La escasez de combustible en Venezuela todavía afecta a los productores agrícolas. El International Crisis Group advirtió que el país está al borde de la hambruna porque las tierras están quedando prácticamente vacías.
Un reportaje publicado por Bloomberg reseñó que la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios advirtió que no se replantará más de la mitad de la tierra utilizada en el 2019 para cultivar vegetales.
La producción de maíz podría solo cumplir con menos de una cuarta parte de la demanda nacional. Además, el estricto cerco de las sanciones de Estados Unidos amenaza con sofocar las importaciones de alimentos y petróleo.
«Empezaremos a ver las consecuencias de esto en los próximos meses. Estamos consumiendo los vegetales que se sembraron hace dos o tres meses, el arroz que se sembró hace seis meses y maíz del ciclo de siembra anterior», dijo Aquiles Hopkins, presidente de la federación, a Bloomberg.
El trabajo subrayó que, pese a que la gasolina importada de Irán mejoró la escasez en Caracas, los agricultores no han notado el cambio.
Roberto Latini, uno de los afectados, expresó que su única opción es esperar todo el día en una estación de servicio en Turén, en el estado Portuguesa, para surtir 30 litros de gasolina, una cantidad que resulta insuficiente.
En el mercado ilegal debe pagar al menos 4 dólares por litro y 15 por galón.
A la situación del combustible también se le suma la escasez de los pesticidas. Esta situación ha llevado a Latini a reducir sus cultivos a solo 300 hectáreas de maíz, menos de un tercio de lo que solía sembrar.
«Como productor, sin combustible no puedes cubrir el día a día de tu finca. Si tienes que traer a un técnico del pueblo, un repuesto, o incluso comida para los trabajadores, es imposible», manifestó.