Por JAVIER CONDE
Desde su despacho del Decanato de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello el doctor Jesús María Casal repasa —en 30 minutos— el proceso de la primaria opositora venezolana, que consume sus últimas horas antes del Día D: el 22 de octubre de la elección en Venezuela y 81 ciudades del mundo. “Hay que animar a todos los venezolanos que comulgan con el cambio político por la vía democrática a que ejerzan el derecho al voto para elegir su candidatura unitaria”.
Y por un momento aflora la emoción —en el remate de la charla cordial— en este hombre de 58 años de edad, doctor en derecho por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Derecho Constitucional, que habrá de recordar el “sueño político” irrealizable de su padre —Jesús María Casal Montbrun, también profesor de Derecho Constitucional—, y las figuras de Patricio Aylwin, el primer presidente chileno tras la derrota de Pinochet, y Winston Churchill, de quien rescata ese sentido de la prudencia “para medir lo que debe hacerse en cada oportunidad”.
—Un año en la presidencia de la CNP, ¿le ha pasado rápido tiempo o han sido días muy largos?
—Han sido días muy largos, un gran volumen de trabajo, muchos aspectos que atender en simultáneo, controlarlos, interacciones con distintas personas, factores políticos opositores, también considerar la vertiente gubernamental. Muchas cosas que hay al mismo tiempo que ponderar y sopesar.
—¿Quién y cómo le propusieron la presidencia de la CNP?
—Fue gestándose en conversaciones con el doctor Omar Barboza. Luego en el estado Portuguesa, mi familia procede por el lado paterno de allá, varias organizaciones sociales me postularon para integrar la Comisión. Se sumaron después otras organizaciones de carácter social, lo que me condujo a ser integrante de la comisión. En algún momento lo hablé con el padre (José) Virtuoso, unos meses antes de que falleciera. Me animó a contribuir a través de proyectos como este a la democratización en Venezuela.
—Aunque usted ha dicho que no es presionable, ¿quería saber si en esas conversaciones había algunas condiciones para ejercer el cargo o usted las puso?
—No se planteó propiamente en términos de unas condiciones. Yo quería conocer el alcance del proyecto, del que ya se había aprobado un reglamento de la primaria que permitía conocer el marco institucional del proceso. La idea fundamental era la recuperación de la ciudadanía para el voto, para los procesos electorales, dentro de una visión más amplia de la democratización.
—¿Cómo compara esta experiencia política con otras experiencias políticas suyas? ¿Qué aprendizajes le deja?
—He estado siempre en lo que se refiere al sector público en tareas de asesoramiento jurídico, compartido con la actividad principal que siempre he venido desarrollando de carácter académico. En esas actividades jurídicas la que estuvo más ligada a los asuntos políticos fue mi experiencia como consultor jurídico en la Asamblea Nacional (AN) electa en diciembre de 2015. Fui designado desde enero de 2016 consultor jurídico de la AN y permanecí allí hasta mediados del 2018. Fue una primera aproximación pero todavía en un papel de asesor, aunque me involucraba en los debates políticos que se produjeron en esos años para tratar de rescatar la autonomía del Parlamento y hacer valer la voluntad popular. Ahora no es un rol de asesor sino más un protagonismo en una función de relevancia política. Es una experiencia nueva, con muchos aprendizajes. Ver desde adentro la dinámica de la política y al mismo tiempo las interacciones que se han dado con organismos del Estado, la conducción del proceso junto con mis compañeros de la CNP.
—Ha privilegiado usted el área académica antes que la política directa que ejerció su padre.
—Mi padre estuvo en la primera etapa de su vida comprometido intensamente con la política y luego se decantó por la vida académica. Algunas personas que lo conocieron, como Domingo Alberto Rangel, han comentado que quedó un poco decepcionado de lo que fue ese primer tramo político por no haber logrado los objetivos que se había trazado. Las ilusiones políticas, los proyectos políticos no se realizaron del todo. Él encontró un soporte en la actividad académica sin que se hubieran apagado sus sueños políticos, pero que ya no aspiraba que tuvieran una realización completa.
