«No sé si estaba conspirando. Lo que sé es que estaba muy inconforme, igual que los comandos, con la corrupción que había en las Fuerzas Armadas», manifestó Molly de la Sotta, hermana del capitán de Navío Luis de La Sotta, de 47 años de edad, preso político desde el 18 de mayo de 2018 por supuesta conspiración.
El militar se encuentra detenido en la Dirección de Contrainteligencia Militar, en Boleíta. Fue víctima de desaparición forzosa durante 36 días, de los cuales, después se pudo conocer, pasó cuatro días en la celda conocida como El Tigrito.
«Allí le aplicaron asfixia mecánica con bolsas plásticas, polvo lacrimógeno, lo golpearon, las esposas eran tan apretadas que le rompieron las muñecas», indicó su hermana en entrevista con Jaime Bayly.
De la Sotta pasó 32 días en El Cuarto de los Locos, una celda totalmente oscura. «No tienes acceso al baño ni a nada, te tienen aislado y puedes hasta perder la razón porque no sabes dónde estás, si es de día o de noche. Ahí llegan y te torturan», agregó.
Señaló que su hermano y compañero fueron presentados ante la juez con evidentes signos de torturas. Sin embargo, esta hizo caso omiso, alegando, pues, que no era su competencia. Esta misma juez, continuó, tiene un año que no pisa el tribunal ni despacha.
«Me estaba esperando en Caracas»
De la Sotta mencionó que la última vez que vio a su hermano fue en septiembre de 2018, cuando lo encontró en condiciones deplorables. «Cuando lo vi no lo reconocí, estaba delgado, pálido. Le tapaban la cabeza, le decían que era un traidor y le rompían la cabeza con la fuerza que le hacían», recordó.
Actualmente, no puede visitar a su hermano, debido a las amenazas que ha recibido por funcionarios del régimen. «No puedo entrar porque el año pasado, cuando hice las denuncias, un coronel Hannover Guerrero me dijo que me estaba esperando en Caracas», denunció.
«La vida de ellos está en peligro»
Molly de la Sotta afirmó que en el país «la tortura es sistemática», por lo que la Dgcim detiene a cualquier militar que esté descontento, emita opinión o no, para obligarlos a delatar a otros.
Indicó que su hermano lleva más de dos meses sin recibir luz solar y que sufrió torturas el año pasado, cuando exigía, junto con otros detenidos, la visita de la comisión delegada en el país por la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michellet Bachelet.
«Le quitaron las visitas, lo volvieron a torturar y lo metieron siete días en El Cuarto de los Locos», mencionó.
Pese a esto, la comisión no pudo ingresar al lugar, que ha sido denunciado como principal centro de tortura de la cúpula gobernante y en donde hay aproximadamente 200 detenidos.
«La vida de ellos (los presos políticos) está en hit, el llamado es a una reflexión. Hemos ido a la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía, Cruz Roja Internacional y nadie nos ha protegido», expresó.
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