El teniente coronel Igbert Marín Chaparro envió el jueves 24 de noviembre una carta a Gerardo Blyde, jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria en la negociación con el gobierno de Nicolás Maduro, en la que le pide que se incluya en la mesa de diálogo temas como la situación de los presos políticos en el país y la violación de los derechos humanos.
«Se debe incluir con carácter prioritario en la agenda de la mesa diálogo y negociación, el cese a la violación de los derechos humanos, así como la discusión y promulgación de una Ley de Amnistía General que abarque a todos los presos políticos, civiles y militares del país, como muestra de buena voluntad por la paz y reconciliación nacional», escribió el preso político, recluido en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
Además, el militar pidió que también se brinde atención eficaz a través de políticas públicas concretas para todos los pacientes en espera de trasplantes y atención médica en centros hospitalarios.
Sometido a torturas
Igbert Marín Chaparro describió en la carta los abusos y violaciones de derechos humanos a los que se ha sido sometido desde que fue detenido en diciembre de 2018, y posteriormente trasladado en 2020 a la sede de la Dgcim en Boleíta.
Aseguró que ha permanecido de forma ininterrumpida en el sector conocido como La casa de los sueños, «un conjunto de celdas de 2,5 x 2,5 metros cada una, en un ambiente claustrofóbico, con cámaras y micrófonos activos las 24 horas del día».
Relató que los presos de ese sector se encuentran totalmente privados de ventilación, luz natural, y demás condiciones mínimas de habitabilidad. Además, son obligados constantemente a inhalar el monóxido de carbono proveniente de vehículos que se encuentran en el estacionamiento contiguo, siendo objeto de constantes torturas blancas, torturas psicológicas y tratos crueles, inhumanos y degradantes.
El preso político indicó que durante su tiempo en reclusión ha sufrido de diversas patologías que no han sido atendidas debidamente, entre ellas, fibrosis pulmonar a causa de tres contagios por covid-19, una hernia inguinal, una hernia umbilical, varicocele, trastornos músculo-esqueléticos, constantes dolores musculares especialmente en la región lumbar y rodilla, epididimitis testicular, fotosensibilidad, celulitis en su codo izquierdo con dolor extendido hasta su hombro, episodios de escabiosis, episodios de insomnio, pérdida de la visión en su ojo izquierdo e hipertensión arterial.
Asimismo, denunció que sus familiares se ven expuestos a tratos degradantes durante las visitas, especialmente las mujeres, que son obligadas a quitarse la ropa y son sometidas a requisas.
«Además, toda correspondencia es interceptada, leída y escaneada y las llamadas telefónicas han sido suspendidas bajo el pretexto de no tener capacidad presupuestaria, lo que viola no solo mi derecho a la privacidad y a mantener contacto con mis familiares, sino también el derecho superior de mis hijos menores de edad», denunció.
Nueva huelga de hambre
Igbert Marín Chaparro inició el martes 22 de noviembre una huelga de hambre indefinida como medida de protesta ante los constantes abusos que asegura ha sufrido por parte de las autoridades.
Con esta medida espera lograr que se respeten sus derechos mínimos, tal y como mandan las normas internacionales de reclusión, así como su derecho a recibir visitas y llamadas telefónicas, a la exposición al sol, a realizar actividades deportivas, académicas y de redención, a realizar actividades religiosas, entre otros.
Exigió que se cumpla con su traslado al Centro Nacional de Procesados Militares en Ramo Verde, como fue ordenado por el tribunal. Así como la clausura de la llamada Casa de los Sueños, un lugar que ha sido denunciado por organismos internacionales -entre ellos la Misión de Determinación de Hechos- como un establecimiento de torturas.
También pidió la liberación de todos los presos políticos, en particular de los estadounidenses Jerrel Kenemore y Alexis Hernández, y la presencia de organismos internacionales en la Dgcim.
Es la segunda huelga de hambre a la que se somete el preso político. A mediados de diciembre de 2021 inició una protesta para exigir los mismos puntos.
El teniente coronel Igbert José Marín Chaparro es apadrinado por Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional. La iniciativa forma parte de un programa del Instituto Casla, una organización que tiene como objetivo el estudio y la defensa de los Derechos Humanos en América Latina.
Marín, preso luego de haber denunciado la corrupción en el ejército venezolano ante sus jefes, es el militar que ha obtenido el mayor promedio de calificaciones como cadete en la historia de la Academia Militar del Ejército Bolivariano. Tiene medidas cautelares de protección dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que hasta el momento no han sido tomadas en cuenta por el Estado venezolano.