Apóyanos

Innovación en tiempos de crisis: ideas para purificar el agua en Venezuela

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Las fallas en el suministro de agua provoca que la necesidad de almacenarla supere la preocupación por su calidad. Ante la escasez del servicio muchas personas optan por recolectarla, aunque no se pueda garantizar que es apta para el consumo.

En Venezuela hay alrededor de 2.500 fuentes de agua dulce que están contaminadas y no reciben ningún tipo de tratamiento.

Consumir agua contaminada puede provocar cólera, dengue, malaria o enfermedades estomacales. La población infantil y de tercera edad es la más vulnerable.

Un botellón puede costar alrededor de 30.000 bolívares, lo que implica que no todos pueden comprarlo.

Los filtros de agua que se colocan en las casas tampoco son una opción, pues estos funcionan con el agua que llega de la tubería y muchos hogares no cuentan con servicio permanente.

Hervir el agua también sirve para eliminar las impurezas, sin embargo, gran parte del país padece de fallas en el suministro de gas, lo que agrava la situación.

Foto: AFP / Federico Parra

Ante el problema, profesionales venezolanos se plantearon cómo resolverlo, especialmente en zonas de difícil acceso y de bajos recursos económicos.

El VIII Foro Ciudades sostenibles analizó tres propuestas que buscan brindar a los venezolanos mejor calidad de vida, proporcionándoles agua apta para su consumo sin mucho esfuerzo.

El Filtro 1×1

Un equipo de personas de diferentes profesiones desarrolló la idea de un filtro comunitario que preste servicio en zonas de difícil acceso.

Reynaldo Troconis, líder del proyecto, explicó que no crearon un nuevo filtro, sólo buscaron una forma de facilitar el acceso al agua potable, por medio de una herramienta ya existente.

El primer Filtro 1×1 se colocó en la Zona 7 de José Félix Rivas, en Petare, municipio Sucre, estado Miranda. Uno de los vecinos donó un terreno y allí se construyó un punto de encuentro para los habitantes.

Según los datos recolectados por el equipo en este sector, al menos 50% de los encuestados consume el agua sin un tratamiento adicional, mientras que 35% la hierve y 15% compra botellones.

El Filtro 1×1 es muy fácil de usar. Los vecinos llevan su agua hasta el lugar y la vierten en un tanque. El líquido pasa por el filtro y al otro lado de un pequeño tubo sale el agua purificada. No necesita de electricidad, tuberías o instalaciones adicionales.

En esta primera etapa se beneficiaron 21 familias que habitan en la Zona 7.

Troconis indicó que ya se encuentran trabajando en la instalación de un segundo filtro en esta misma comunidad. La idea es que la herramienta no colapse y pueda trabajar eficientemente por muchos años.

Añadió que el equipo también le brindó las herramientas necesarias a la comunidad para que cuiden el filtro y le den el mantenimiento adecuado. Sin embargo, seguirán haciendo un seguimiento en la comunidad.

Si bien este proyecto quiere resolver un problema en específico, también pretende que el lugar donde está ubicado el filtro se convierta en espacio de encuentro y aprendizaje.

Potabilis

La compañía RGA creó una planta potabilizadora de agua de mar, dulce o contaminada que emplea energía solar. Está diseñada para atender las necesidades de comunidades remotas.

Rubén González, uno de los creadores del proyecto, resaltó que el objetivo principal de la planta es empoderar a las comunidades donde el servicio de agua es limitado, brindándoles una herramienta que los ayudará a realizar actividades económicas.

Potabilis  opera con energía solar y tiene una capacidad de procesar de 200 a 5.000 litros por día. Esto es suficiente para cubrir los requerimientos de agua de 50 personas  o 10 familias promedio.

El primer modelo que se diseñó, se puso a prueba en la Universidad Simón Bolívar y funcionó perfectamente.

agua

La planta funciona para potabilizar agua dulce, de mar o incluso contaminada| Foto: Erika Hernández

El sistema es de fácil operación, bajo mantenimiento, poco consumo energético, y no requiere de conocimiento técnico. La idea es que la comunidad aprenda a manejar la planta por sus propios medios, luego de una breve capacitación.

La planta puede operar hasta por 25 años y los costos de funcionamiento representan un tercio de los asociados con tecnologías similares.

Funciona para potabilizar agua dulce, de mar o incluso contaminada, representando una excelente opción en caso de desastres naturales.

En un principio, el objetivo de Potabilis es brindar atención a escuelas y centros de salud, donde el agua es vital para su funcionamiento.

González detalló que por esta razón se decidió crear la Fundación Potabilis, que en alianza con la Fundación Tierra Viva, puedan poner en marcha estas plantas en comunidades remotas del país.

La primera planta Potabilis que instalará la fundación se encuentra en Canoabo, a una hora de Valencia, estado Carabobo. Allí se brindará agua potable a un ambulatorio que presta servicio a la comunidad.

Muchos países han mostrado interés en adquirir esta tecnología, que no sólo es aplicable en atención de emergencia, sino también en el sector turístico.

Proyecto Ávila

Esta idea desarrollada por estudiantes de la Universidad Metropolitana y dirigida por la ingeniero Yazenia Frontado, proporciona herramientas para que las comunidades purifiquen el agua usando semillas de moringa.

La semilla de la planta de moringa tiene muchas propiedades, entre ella inhibir las células bacterianas presentes en el agua.

Los estudiantes universitarios desarrollaron una técnica que permite potabilizar el agua con eficiencia similar a la de los químicos. Incluso tiene una propiedad que muchos químicos no poseen, logra decantar metales pesados como el aluminio.

Una vez que perfeccionaron el método, el equipo de trabajo se encarga de impartir talleres en comunidades de todo el país, para que aprendan a realizar el procedimiento en casa.

agua

La moringa inhibe las células bacterianas presentes en el agua| Foto: Erika Hernández

Pero no sólo enseñan a las personas a potabilizar el agua, sino también a detectar la calidad del líquido y a sembrar la planta para que adquieran las semillas.

El procedimiento consiste en tomar las semillas de moringa y tostarlas un poco para luego triturarse. Con esa especie de polvo se forma una pasta añadiendo un poco de agua purificada.

Esta pasta se agrega al agua que se quiere potabilizar y se agita por unos minutos. El líquido debe permanecer en reposo por unas 6 horas, hasta que los contaminantes queden en el fondo como una especie de gelatina.

Esta técnica permite potabilizar el agua con eficiencia similar a la de los químicos| Foto: Referencial

Aunque el proceso es un poco lento, la técnica tiene un gran beneficio económico y genera un menor impacto ambiental. Además, el proyecto fue validado por laboratorios y plantas potabilizadoras de agua.

Hasta los momentos, la Unimet en alianza con universidades de todo el país, ha dictado al menos 120 talleres en Venezuela.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional