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InSight Crime: Organizaciones comunitarias ayudan a grupos criminales de Venezuela a dominar el territorio

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Casi como si se tratara de seguir los planos para tener éxito como grupo criminal, los sindicatos mineros, carteles de droga, y megabandas de Venezuela han creado fundaciones que les ayudan a ejercer un férreo control criminal de sus territorios, determinó una investigación realizada por InSight Crime.

«En medio de la corrupción rampante, la caída de los precios del petróleo y las sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos, la administración de Nicolás Maduro tuvo que interrumpir las regalías y misiones sociales que llevaba a cabo su antecesor Hugo Chávez», señaló.

Así, pues, el desamparo gubernamental y la pobreza en la que viven millones de venezolanos ha sido aprovechada por algunos criminales del centro y el este del país, quienes han creado organizaciones comunitarias que les permiten tener el respaldo popular a través de donaciones, comedores, y jornadas de salud, entre otras, dijo InSight Crime.

«No obstante, detrás de la fachada social se encuentra otra realidad, pues su objetivo principal es controlar a las comunidades, y para lograrlo se han valido también de castigos que van desde restringir el acceso a bolsas de alimentos, hasta medidas violentas, como desplazamientos forzados, mutilaciones y hasta masacres», destacó.

Hasta la fecha, InSight Crime ha podido confirmar que en Venezuela los siguientes cuatro grupos criminales han creado organizaciones comunitarias o están detrás de ellas.

El Tren de Aragua

El Tren de Aragua es, sin duda, la megabanda más exitosa de Venezuela. Ejerce poder en su base en el estado de Aragua, al norte del país, y hace presencia en media docena de países suramericanos. Pero, aunque el grupo ha usado sus conexiones con migrantes venezolanos en toda la región para sacar provecho del tráfico de migrantes y la explotación sexual, en Aragua, el Tren de Aragua mantiene un férreo control de su territorio mediante la Fundación Somos el Barrio JK.

Varias fuentes han confirmado a InSight Crime que la fundación funciona como una especie de alcaldía alterna, pues no solo es la encargada de repartir las bolsas de comida subsidiadas por el gobierno, conocidas como CLAP, sino que también hace jornadas de limpieza, brinda servicios de seguridad y administra cinco comedores comunitarios.

Según la presidenta de la organización, Irene Hernández, Somos el Barrio JK trabaja con el apoyo de la alcaldía del municipio de Girardot y de la gobernación de Aragua. También reciben apoyo del gobierno central, pues cuando Iris Varela ejerció como ministra de Servicios Penitenciarios visitó en varias ocasiones a la comunidad de San Vicente para trabajar con la fundación.

Sin embargo, detrás del apoyo del régimen a la fundación se esconde la verdadera motivación del Tren de Aragua: mantener el dominio de su feudo criminal y para lograrlo han creado un sistema de justicia paralelo que castiga a quienes violen sus normas.

Un residente de San Vicente dijo a InSight Crime, bajo condición de anonimato, que en el barrio las reglas impuestas por el Tren de Aragua por medio de Somos el Barrio JK van desde prohibir discusiones entre parejas y robos, a obligar que cada dueño de su vivienda mantenga la fachada de su hogar pintada. Las normas también han llegado a las escuelas, donde a los más pequeños no se les permite tener celulares y los profesores no pueden hablar de temas políticos. Quienes no cumplen las órdenes de la Fundación se enfrentan a juicios donde pueden ser obligados a irse del pueblo o terminan asesinados.

El control que tiene el grupo sobre la vida de los habitantes es tal que los residentes de San Vicente le temen a sus miembros, pese a que gran parte de ellos pasea por las calles sin portar armas, dijo el habitante de la comunidad.

El Conejo

El pueblo de Tejerías, también en Aragua, llenó titulares en febrero pasado cuando las autoridades descubrieron que este fue el escondite elegido por el criminal más buscado de Venezuela, Carlos Luis Revette, alias el Koki. Revette se refugió en Tejerías, el territorio de uno de sus aliados, el líder pandillero Carlos Enrique Gómez, alias el Conejo luego de ser expulsado de la Cota 905 en Caracas por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, la protección de la que gozó el Koki no duró mucho, pues no tardó en ser perseguido y muerto, mientras el Conejo se daba a la fuga.

El grupo concentraba su accionar en la localidad de Tejerías y mostraba poco interés en expandirse fuera de la zona, donde ejercía un control casi absoluto. La atención que generó la cacería de el Koki sobre la banda del Conejo dejó en evidencia su sofisticado sistema de control social.

