El Grupo de Investigaciones sobre la Amazonía (Griam) presentó un balance sobre los incendios forestales en Amazonas para el mes de septiembre de 2024 en el que asegura que “no se observan focos de incendios a gran escala en el estado”, según datos de sus aliados en La Esmeralda, Ocamo y Mavaca del municipio Alto Orinoco, San Fernando de Atabapo y San Carlos de Río Negro.
“Tampoco se reportan focos de incendios forestales” al norte, sur y sureste del municipio Atures, señalan las fuentes.
Es importante señalar que, para el primer trimestre de 2024, Amazonas superó su media de incendios forestales. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) alertó sobre alrededor de 5.690 focos de calor en Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro.
Asimismo, el Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica de la Universidad Central de Venezuela (Hidromet-UCV) estimó que cerca de 2.283 focos de calor estaban en Bolívar (19,94% del total), 252 en Amazonas (2,2%) y 320 en Delta Amacuro (2,8%).
Si bien durante enero y abril de 2024, este grupo advirtió sobre incendios forestales “indiscriminados” en el estado Amazonas, especialmente en los municipios Atures, Autana, Alto Orinoco y Manapiare, la llegada de las lluvias en mayo permitió que disminuyeran.
Actualmente sostienen que “con esta situación en el estado Amazonas, al igual que en los estados Bolívar y Delta Amacuro, podemos reportar que la Amazonía venezolana escapa de la grave crisis de incendios forestales que afecta principalmente a Brasil y Bolivia”, escribieron a través de Instagram.
Educar sobre los incendios en pueblos de la Amazonía venezolana
Según esta organización, la principal causa que acrecentó los incendios forestales fue la quema de conucos. José Becerra, coordinador de Investigaciones Ambientales de Griam, explicó que “los pueblos indígenas han practicado tradicionalmente la quema vegetal para renovar nutrientes de la tierra, un método que evita el uso de agroquímicos u otros componentes que pueden resultar aún más dañinos”.
Asimismo manifestó que promueven nuevas alternativas para preservar prácticas ancestrales que se adapten a las necesidades actuales.
A fin de “proporcionar apoyo logístico para llegar a comunidades alejadas, crear redes de apoyo y capacitación, formar a miembros de estas comunidades en técnicas actualizadas sobre gestión del fuego, promover determinados cultivos que no requieren la quema de conucos, no quemar en zonas de especial interés y/o fragilidad ecológica (…)”, detalló Becerra.
No obstante, los más jóvenes de las comunidades indígenas desconocen estas prácticas tradicionales, lo que se traduce en un mayor esfuerzo por asegurar que esta información se difunda eficazmente entre las nuevas generaciones.
Por otro lado, los incendios inciden directamente en las actividades cotidianas de estas poblaciones, dado que dependen del acceso a los servicios ecosistémicos que ofrece el bioma amazónico. Por lo tanto, aseguran los expertos, de agravarse los incendios, provocaría el desplazamiento forzado de los pueblos indígenas desde sus territorios hacia otros, lo cual dificulta su adaptación y acceso a los servicios habituales.
“Los incendios focalizados que ocurren en la Amazonía venezolana también generan afectaciones a los bosques tropicales de nuestro país, incluyendo al resto del continente, por tratarse de ecosistemas integrados en un mismo bioma”, escribieron.
La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg) constató que desde 2018 la actividad minera ilegal en la Amazonía venezolana “va en aumento”, lo que representa otra causa de incendios.
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