Durante el año pasado 355 ancianos murieron de forma violenta en todo el país, reseña el Informe de Victimización de la ONG Convite, a cargo de Luis Francisco Cabezas.
El documento refiere que 163 de los casos reseñados corresponde a homicidios con participación directa de familiares o personas allegadas al entorno de las víctimas; 124 ancianos asesinados durante o por resistencia al robo; 13 casos bajo el móvil de la venganza y 55 ancianos arrollados, mientras que en 101 reportes las causas de las muertes no fueron determinadas.
De los 355 casos -monitoreados en portales de noticias regionales-, Convite determinó que el estado Zulia registró el mayor número de reseñas de homicidios de ancianos, con un total de 51 casos, seguido del estado Aragua con 47; Distrito Capital con 44; Miranda y La Guaira con 27 registros; el estado Falcón con 24 casos y Carabobo con 22 historias violentas.
Otros 113 reportes, extraídos de la prensa digital, indican que los ancianos murieron en el contexto de la crisis humanitaria compleja que atraviesa el país. “Falta de medicamentos y carencia de recursos económicos para adquirirlos en el mercado internacional; ancianos que se trasladaron en transporte inadecuados como las perreras u otros medios improvisados en pueblos o caseríos. Otros murieron por la inoperatividad e ineficiencia de los servicios de salud: ruleteo o falta de insumos en los hospitales, o abuelos que murieron mientras hacían la cola para cobrar la pensión, casos que vimos repetidos en el estado Zulia”, explicó Cabezas.
Sin cifras ni culpables
El adulto mayor “sigue siendo un blanco de la delincuencia, lo cual demuestra la incapacidad del Estado y sus políticas de seguridad para quienes quedan solos y vulnerables, en determinada edad, en un país que se enlista como el más peligroso e inseguro de la región”, dijo Cabezas.
Indicó, además, que aunque las cifras de 2018 presentadas por Convite son un subregistro de la prensa, presume que los casos podrían ser más que en el año 2017, período en el que esta ONG apuntó 499 muertes violentas de ancianos.
“No hay estadísticas que reflejen el número de víctimas en su totalidad. Aunado a ello, tampoco hay compromiso para ampliar el eje de acción en materia de investigación criminal, y muchos de los casos quedan impunes.
Esconder las cifras de homicidios contra personas vulnerables deja mucho que decir de un Estado con más de 20 planes de seguridad, sin resultados positivos. Por el contrario, el delito de homicidio sigue en el tope y es, si se quiere, el de moda por los delincuentes que prefieren asesinar porque el artículo 405 del Código Penal le atribuye una condena no mayor a 18 años”, argumentó.
@RosibelCGV
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