VENEZUELA

Freddy Guevara a un mes de la detención de su hijo: “Él no es una ficha para negociar y menos si ponen en peligro su vida”

por Avatar Alba Freitas

Freddy Guevara, diputado a la Asamblea Nacional 2015, padece arritmia desde que nació. En 2016 el médico que llevaba su caso le recomendó hacerse una ablación, una intervención que consiste en introducir un catéter para controlar los latidos exagerados del corazón. Ahora, 30 días después de su detención arbitraria por parte del régimen de Nicolás Maduro, su padre, Freddy Guevara, exige que un médico de confianza examine a su hijo: la arritmia ha vuelto.

Recientemente, a raíz de las secuelas del covid-19, en la evaluación que le hacen en El Helicoide, a Guevara le detectaron de nuevo arritmia.

«Freddy nos puso al tanto de eso en una visita que le pude hacer. En seguida, por supuesto, se prenden las alarmas en la familia porque ya esto venía desde hace tiempo. Que le haya dado la arritmia es alarmante por los antecedentes familiares: mi papá murió de un infarto a la de 72 años. A mi hermano mayor lo operaron del corazón a los 45 años en el Hospital de Clínicas Caracas. Y a mí me operaron antes de que le hicieran la ablación a él. Eso te indica que hay una cuestión congénita que afecta a la Guevara», relata su padre en entrevista con El Nacional.

En el caso de Guevara, el político se enfrenta, además, a las secuelas del covid-19. Aunque no está demostrado científicamente que el virus produzca arritmias, sí hay muchos casos de personas que la padecen luego de contagiarse con coronavirus. La vida tan agitada que lleva el diputado opositor puede empeorar su salud a pesar de que sea una persona joven. «Él tiene 35 y miren cómo va, esto hay que controlarlo desde ahorita», explica Guevara.

Freddy Guevara afirma la detención de su hijo obedece a una cuestión política; uno más de los que se presentan ante la Corte Penal Internacional como violación a los derechos humanos por parte del régimen de Maduro. Afirma que puede especular muchísimo sobre las causas, pero, aun así, no considera que estas sean suficientes para poner en riesgo la vida de su hijo. «Muchos me dicen que es por el diálogo, pero mi hijo no es una ficha de negociación y menos si se pone en peligro su vida», zanja.

Segunda opinión

La exigencia por parte de Guevara padre es parte de los derechos humanos de cualquier venezolano: «Queremos que el médico que lo vio en El Helicoide se reúna con nuestro médico y digan qué es lo que está pasando realmente. Eso es lo único que estamos pidiendo. Esto para tener la seguridad y la tranquilidad de que no puede haber consecuencias mayores», comenta.

El covid-19 agrava la situación por los antecedentes familiares. A esto se suma, además, que Guevara está en un sitio de confinamiento, aislado, sin ventilación artificial lidiando con la presión de estar detenido injustamente.

La detención ocurrió el 12 de julio, cinco días después de que había terminado su cuarentena por covid-19. En su caso, afortunadamente, no fue muy fuerte. «El médico tratante fue el doctor Julio Castro y justamente el doctor, en su conocimiento del problema cardíaco que tenía, tomó las previsiones para hacerle los controles. Tuvo los efectos del cansancio, los problemas respiratorios que le da todo el mundo, pero no llegó a necesitar oxígeno. Como no tuvo los niveles de concentración de oxígeno bajos, pudo pasar la cuarentena en su casa. Pero el peligro es la secuela. Ni siquiera había terminado de superar el covid-19 cuando lo detuvieron», señala su padre.

Las excusas del régimen se contradicen entre sí. A Guevara no lo dejan ver a su hijo, tampoco a sus abogados con quienes por derecho debería hablar. El pretexto, irónicamente, es el virus. «La excusa que me ponen es que tienen restringidas las visitas por el coronavirus. Entonces, el covid-19 es importante para eso, pero no para controlarlo. Con más razón nosotros necesitamos que a él lo vea su médico», exige.

A los familiares les preocupa, no solo su salud, sino las condiciones en las que está detenido: en El Helicoide no se puede atender una emergencia cardíaca. «Mi hermano y yo nos salvamos porque fuimos atendidos a tiempo. El corazón no es un juego  y menos con los antecedentes de Freddy, las secuelas del covid-19 y el sitio en el que lo tienen aislado».

Su caso se encuentra actualmente en una fase preliminar de investigación, la cual dura 45 días. Faltan 15 para que sea acusado formalmente. Sin embargo, existe la posibilidad de que presenten pruebas falsas en su contra, puesto que no dejan a los abogados acceder al expediente.

Por ello, Guevara afirmó que seguirán insistiendo en que dejen a su médico y a su abogado ver a su hiji. La prioridad es comprobar el estado de salud del político y, seguidamente, ejercer presión para que lo dejen ver a su defensa.

«Seguiremos insistiendo con la OEA, la Comisión de Derechos Humanos para denunciar que le están violando sus derechos. Llevamos a cabo el proceso a pesar de que sabemos que su caso no es jurídico, sino político, y se va a resolver de una manera política. Igual hay que hacer el trabajo y tener las denuncias documentadas para que no le inventen pruebas. Por eso la importancia del expediente», comenta.

Y agrega: «Él está preso por su amor a Venezuela. Ese fue un gran tema en la familia, pero fue su decisión. A pesar del riesgo decide quedarse en Venezuela, por su amor al país y su solidaridad con sus compañeros diputados en la lucha por el país desde el país».

Guevara reveló que en una de las últimas conversaciones antes de ser detenido, su hijo le comentó que no creía al régimen capaz de detenerlo en ese momento porque ya se avecinaba el proceso del diálogo y las elecciones. Como padre, comenta, siempre tuvo temor de que ocurriera, pero su hijo asumió su lucha.

«Él decidió luchar por la libertad y la democracia en Venezuela. Quería seguir luchando para que dejara de pasar lo que está pasando. No pude decirle que no, solo nos queda apoyarlo para que salga de la cárcel porque no se justifica su detención. El único delito que cometió es pensar diferente y querer una Venezuela mejor», concluye Guevara.