Las autoridades de Venezuela, con la ayuda de miles de voluntarios, han extraído 76.620 toneladas de desechos impregnados de petróleo del lago de Maracaibo, el más grande del país, desde mediados de 2023, cuando el gobierno puso en marcha un plan de recuperación del cuerpo de agua.
El ministro de Ecosocialismo (Medioambiente), Josué Lorca, explicó a Efe que esta cantidad de residuos «petrolizados» forma parte del total de 233.936 toneladas de basura que han sido recolectadas a través de programas como Pesca tu plástico, con el que pescadores ayudan a sanear estas aguas.
El plan gubernamental, señaló el ministro, incluye programas educativos, investigaciones científicas, participación de empresas privadas y estrategias legales, pues se trata de un problema «multidimensional» y «multifactorial».
«No es solo la recolección de desechos (…), es un problema que está más asociado a la gobernación y a las alcaldías, por los deficitarios sistemas de recolección (de basura), pues todo lo que termina cayendo en una cañada (desaguadero) termina en el lago de Maracaibo», sostuvo.
Por ello el gobierno trabaja en soluciones conjuntas con autoridades del departamento colombiano Norte de Santander, donde se origina el principal afluente, así como con representantes de los cuatro estados de Venezuela bañados por el lago: Zulia, Mérida, Táchira y Trujillo.
Se trata, detalló Lorca, de controlar la cantidad de nutrientes que son vertidos en el lago producto de sembradíos cercanos a sus 135 ríos afluentes, de los sistemas de aguas servidas y de las descargas de las industrias que operan en estas aguas.
Elaboración de un «decreto especial»
La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la principal empresa de la región, ha sustituido 600 kilómetros de tuberías lacustres por un sistema de conexión flexible para evitar derrames de crudo, uno de los mayores contaminantes del lugar.
El ministro dijo que existe un convenio marco con la estatal para «ir a la par» de su reactivación, pues ha aumentado la producción de crudo en los últimos dos años, «pero también para ir actualizando todos esos compromisos ambientales que vienen posterior a la afectación».
Señaló que las autoridades desarrollan protocolos «para ver si hay alguna forma de degradar el alga» que predomina hoy en el lugar, conocida como verdín, los cuales se estudian en laboratorios antes de ser probados en este cuerpo de agua dulce, «el segundo lago más antiguo del planeta».
Adelantó que el Ejecutivo trabaja en la elaboración de un «decreto especial» para establecer la medición de los parámetros de la calidad del agua de los lagos de Maracaibo y de Valencia para, a partir de allí, definir las normativas que regirán a las partes involucradas en el comportamiento de estos lugares.
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