—¿Pudo compartir con él esas reflexiones de la vida política?
—Conversábamos mucho y uno sí apreciaba eso. Coordiné, incluso, un libro homenaje a mi papá que tiene una parte introductoria y 30 entrevistas. Una de ellas a Domingo Alberto Rangel, otra a Guillermo García Ponce y otra a Pompeyo Márquez sobre el tiempo en que estuvieron presos juntos en el Cuartel San Carlos. Allí se indaga sobre cómo era la convivencia con mi papá, las injusticias que habían sufrido y también relatos de la amistad y de las relaciones que con diversa intensidad establecieron. Rangel, por ejemplo, decía que él y mi papá habían quedado como «viudas de un sueño». Un sueño que no se realizó. Y asumieron esa pérdida y luego siguieron adelante con otras actividades de carácter individual y académico.
—Con quien se habla sobre usted reconocen y alaban su serenidad y discreción, ¿de dónde le viene?
—Una tía mía me dice que tal vez podamos salir todos bien librados de esto porque el pueblo así lo quiere, pero la modesta contribución que yo pueda dar tiene algo que ver con el carácter de mi mamá. Era una mujer pausada, con mucha serenidad. Creo yo que combinado con los temas de interés de mi padre que era el derecho constitucional, porque fue profesor de constitucional, y también el interés que tenía por la política, se da una mezcla de ambas cosas. También tiene que ver con que es la manera de poder hacer las cosas en Venezuela. Tiene que ver con el carácter, también con la observación de la realidad. Y como, en el bien de que la primaria avance, conviene actuar de otra forma.
—¿Cree usted que ha faltado espacio en Venezuela —que ha vivido cosas tan duras— para ese discurso sosegado?
—Ambas cosas son muy respetables. Hay espacio para un debate más acalorado de los políticos. Creo que influyen mucho los roles que cada uno cumple, porque no es lo mismo el rol de un candidato que el rol del árbitro del proceso, aunque nosotros más que árbitros hemos sido los conductores del proceso, los motivadores. Pienso que hay que dejar espacio para todos, que nunca deber perderse el sentido de la prudencia, del equilibrio. Y sobre todo a la luz de la necesidad de reencontrarnos, no perder de vista la futura reconciliación, un futuro común. Todo eso influye en la manera de hacer las cosas.
—¿Hay, además de las influencias familiares, algunas lecturas o figuras relevantes para usted en ese camino?
—Por ejemplo, figuras como Patricio Aylwin. Si uno ve algunas experiencias comparadas son figuras muy interesantes en cuanto a cómo enfrentar procesos de democratización y de una lucha política que tuvo presente el derecho para denunciar algunos excesos y para buscar al mismo tiempo con firmeza la defensa de los derechos humanos y abrir caminos para procesos de democratización. Creo que como experiencia biográfica, la vida de Aylwin es importante. Además en estos días terminé de leer la primera etapa de los dos volúmenes de Winston Churchill sobre la Segunda Guerra Mundial. A veces se le da una lectura unilateral de lo que allí se dice, pero en realidad hay enseñanzas para todo. También ese sentido de la prudencia que permite medir lo que debe hacerse en cada oportunidad.
“Había como una sequía total de la esperanza”
—¿Siente que la CNP ha ganado en reconocimiento?
—Nosotros observamos, y lo están indicando algunos estudios, como uno que elaboró Félix Seijas, que ya se han logrado cosas importantes. La ciudadanía está motivada, esperanzada, quiere participar. Cuando nosotros asumimos esta responsabilidad había como una sequía total de la esperanza, una indignación latente acompañada de frustración, de desencanto. En la comisión quisimos abrir caminos de esperanza centrados en el ejercicio del voto, en la construcción democrática de un futuro. Pienso que eso ha calado. Por supuesto han aportado mucho las candidaturas, que han motivado a los electores, pero hay un marco institucional dentro del cual esas candidaturas han avanzado y ese marco es que el trazado por la CNP. Lo están diciendo los estudios de opinión, hay una valoración positiva sobre el trabajo de la Comisión.
