Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, afirmó que no espera «buena fe» por parte del gobierno venezolano en el proceso de diálogo para solucionar la crisis que atraviesa el país, agregando que hay negociadores del chavismo que no son confiables, según manifestó en una entrevista publicada este miércoles.
«No vamos al diálogo con inocencia o a chuparnos el dedo, sabemos que la contraparte es una dictadura», afirmó Guaidó en una conversación con Infobae.
Guaidó señaló que no esperan «buena fe del régimen, sino generar las condiciones que terminen en una solución al conflicto, en elecciones presidenciales libres y justas».
Tras sucesivos diálogos fracasados, el gobierno y la oposición venezolana iniciaron el 13 de agosto en México un nuevo diálogo.
Con este proceso, impulsado por Noruega, la oposición exige elecciones «libres, transparentes y justas», mientras que el gobierno de Nicolás Maduro pretende que se levanten las sanciones internacionales.
El proceso concluyó con la firma de un «memorando de entendimiento» entre las partes, que acordaron retomar el diálogo del 3 al 6 de septiembre.
En ese sentido, Guaidó insistió en que el único modo de encauzar esta crisis es mediante la convocatoria de unas elecciones presidenciales «libres» y «justas».
Guaidó: Las elecciones del 21 de noviembre es un evento sin garantías
«Hemos simplificado nuestras exigencias a que una elección presidencial, con condiciones, con garantías, libres y justas, puede significar una solución a este conflicto. La elección que nos deben a los venezolanos desde el 2018», destacó Guaidó.
Respecto a los comicios regionales del 21 de noviembre, el opositor indicó que «hoy lamentablemente no están las condiciones para llamarlo elección», puesto que es un evento «sin garantías», y reiteró que la única solución posible «pasa por una elección presidencial».
Preguntado por si negociadores como el exvicepresidente Jorge Rodríguez son confiables, Guaidó contestó que «la respuesta es dura, pero no».
«Por eso nos hemos hecho acompañar no solamente por un facilitador experimentado como el caso de Noruega. Hay países acompañantes sentados en la mesa en este proceso, como Rusia y Holanda», añadió.
Con todo, el deseo de Guaidó es que este diálogo termine en un acuerdo, puesto que, indicó, hay una «mayoría» de venezolanos que así lo quieren.
«El régimen entiende muy bien que de no llegar a un acuerdo va a avanzar la presión internacional, su situación va a ser cada vez más compleja, pero lamentablemente arrastraría a todos los venezolanos. La alternativa a un acuerdo negociado hoy en Venezuela es la profundización de la crisis, y es también más presión para el régimen», concluyó.
Además de la compleja situación política, Venezuela afronta una profunda crisis económica, que se acerca a su octavo año en recesión y cuarto con una hiperinflación que ha disuelto el valor de la moneda local, el bolívar, y abrió camino al uso del dólar.