Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional y mano derecha de Nicolás Maduro, se reunió hace tres semanas en Doha, la capital de Qatar, con Juan González, asesor del presidente de Estados Unidos Joe Biden, sin presencia de mediadores ni terceros actores.
Rodríguez y González, asesor para el hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se reunieron para establecer un canal directo de comunicación, de acuerdo con información de fuentes citadas por El País de España.
En el encuentro hablaron de liberación de presos y de la necesidad de normalizar la vida política en Venezuela, pero mantuvieron en secreto la reunión para que nadie pueda interferir en el diálogo.
Maduro no ha puesto una fecha para celebrar las elecciones generales en las que en teoría debería haber un candidato opositor que pudiera disputarle la presidencia. Sin embargo, la renuncia del Consejo Nacional Electoral (CNE) ha dificultado la celebración de las primarias de la oposición.
Además, el gobierno de Maduro sigue atacando a los dirigentes políticos de oposición. Este viernes se conoció que la candidata María Corina Machado se suma a la lista de inhabilitados políticos, que también incluye a Henrique Capriles y Freddy Superlano.
El gobierno también exige la liberación de Alex Saab, el empresario colombiano juzgado en Estados Unidos por lavado de dinero y quien es señalado como testaferro de Maduro.
La falta de avances por parte del Ejecutivo ha sido tomada por la Casa Blanca como un desafío del chavismo y una muestra clara de que no cede pese a la presión internacional.
El argumento de Maduro para mantener una posición férrea es que Estados Unidos no ha levantado las sanciones internacionales que pesan sobre su gobierno. Washington le concedió una licencia a la petrolera Chevron para que operara en suelo venezolano, como una muestra de buena fe, pero el Estado sigue sin hacer concesiones.
En los últimos meses Maduro ha recuperado autoridad interna y fuero diplomático. Después de años sin salir del país, se ha dejado ver en algunas cumbres internacionales y regionales.
Bajo este clima de tensión la reunión secreta que ahora trasciende supone tender un puente, aunque sea mínimo, entre dos actores que no se tienen confianza alguna. Sin embargo, hay que esperar para ver si hay resultados positivos.