En un comunicado, el Grupo Orinoco advirtió que la situación que se vive en la actualidad en la cuenca del lago de Valencia constituye uno de los problemas ambientales de mayor trascendencia que ocurren en Venezuela. Por ello manifestó su preocupación por una situación que se agrava con rapidez “y pudiera desembocar en una crisis humanitaria de dimensiones impredecibles”.
Indicó que la gran variedad de problemas ambientales que concurren en la cuenca del lago de Valencia hace sumamente complicado resolverlos sin tener claros los objetivos de las soluciones integrales que se deben instrumentar. “Además de complejas, las soluciones son de largo plazo y demandan ingentes inversiones que a su vez exigen demorados trámites para obtenerlos, dada la situación de ruina económica del país”, afirmó.
“El agua que se suministra a la conurbación ubicada en la cuenca del lago de Valencia es el producto del reúso incontrolado de aguas servidas con un tratamiento precario, unas veces sin químicos y otras con exceso de ellos, pero presentando siempre malos olores y turbideces que exceden los estándares nacionales e internacionales; pudiendo considerarse que la calidad del agua alcanza condiciones infrahumanas, que ponen en riesgo permanente la vida de cuatro millones de personas, amenazando con desencadenar en cualquier momento una crisis de salud de gran magnitud”, explicó.
El nivel del lago de Valencia
El Grupo Orinoco dijo además que el nivel del lago de Valencia ha alcanzado una cota superior a 414,00 metros sobre el nivel del mar que excede la cota de equilibrio de 408,00 msnm definida como la más conveniente en 1987 y decretada en 1995. “La superación de esta cota y el continuo aumento de niveles del lago se traduce en inundaciones adicionales de tierras agrícolas, afectación a las redes de drenaje, corredores viales e instalaciones de servicios públicos y áreas habitacionales. Para evitar la inundación de las áreas habitacionales se han construido aleatoriamente terraplenes sin control de calidad, los cuales, si fallan, podrían ser rebasados o colapsados generando extensas inundaciones, lo que pone en riesgo la vida de los habitantes, la permanencia de importantes obras de infraestructura y de viviendas construidas en las zonas así protegidas”, alertó.
Expuso que en el año 1995 el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, conjuntamente con un equipo de consultores contratados, seleccionó una alternativa denominada Alternativa Oeste como la más conveniente para ese momento, que consistía en el reúso de las aguas servidas tratadas dentro de la cuenca del lago de Valencia y el trasvase de una pequeña parte, con tratamiento terciario, hacia la cuenca del río Guárico. Estas obras fueron iniciadas por el ministerio dentro del denominado Plan de Saneamiento 1995-2005 pero paralizadas después de 1999. Aunque se construyó parte importante de estas obras, hoy están abandonadas.
“Este plan de saneamiento ha perdido vigencia porque estaba previsto para estabilizar el lago en la cota 408 msnm que hoy está superada. La interrupción de la construcción de estas obras, es la causal de la situación actual de ascenso de los niveles del lago de Valencia, la perdida de la calidad de las aguas y la acentuada degradación del ambiente y de la calidad de vida de la población”, manifestó.
Soluciones
El Grupo Orinoco subrayó que, aunque hoy existen diversas soluciones planteadas para superar esta problemática, todas requieren de grandes obras de infraestructura, algunas incluyen bombeo, en una circunstancia donde el sistema eléctrico es deficitario: “En general, las soluciones contemplan el trasvase a cuencas hidrográficas vecinas que pone en peligro el equilibrio ecológico y la calidad de sus aguas, y desperdicia un valioso recurso en la región del país donde más se necesita, como lo es el agua dulce”.
Ante estas condiciones, el Grupo Orinoco indicó que desea transmitir una vez más a la opinión pública nacional su especial preocupación y angustia por la situación de emergencia en que se encuentra la cuenca del lago de Valencia. “Ya sea por desconocimiento, desidia o corrupción, las autoridades nacionales y regionales han abandonado a su suerte a la población y su entorno. Solo en una institucionalidad democrática podrán darse las condiciones indispensables para la ejecución inmediata de los estudios, proyectos y obras de emergencia que conduzcan a resolver los gravísimos problemas sociales, ambientales y sanitarios que aquejan a esta región y que amenazan con convertirse en una de las emergencias humanitarias más serias de América Latina”, recalcó.