La detención de Alejandro González de Canales, apresado el 9 de febrero en Lechería, estado Anzoátegui, ha sido un duro golpe para su familia y ha levantado serias preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos en Venezuela. Inicialmente recluido en la Dgcim de Boleita, han circulado rumores no confirmados sobre su traslado a la cárcel del Rodeo, un lugar notorio por sus condiciones deplorables y su historial de violencia.
La situación se agrava aún más por el hecho de que el padre de Alejandro, un anciano de 83 años con problemas de salud, se ha visto privado del derecho a ver a su hijo.
Acompañado del cónsul general de España, don Marcos Rodríguez, quien ha intentado en varias ocasiones ver a Alejandro, cada vez que han acudido al centro de reclusión le ha sido negada esta posibilidad a sus familiares. Esta negación no solo constituye una violación de los derechos de Alejandro, sino que también inflige un dolor adicional a un padre que, a pesar de su avanzada edad y estado de salud, lucha incansablemente saber de su hijo y constatar cómo está su estado físico.
La angustia de no saber cómo está su hijo y de no poder verlo afecta profundamente a este padre, exacerbando su condición emocional y física. Esta situación resalta la urgente necesidad de garantizar la transparencia y el respeto a los derechos fundamentales en el sistema de justicia venezolano.
No solo es crucial aclarar las circunstancias de la detención de Alejandro y asegurar su acceso a un juicio justo, sino también garantizar su derecho y el de su familia a mantener contacto, como lo estipulan la Constitución venezolana y los tratados internacionales de derechos humanos.
El caso de Alejandro González de Canales es un llamado a la acción para las autoridades venezolanas y la comunidad internacional, para que se respeten los principios de justicia y humanidad y se ponga fin a las violaciones de los derechos humanos en el país. La lucha de su familia por la verdad y la justicia es un recordatorio de la importancia de defender los derechos y la dignidad de cada individuo, sin importar las circunstancias.
Usuarios de la red social X han iniciado una campaña a través de los hashtag #JusticiaParaAlejandro y #DejenVerAAlejandro con la finalidad de exigir que se respeten los derechos fundamentales del coronel retirado.
«Nada tiene que ver con la política»
Mensaje de Alexandra González de Canales, hija del detenido político:
Preparo esto porque quiero que sepan quién es mi papá: mi papá fue detenido el 9 de febrero a las 10:00 pm, mientras estaba solo en su casa en Lechería y ahora mismo está en la cárcel de Boleíta y se le acusa de delitos que nada tienen que ver con él.
Él es una persona que tiene más de 13 años que no pertenece a las Fuerzas Armadas y no tiene ningún tipo de vinculación ni interés en estarlo, al igual que nada concerniente a su relación con Rocío San Miguel. Mi papá es una persona normal, con un trabajo normal, que nada tiene que ver con la política ni el mundo militar. Nunca estaba interesado y nunca ha tenido ningún tipo de vinculación con ella.
Cómo puede tener secretos del Estado una persona que tiene más de 13 años que no es militar. Una persona que tiene más de un año que no habla con la persona con la que lo están involucrando, o sea no tiene ningún tipo de sentido ninguna de sus acusaciones. Solo pedimos que se haga justicia y que lo liberen de manera inmediata porque mi papá no tiene nada que ver en todo esto.
No puedo dejar de pensar que todo esto es una pesadilla y que no es verdad, no sabemos cómo está mi papá, no hemos podido hablar con él, no ha podido acceder a su abogado de confianza, no nos han dejado visitarlo.
Muchos días sin saber de ti, papá. Días desde que nuestra vida se congeló en el tiempo en esta especie de película de terror de muy mal gusto. Donde todo parece que continúa con normalidad y nosotros estamos aferrados a tu injusta realidad. Nos negamos a seguir adelante sin poder dar crédito a que esto sea verdad.