—¿Lo sorprendió el retiro de la candidatura de Capriles? ¿Puede valorar ese hecho aún sin entrar en las razones expuestas por el excandidato?
—Siempre hemos procurado que nuestros 13 candidatos se mantuvieran en el proceso. Así lo hemos defendido cuando hemos tenido reuniones con otros sectores. Es decir, el derecho de esos candidatos de seguir adelante. Nosotros respetamos esa clase decisiones. No nos toca hacer una valoración. Lo que podemos destacar como algo bastante positivo es que Primero Justicia haya declarado que se mantiene dentro de la primaria, que va a apoyar el proceso. Esto es fundamental porque hay miembros de mesa que fueron postulados por PJ y es vital para toda la logística del día de la elección.
—¿Cuál es la fortaleza de la primaria apenas a unos días de su realización?
—La primaria sigue estando muy presente, la gente entiende que es necesaria. Fue una elección de sectores amplios de la oposición democrática, de seguir esa ruta, de hacer esa convocatoria. Por más que haya habido algunas deserciones, a pesar de todas las vicisitudes, se mantiene intacta esa ruta de democratización, desde el punto de vista de su justificación, de su legitimidad. No significa esto que no pueda haber otros planteamientos para fortalecer la democratización. La primaria mantiene su sentido y mantiene también la amplitud de su convocatoria.
—¿Está todo listo para su realización? ¿Qué falta por concretar? Hay quejas sobre la desinformación acerca de los lugares de votación.
—Cada día se van cubriendo algunos detalles. En lo fundamental están dadas las condiciones para la primaria y están dados también los elementos del evento logístico. Pero hay detalles para afinar, para complementar. Situaciones que se presentan en el ámbito regional. Por ejemplo, el tema de la información sobre los centros de votación. Tenemos que estar encima porque algunos prestadores de servicio que por medidas indebidas han bloqueado el buscador. Estamos buscando las alternativas que no sean solamente descargar un VPN porque no todo el mundo va a tener la facilidad y disposición de descargarlo para burlar esos bloqueos. El programador está justamente hoy (por el viernes 13) haciendo los últimos detalles para facilitar un acceso más protegido. Y también hoy se va a difundir un video sobre la manera de acceder a la información de los centros. Está activo un canal WhatsApp para responder dudas de los ciudadanos sobre los lugares de votación, las juntas regionales están en trabajo permanente en cada uno de los estados. Estamos pendientes de toda la logística relativa al despliegue del material electoral. Son innumerables aspectos que deben solventarse para el éxito de la jornada del 22 de octubre.
—¿La CNP ha establecido algunos indicadores que les permitan medir el éxito de la primaria?
—Nosotros somos muy cautelosos en el tema de hacer una estimación de cuál va ser la participación. Hemos sido muy prudentes en eso. Hay muchas circunstancias que afectan al registro electoral venezolano porque aun cuando reporta 20 millones de electores sabemos que un número importante de ellos se encuentra en el exterior y todavía aparecen registrados en centros de votación en el territorio nacional. Eso ya es una brecha importante. Luego hay muchos ciudadanos que viven en el país pero habitan en un lugar distinto a aquel donde se registraron. Esa es otra situación que restringe en la práctica el alcance del registro electoral. Por eso somos muy cautelosos al hacer estimaciones. Sí tenemos organizados esos 3.010 centros de votación, gracias al apoyo de las juntas regionales, partidos políticos, candidaturas, la sociedad civil. Esos 3.010 centros de votación permiten canalizar una amplia voluntad de participación ciudadana y lo que queremos es que el proceso fluya pacíficamente, con orden y que se canalice esa voluntad electoral para que los venezolanos puedan elegir ese candidato o candidata unitario para las elecciones presidenciales.
—¿Cuál es el temor que más le preocupa en este momento?
