«Convirtieron Ramo Verde y la Dgcim en depósitos humanos donde mantienen a nuestros esposos sin juicio justo», denunció Leonela Difurt, esposa del comandante Henry Medina Gutiérrez, en la plaza Brión de Chacaíto. En el lugar se encontraban familiares de presos políticos militares.
Este lunes, al cumplirse dos años de la detención de los comandantes de batallones blindados del Ejército protestaron para exigir justicia y libertad de los oficiales.
Difurt señaló que a su esposo y demás militares presos injustamente el 2 de marzo de 2018, se les viola el debido proceso y se les impida la legítima defensa. «Hoy alzamos la voz porque la Corte Marcial es totalmente inoperante. No otorga medidas cautelares, no permite el derecho a juicio ni emite boletas», manifestó.
Rechazó que quejarse de falta de grapas en los batallones suponga el delito de conspiración.
Yoselyn Carrizales denunció las condiciones insalubres a las que mantienen sometido a su esposo, el teniente coronel Igbert Marín Chaparro, en la denominada «Casa de Los Sueños». Esta es una de las celdas en los subsótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Allí se encuentra recluido el oficial, destacado como el número uno en la historia de la Academia Militar.
«Desde agosto mantenemos comunicación solo tres horas a la semana. Antes de eso estuvo tres meses incomunicados, cuando solo nos recibían agua y pastillas», agregó Carrizales, que exigió justicia.
«16.000 personas gritando dolor»
Sandra Hernández, esposa del sargento tercero Luis Bandres, preso junto con otros militares por el alzamiento de Cotiza, se solidarizó con los familiares de los comandantes del Ejército. Denunció que en el país ha habido 16.000 presos políticos desde 2014. Personas, destacó, que «han sufrido los embates del régimen por pensar distinto».
«Pueden imaginarse a 16.000 personas gritando de dolor en las celdas de Ramo Verde, el Sebin y la Dgcim», agregó.
Hernández indicó que su esposo aún presenta signos de torturas en el rostro y las manos. «Lo golpeaban hasta desmayarse, luego lo mojaban y electrocutaban para que eaccionara y seguir golpeándolo. Le arrancaron piel de la mano», relató.
Gloria Calderón, madre del primer teniente Luis Lugo Calderón, denunció que a pesar de haber cumplido una condena injusta el 22 noviembre de 2019, su hijo continúa tras las rejas. «Está secuestrado en la cárcel de Ramo Verde», dijo.
Lugo Calderón fue detenido en 2015 por estar presuntamente implicado en el denominado Golpe Azul. «En 2018 le dieron cautelar y a las dos horas se lo llevaron a la Dgcim, donde estuvo desaparecido por un mes y dos días. Cuando lo vimos parecía un cádaver ambulante«, expresó.
Con información de nota de prensa