“Tenemos que ganarnos la democracia y la libertad con nuestra presencia en las calles”, manifestó Juan Pablo Guanipa, primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, en una entrevista a El Nacional. Estas declaraciones las ofreció en el marco de la movilización convocada para el 10 de marzo, con la que la oposición espera llegar al Palacio Federal Legislativo, tomado por la Guardia Nacional Bolivariana.
Ese día se espera que la marcha parta desde la plaza Juan Pablo Segundo de Chacao, donde hace un año, dos meses y 14 días se juramentó Juan Guaidó como presidente encargado de la República. En la sede del Parlamento, los diputados esperan aprobar el Pliego Nacional de Conflicto. En el documento, cada sector ha recogido sus problemáticas y exigencias, que se convierten hoy en razones para protestar.
“Esta es una movilización de la sociedad civil, acompañada por los diputados hasta la sede del Parlamento nacional”, afirmó Guanipa.
«No creo que vayamos a tener inconvenientes para salir»
Guanipa confía en que la actividad pueda realizarse, sin embargo, es consciente de que dependerá de la actuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. “No creo que vayamos a tener inconveniente para salir, estamos evaluando todo el tema del recorrido y los detalles de esa marcha», dijo.
«La FANB tiene ver si sigue siendo cómplice de la dictadura corrupta de Maduro o si van a permitir que el pueblo marche”, agregó.
Independientemente del escenario, Guanipa consideró que el ciudadano tiene derecho a salir a las calles a protestar y a buscar un cambio sociopolítico. “Es un derecho del pueblo. Tenemos la responsabilidad de ejercer ese derecho y luchar por la libertad y democracia”, expresó.
Para Guanipa, se debe realizar un gran esfuerzo interno, que vaya a la par de la presión internacional, para que la presencia de los venezolanos en la calle demuestre la seriedad de la emergencia nacional. “Luego de viaje de Guaidó, el apoyo internacional se consolidó e incrementó la presión por parte de la comunidad internacional. Ahora, los distintos mandatarios entienden el sentido de urgencia que tenemos. Hay que reforzar esa presión internamente”, precisó.
Guanipa afirmó que los ataques chavistas registrados este año son un reflejo de “cómo esta dictadura asume que está utilizando la violencia política». Esto, continuó, «como mecanismo de acción para mantenerse en el poder”.
Pese al incertidumbre que estos hechos violentos puedan crear, Guanipa resaltó que los diputados encabezarán la marcha opositora. “Nosotros no estamos armados, no podemos confrontar con una FANB o con un grupo irregular armado, amparado por la dictadura. Sin embargo, tenemos que asumir los riesgos que sean necesarios para lograr salir de esta tragedia”, enfatizó.
–Los gremios no han abandonado a la AN, no obstante, el ciudadano común no se ha sumado tanto a estas convocatorias, ¿cuál puede ser el incentivo para que retome las calles?
–En la población hay una tendencia que tiene que ver con el aparato de comunicación de la dictadura y también con el hecho de no haber logrado los objetivos que nos hemos trazados, porque evidentemente errores hemos cometido. Uno de ellos, no haber caracterizado correctamente al régimen. Esto es una dictadura criminal, vinculada al narcotráfico, a la guerrilla, al paramilitarismo, al terrorismo, a países que no creen en la democracia. El año pasado en nivel sobrevivencia y con represión, la gente salió masivamente a la calle. Esto quiere decir que la gente sale cuando siente que su salida a la calle puede tener un efecto en el cambio político. La ciudadanía tiene que llenarse de ánimo, de coraje y acompañarnos. Si movilizamos al país y al mundo la presión va a incrementar y se generara el clima adecuado para salir de esta situación.
–Entonces, ¿cree que la gente venza el miedo ante los ataques del régimen y salga este 10 de marzo?
–El miedo es natural, es humano. Esta gente mató a Fernando Albán y simuló un suicidio, mató a Oscar Pérez cuando se rindió, mató al capitán Acosta Arévalo para tratar de generar dentro de la FANB un clima de miedo. Esta gente mató a centenares de estudiantes en la calle, es lógico que tenemos que tener miedo. Lo que también debemos tener es fortaleza para vencer ese miedo, disposición que veo en mucha gente. Yo sé que es un tema de mucha complejidad, no le pido al pueblo que salga a buscar la muerte, le pido que salga a buscar la democracia, la libertad y que estemos dispuestos a asumir nosotros los riesgos que sean necesarios para lograr que Venezuela sea un país libre y de oportunidades.
–Estos riesgos, ¿qué pueden implicar ahora, cuando las amenazas continúan y muchos diputados tienen la inmunidad allanada por la ANC?
–Uno sabe que se enfrenta a ese tipo de cosas. En el caso de Edward Rodríguez –director de Comunicaciones de la AN y de la presidencia interina–, es una persona que está vinculado fundamentalmente con cosas que tienen que ver con la comunicación social. O sea, vincularlo a él con algún delito no tiene ningún sentido, pero eso es parte de la persecución a la que nos somete esta gente. Ellos van quedando en evidencia ante la opinión pública internacional y van perdiendo legitimidad. Nosotros tenemos que insistir porque, de lo contrario, tendremos instalada una dictadura no sé por cuánto tiempo. Estamos en el momento adecuado para intensificar la lucha y lograr desfrenar a esta dictadura. Es muy difícil dar fechas, pero yo diría que la fecha más cercana posible nos tiene que ayudar a salir de esta situación.
