Una universidad se construirá donde ahora existe una cárcel, la sexta intervenida en un mes y medio por las autoridades de Venezuela en un plan contra las «mafias carcelarias», anunció este miércoles el ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos.
«El Internado Judicial de Trujillo está en total control», dijo Ceballos en declaraciones transmitidas por el canal gubernamental VTV.
Señaló que Nicolás Maduro aprobó la propuesta del gobernador de Trujillo, Gerardo Márquez, «para convertir este espacio en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (…) Es un gran logro, es un gran beneficio para la paz».
«Se construirá una cárcel en otro espacio», indicó.
Los reclusos serán trasladados a otros centros penitenciarios, tal como ha ocurrido en los demás penales tomados.
La cárcel de Tocorón, en el estado de Aragua, fue la primera tomada por las fuerzas de seguridad el 20 de septiembre. Desde el lugar, donde había hasta un zoológico con más de 200 animales, operaba el Tren de Aragua, organización criminal cuyos tentáculos se expandieron a países de la región.
#8NOV || Vpdte. Sectorial A/J @CeballosIchaso1 ofreció un balance del material incautado en el Internado Judicial de Trujillo, a través de la Operación Gran Cacique Guaicaipuro, manteniendo un total control.#UnidadNacionalPorElEsequibo pic.twitter.com/kfUMLoK0ZS
— MPPRIJP (@MijpVzla) November 8, 2023
8.000 presos
Le siguió Tocuyito (Carabobo), la cárcel más poblada del país; Puente Ayala, en Anzoátegui; La Pica, en Monagas, y el Centro Penitenciario Vista Hermosa, en el estado minero Bolívar.
La población de estos seis penales superaba los 8.000 presos, según cifras oficiales: 1.600 estaban en Tocorón, 2.000 en Tocuyito, 1.511 en Puente Ayala, 1.496 en La Pica y 503 en el Internado Judicial de Trujillo.
Maduro pidió aplicar un «régimen estricto» en estas cárceles. «Mano de hierro, máxima disciplina y un sistema penitenciario liberado de bandas».
En estas prisiones se han encontrado arsenales de guerra que incluyen explosivos, granadas, armas largas y lanzagranadas, así como teléfonos celulares empleados por los reos para perpetrar delitos como estafa y extorsión.
Durante años las cárceles del país han funcionado como «centros de extorsión», delito ampliamente propagado en el país y que consiste en amenazas de muerte mediante llamadas telefónicas en las que se exigen grandes sumas de dinero a las víctimas.
Luego de las intervenciones Ceballos aseguró que en Venezuela hay 80 cárceles que «están bajo el control del sistema penitenciario». Falta un séptimo penal por ser intervenido.
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