—Más que llamarlos temores son aspectos sobre los cuales hay que estar pendientes permanentemente. Hay que culminar exitosamente como lo estamos haciendo la formación de los miembros de mesa para que estén todos adecuadamente formados junto a un gran voluntariado que está disponible para ser miembros de mesas y que estará también disponible para convocatorias posteriores, ya del Consejo Nacional Electoral, como puede ser la elección presidencial, con las adaptaciones que habrá que hacer en la formación para un proceso con sistema automatizado. En este caso el proceso se está dando sobre la base de un sistema manual, pero hay aspectos generales de la formación que van a servir, además de confirmar esa disposición de los ciudadanos para estar activos en ese gran voluntariado democrático ciudadano para participar en procesos electorales. También trabajamos con los partidos en la logística para el día de la elección. Todos estos son aspectos hay que cuidar en todos sus detalles.
Debatir juntos y responder juntos
—Y, además, con la mirada puesta en que qué va a pasar del lado del gobierno y la famosa resolución que pudieran emitir y que pone el proceso de primaria en la incertidumbre.
—Hemos reconocido desde el primer día que el proceso iba a estar rodeado de incertidumbres… Pero hemos avanzado con seriedad en la organización. Ha habido limitaciones pero también una gran respuesta, una gran motivación de los ciudadanos, el compromiso de las juntas regionales pese a las adversidades. Uno lo observa cuando se habla con los presidentes de las juntas que han tenido dificultades y dicen «no, doctor, yo estoy con el gran compromiso de que mis hijos y mis nietos puedan volver y quiero dar todo lo que pueda de mí para que este proceso sea exitoso». Hay unos niveles muy altos de compromiso de los venezolanos
—¿La Comisión, los partidos, han diseñado alguna previsión ante la eventualidad de esa sentencia?
—Hemos acordado con los candidatos que, si hay una sentencia, inmediatamente todos vamos a considerar ese punto. Vamos a ser prudentes e inteligentes al mismo tiempo. Es aconsejable que en lugar de emitir posiciones por separado se discuta primero entre todos los factores lo que pueda ser alguna decisión. Eso es lo que está acordado. Una reunión inmediata y se discute cualquier decisión entre todos los participantes y la CNP tomará la decisión que deba tomar. Es algo a lo que no queremos anticiparnos sino dar una señal de prudencia.
—La CNP termina su labor al proclamar el candidato, ¿es así, verdad?
—Así lo establece nuestro reglamento. Una vez que se hace la proclamación del resultado, hay un lapso de reclamación, y luego se consolida ese resultado. Y ahí finaliza la tarea de la Comisión.
—¿Cree que al proyecto unitario le hará falta un espacio común de diálogo político que de alguna manera ha sido la CNP?
—La Comisión ha sido un espacio de diálogo donde se encuentran no solo factores políticos de la Plataforma Unitaria, también concurren otros partidos políticos con o sin candidaturas, todos apoyando la primaria como es el caso del Movimiento Al Socialismo y otros. Hay una convocatoria bastante amplia que es el resultado de la primaria y que seguramente después de conocerse los resultados creo que es importante que los factores políticos procuren mantener ese amplio espacio para el diálogo político ya en una etapa nueva con los protagonistas que deban asumir el liderazgo.
—¿Cuál es el rol que usted imagina, o desea, que cumpla esa candidatura unitaria además de la representación electoral? ¿En torno a esa candidatura se va a dar la nueva confirmación de la oposición?
—Como miembro de la CNP somos muy prudentes en ese tema. Como árbitros imparciales llevamos adelante la primaria y no queremos hacer una valoración de carácter político. Debemos cumplir nuestra tarea de proclamar un candidato o candidata unitaria, como una candidatura que nace del voto popular en el marco de esta primaria. Esa será nuestra tarea.
¿Y qué papel jugara Jesús María Casal en el futuro próximo?
Seguir como un ciudadano más, estar cerca del proceso y contribuir en lo en lo que se pueda a ese clima más apropiado para la democratización de Venezuela y su liberación.
Publicada originalmente en La Gran Aldea.