–Pese a eso, el régimen no ha ido en contra del presidente interino ni en su contra, cuando ambos tienen la inmunidad allanada, ¿por qué?
–Quizás sienten que el costo va a ser muy elevado para ellos, especialmente, en el caso de Juan Guaidó, que es una persona reconocida en toda América y Europa. Esta dictadura ha recibido las amenazas de Estados Unidos en caso de que intente atacar a Guaidó. En su caso es mucho más difícil. En nuestro caso, se le puede hacer en este momento innecesario. Nosotros que hemos sido perseguido desde el momento que dije que no me juramento ante esa farsa de ANC, yo sentí la presión de la dictadura, mi familia la sintió durante dos años. En el momento que allanan mi inmunidad y yo decidí quedarme en el país, ellos tomaron la decisión de dejarme tranquilo. No sé cuánto tiempo será, porque uno no sabe cuándo van a reaccionar.
–La gente puede ver muy lejos un cambio político, ¿cómo hacer que esa percepción cambie?
–Generando hechos. Tenemos que generar hecho e ir de menos a más. Lo del 10 de marzo no puede ser ni el día final ni nada parecido, sino que un día de reinicio de la lucha. Debemos que seguir haciendo actividades que vayan incrementando el nivel de participación popular. Esto permitirá que haya un clima y una sensación de que el cambio sí es posible.
Yo entiendo la situación de la gente, que se han generado expectativas que muchas veces no ha podido satisfacerse y eso genera en la gente frustración, pero nosotros no tenemos opción. Como decía Requesens, nosotros no podemos rendirnos, tenemos que continuar dando la pelea, la lucha. Aunque pensemos que las cosas están difíciles y que el objetivo no está a la vuelta de la esquina, los procesos políticos y sociales no son tan predecible, aquí cualquier cosa puede pasar. Este país se va a encontrar con la libertad.
–El año pasado se tenía el lema de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, parece que eso ha cambiado y ahora se escucha solo el ir a unas elecciones. ¿No crearía eso desconfianza en los ciudadanos?
–Es un tema complejo. Nosotros seguimos pensando que tiene que cesar esta usurpación, que tiene que haber un gobierno de transición y que tenemos que tener elecciones libres. Hablamos de elecciones presidenciales y legislativas libres, para lo cual es necesario tener un CNE que sea designado por la AN, presidida por Juan Guaidó, que revise el sistema electoral venezolano que ha sido destruido por esta dictadura para favorecer a quien está usurpando el poder. Si ejercemos los mecanismos de presión, si tenemos elecciones libres, lograremos el cese de la usurpación. Creo que esa trilogía del año pasado debe tenerse, lo que no creo es que debamos ser tan rígidos. Si se da la oportunidad de ir a un proceso presidencial libre, evidentemente, cuidando las condiciones, incluyendo, el desmontaje de la ANC y la no actividad, en cualquier proceso electoral, de esa farsa de TSJ, tenemos que aprovechar esa oportunidad.
–¿Usted cree, sinceramente, que el dictadura vaya a permitir unas elecciones presidenciales y legislativas libres? ¿O que se vaya a dar un CNE consensuado? Esto, tomando en cuenta las declaraciones de Francisco Torrealba, que decía que el Comité de Postulaciones Electorales debía juramentarse sin Guaidó como presidente.
–Somos conscientes de que ellos bajo ningún concepto estarían dispuesto a ceder en cuanto a la posibilidad de tener unas elecciones libres. Eso solo podría pasar si la presión se incrementa. Si logramos que la presión internacional y nacional se incremente, ellos se verán forzados a permitir un proceso electoral libre. Pero si eso no pasa, ellos van a querer mantenerse en el poder. En cualquier caso, tenemos que seguir en las calles, incrementar las protestas y presión, para generar el clima adecuado y se dé el cambio político.
– Hace poco estuvo en Montevideo, ¿vio mayor disposición de incrementar las sanciones y la presión en contra del régimen?
–Lo que vi en la juramentación y en la trasmisión de mando de Luis Lacalle, fue un apoyo importante a la población venezolana. Una de las cosas de las que nos hablaban los senadores y diputados con los que nos reunimos del Partido Nacional y el Partido Colorado, dos partidos que forman parte de la coalición de partidos que apoyo a Lacalle, es que ellos están admirados con la vocación democrática del pueblo. Eso es algo muy importante, que la democracia, está arraigada en la conciencia del venezolano, es una de las cosas que nos puede ayudar.
Ese reconocimiento internacional a esa deposición venezolana de seguir luchando por la democracia. Además, del riesgo que significa para el continente y el mundo la dictadura de Maduro y los tentáculos que la apoyan, nos va a llevar a que se intensifique la presión y a que logremos que esa intensificación sea un factor fundamental para el cambio político.