El Conejo había creado una fundación que bautizó como una de las canciones de la cantante colombiana Shakira: Pies descalzos, tal como lo confirmó su pareja tras ser detenida por las fuerzas de seguridad.

Además de ayudar a la población con comida y medicamentos, la Fundación Pies descalzos desarrollaba actividades culturales y deportivas con los niños y adolescentes de la comunidad, afirmó un residente de Tejerías. No obstante, detrás de las actividades lúdicas se escondían objetivos criminales, pues los eventos con menores eran “aprovechados por el Conejo para conocerlos y unirlos a la banda”, dijo.

La Organización R

La Organización R (OR) se ha convertido en la piedra en el zapato del gobierno venezolano. En parte banda criminal, en parte organización comunitaria, la OR busca defender su control sobre los intereses en la minería ilegal de oro en el sur del estado Bolívar, en especial en el municipio de Tumeremo.

Su estrategia es sencilla. El grupo se presenta como un defensor de los intereses de los mineros y las comunidades vecinas, según reveló una investigación de InSight Crime. Para esto se valen de un instrumento clave: su eficiente organización comunitaria, la Fundación de Gestión integral Social 3R.

Liderada por Eduardo José Natera Balboa, alias Run o Pelón Natera, la Organización R, a través de su fundación, ha logrado conseguir el apoyo de la comunidad local de Tumeremo mediante la entrega de alimentos y juguetes a los niños, la creación de comedores populares, y la organización de eventos deportivos y actividades para los jóvenes locales.

El grupo también ha suplantado al gobierno local de la zona. A comienzos de la pandemia del covid-19 realizó jornadas de desinfección en Tumeremo; además de llevar a cabo jornadas médicas y de vacunación. Incluso, recientemente inauguraron una escuela que, según indicó la Fundación en su cuenta de Twitter, fue construida “de cero”.

Al igual que el Tren de Aragua, la Fundación 3R también ha recibido apoyo del régimen de Maduro, en este caso a través del Movimiento por la Paz y la Vida, un programa del gobierno nacional que promueve las actividades deportivas y culturales en comunidades desfavorecidas. Alexander “Mimou” Vargas, quien fue elegido por Maduro como alto comisionado del proyecto gubernamental, ha inaugurado establecimientos deportivos y programas de salud en Tumeremo en compañía de representantes de la organización, tal como reflejan publicaciones en las redes sociales de Vargas y la Fundación 3R.

Y aunque la Fundación 3R ha negado que detrás de ella se encuentre la Organización R, un miembro del sindicato minero le dijo InSight Crime, bajo la condición de que se reservara su identidad, que en Bolívar es de conocimiento general que la banda delictiva y la organización comunitaria son dos caras de la misma moneda, tal como lo habían reconocido en 2020.

Sindicato de Barrancas

El Sindicato de Barrancas, que hasta enero de este año operaba rampante en la población de Barrancas del Orinoco, en el municipio Sotillo del estado Monagas, logró su control de la zona con la ayuda de una fundación que creó hace dos años, según le relató un vecino de la comunidad a InSight Crime.

Luego de una incursión armada de un grupo armado sin identificar a inicios del año, seguida de una serie de operativos de las fuerzas de seguridad venezolanas, los cabecillas del Sindicato de Barrancas huyeron de la zona y con su huida pareció esfumarse el control que ejercían sobre el pueblo y sobre importantes corredores de narcotráfico a lo largo del río Orinoco.

Sin embargo, durante los dos años anteriores al conflicto, por medio de su Fundación Hermanos Álvarez Quirós, dirigida por dos de las hermanas del líder de la banda, el Sindicato de Barrancas había controlado gran parte de las actividades cotidianas de esa localidad.

Al igual que otros grupos criminales del país, el testimonio de un habitante de la zona da cuenta de cómo, a través de la Fundación, el Sindicato entregaba medicinas y víveres a ancianos, niños y los más necesitados. Las actividades culturales y deportivas también eran el fuerte del grupo, y además les servían para atraer adeptos a la banda.

Incluso, a través de la Fundación Hermanos Álvarez Quirós, la banda trabajó con el Movimiento por la Paz y la Vida. Un periodista de Delta Amacuro y un residente de Barrancas del Orinoco dijeron a InSight Crime que el líder del programa, Alexander “Mimou” Vargas, inauguró una de las canchas deportivas que fueron remodeladas por la organización, información que InSight Crime pudo confirmar en una nota publicada por el Diario El Oriental en agosto de 2021.

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