La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) acogerá este jueves la presentación del Informe Anual del Instituto Casla sobre los crímenes de lesa humanidad ejecutados por el régimen de Nicolás Maduro, documentados en el año 2020.
Serán expuestos nuevos patrones y centros clandestinos de torturas, además de un nuevo capítulo sobre la responsabilidad del régimen cubano en la planificación de la represión e inducción de los crímenes perpetuados en Venezuela.
El evento incluirá la participación del secretario general de la OEA, Luis Almagro, la vicepresidente del Parlamento Europeo, Dita Charanzova y la directora ejecutiva del Instituto Casla, Tamara Suju.
El pasado 2 de diciembre de 2020, el secretario general de la OEA, Luis Almagro y el Asesor Especial sobre la Responsabilidad de Proteger de la OEA, Jared Genser, publicaron un informe que reafirma que existe una base razonable para concluir que el régimen de Maduro ha estado cometiendo crímenes de lesa humanidad en Venezuela desde el 12 de febrero de 2014, y además condena a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) por inacción ante estos crímenes.
El documento de 153 páginas, titulado «Fomento de la impunidad: el impacto del fracaso de la Fiscal de la Corte Penal Internacional en abrir una investigación sobre la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela» amplía el informe de 2018 de un panel de expertos independientes convocados por la OEA, el cual concluye que había una base razonable para creer que se estaban cometiendo crímenes de lesa humanidad en la nación.
En escala, alcance y gravedad
El nuevo documento señala que, desde la publicación del informe de 2018, los crímenes de lesa humanidad en Venezuela han aumentado en escala, alcance y gravedad, al tiempo que el país enfrenta una crisis humanitaria causada por una agitación política y económica sin precedentes, junto con una escasez de productos alimenticios y médicos.
Partiendo del trabajo de la Misión Independiente de Investigación de la ONU en Venezuela, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ONGs, académicos independientes y otras fuentes creíbles, el nuevo informe detalla un vívido retrato de una Venezuela devastada por la violencia patrocinada por el Estado y en la agonía de un desastre humanitario.