«Hoy por hoy la migración tiene un nombre: Venezuela, pero en la región también hay otros flujos migratorios, como el de Haití. La región tiene que tomar medidas coordinadas para dar una respuesta», expresó este miércoles la vicepresidenta y ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Marta Lucía Ramírez, durante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Advirtió que Colombia «no tiene la capacidad de seguir asimilando nuevos migrantes y refugiados» provenientes de Venezuela, y llamó a todos los países de la región para que ayuden en su integración, adoptando políticas públicas que permitan su desarrollo y crecimiento socioeconómico.
En la sesión de la OEA, Ramírez explicó lo que considera que se debería establecer: un principio de humanidad para los migrantes, pues «son seres humanos que están llegando a las fronteras en unas condiciones precarias e infrahumanas y dolorosas», pero también. dijo, aplicar el principio de corresponsabilidad.
«No podemos caer en la irresponsabilidad de cerrar los ojos y mirar para otro lado (…) Tenemos que ser corresponsales entre nosotros (los países de la región) y apoyarnos», manifestó.
Más de 6 millones de refugiados y migrantes de Venezuela ya están por todo el mundo, la mayoría de los cuales son acogidos por países de Latinoamérica y el Caribe. Colombia es un ejemplo, es una de esas naciones que a más venezolanos ha acogido, incluso en medio de la pandemia.
Para agosto de 2021 habían más de 1,8 connacionales en la nación vecina, de los cuales 344.688 tienen una situación migratoria regular mediante el Estatuto Temporal de Protección (ETP), que por 10 años les permitirá trabajar y acceder a servicios, entre otras cosas.
Solución: crear un ETP regional
«No nos hemos beneficiado de la porción preparada y calificada de la migración venezolana, hemos recibido a los migrantes venezolanos vulnerables, y lo hemos asumido y visibilizado con el ETP», dijo Ramírez, quien resaltó que es Estados Unidos que alberga a venezolanos mejor calificados profesionalmente.
«El ETP es una política solidaria y humanitaria. Entendiendo que la integración efectiva de estas personas es beneficiosa para el país», añadió.
La canciller de Colombia insistió ante los países de la región en la necesidad de «duplicar o perfeccionar» la iniciativa, y crear un ETP regional. «Estamos comprometidos con brindar a los venezolanos las mismas oportunidades que tienen los colombianos», dijo.
El martes, el presidente Iván Duque, pidió a la Unión Europea (UE) que aceleren el desembolso de las ayudas comprometidas en las conferencias de donantes para ayudar a los países que, como Colombia, acogen a migrantes que huyen de Venezuela en la «peor crisis migratoria que ha vivido» la región.
Duque instó además a que «el mundo siga actuando para que cese la causa de esta tragedia» que «es la dictadura oprobiosa de Nicolás Maduro, que día a día va generando más diáspora, más flagelo y deterioro del tejido social en Venezuela».
Más de 50% de los migrantes son mujeres
Una acogida que no paró incluso en medio de una pandemia que ha tenido efectos devastadores en Latinoamérica. Aun con los aeropuertos y fronteras cerradas venezolanos no dejaron de huir del país, a pesar de los peligros que afrontan.
En la comparecencia de la OEA también participó el director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, quien resaltó que 27% de las personas venezolanas en Colombia son niños, niñas y adolescentes, y 52% son mujeres.
Dijo asimismo que cerca de 400.000 niños, niñas y adolescentes venezolanos se encuentran estudiando. Sin embargo, enfatizó que hasta la fecha la comunidad internacional gasta 125 dólares por cada persona venezolana migrante y refugiada, a diferencia de la migración Siria que recibe 1.500 dólares por refugiado.
«El proceso termina siendo bastante inequitativo, esto quiere decir que seguimos trabajando de una manera disciplinada en desarrollar estrategias para visibilizar esta situación, que no solo nos afecta a nosotros (Colombia) sino a la región», indicó Espinosa.
La migración de Venezuela sobrepasará la de Siria
En la misma sesión participaron además los representantes permanentes de Estados ante la OEA, quienes felicitaron a Colombia por sus estrategias implementadas ante la crisis migratoria, y coincidieron con lo expuesto.
El embajador Washington Abdala, de Uruguay, cuestionó la desproporción en la ayuda humanitaria: «¿Por qué los venezolanos reciben 150 dólares en ayuda humanitaria, mientras otras personas migrantes y refugiadas con tragedias similares reciben más de 1.000 dólares?».
«No debemos olvidar el generador de este cáncer, la dictadura. Tenemos que, como continentes, asumir que lo que pasa en Venezuela es un quebranto al Estado de derecho, un ejercicio de lo autocrático, y si no trabajamos todos juntos para que esa situación amarga desaparezca más se incrementará el flujo migratorio», señaló.
Luis Almagro, secretario general de la OEA, alertó que para finales de 2022 la migración venezolana podría ser la más grande del mundo, dejando a la de Siria en segundo lugar.