,3 millones (8% de la población) fueron clasificados como inseguridad alimentaria severa.