El número de venezolanos que están varados en España sobrepasó los 500. En medio de la pandemia y ante la ausencia de respuestas a la solicitud de un vuelo humanitario, le proponen al Estado que abra el espacio aéreo para ingresar de forma comercial.
Hace poco más de dos semanas la cifra rondaba aproximadamente los 300 ciudadanos. En ese momento manifestaron a El Nacional su preocupación porque se estaban quedando sin dinero, y varias de esas personas forman parte de la población de alto riesgo.
Llegó a nuestra redacción, entre otros, el caso de Lucía Rodríguez, que estaba recluida en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid. El martes 14 de abril sufrió un cuadro de estrés que le provocó un pequeño infarto en el cerebro debido a la preocupación por no poder regresar al país.
En Venezuela, tiene a su mamá, una adulta mayor de 98 años de edad que sufre de la enfermedad de Alzheimer; no puede moverse y depende del cuidado exclusivo de otras personas.
Debido al viaje, Rodríguez contrató a dos enfermeras para que la cuidaran hasta el 28 de marzo, cuando debió regresar. Ahora, no quieren ir al domicilio porque tienen miedo de contagiarse y también se les dificulta movilizarse en transporte.
Refugios, la única opción para algunos
Con el paso de los días se han sumado otros connacionales que decidieron volver a casa debido al impacto de la pandemia de coronavirus.
Nelson Parra, vocero del grupo, manifestó este lunes 4 de mayo a El Nacional que muchos venezolanos, en medio de la desesperación, se han visto obligados a ir a los refugios, que se encuentran abarrotados.
«Nuestro WhatsApp se convirtió en un centro de información de refugios y comida. Se hace muy difícil conseguir ayuda porque las colas son inmensas para un plato de comida y dormir. La situación está bastante complicada», expresó.
Aseguró que la angustia y el nerviosismo está creciendo. Los ciudadanos, hasta la fecha, no han recibido respuestas de la Embajada de Venezuela en España, que los censó hace semanas.
Antonina Sofía de Navas es Maracaibo, estado Zulia, y tiene cuatro hijos que la están esperando. «Estoy bastante preocupada, son condiciones demasiado extremas, yo aquí sola; por favor, ayúdenme», expresó.
Parra indicó que las aerolíneas comenzaron a enviarles correos electrónicos en los que les comunican que les darán un bono por el monto del pasaje. Además, compañías como Plus Ultra les informaron que la reanudación de los vuelos estaría prevista para julio o agosto.
«Para ese momento, así en esta situación tan difícil para nosotros, no creo que podamos soportarlo«, añadió.
El consulado de Nicolás Maduro en Ecuador informó el sábado que a partir de esta semana comenzarán a organizar operativos especiales del Plan Vuelta a la Patria a través de Conviasa y vías terrestres para facilitar el retorno de los connacionales desde los países de América del Sur.
«Pero no se ha mencionado nada de los venezolanos en España y eso nos crea más angustia”, dijo Parra.
Un vuelo chárter: lo imposible
Parra señaló que intentaron crear un grupo considerable para ver las posibilidades de pagar un vuelo chárter a Venezuela, pero apenas 100 ciudadanos se anotaron.
«Y 100 personas no van a poder pagar ese vuelo, eso vale muchísima plata. Se habla de 200.000 dólares y la mayoría de los que se anotaron lo hicieron por si era barato, si no pasaban de 500 dólares los boletos», explicó.
Una de las afectadas manifestó a El Nacional que ha estado durmiendo en varias casas en las que le han dado alojo y en depósitos de construcción.
«Estoy en una situación precaria, he dormido en el piso. Necesitamos ayuda, por favor, a nombre de todos los venezolanos que estamos aquí en España. Pedimos ayuda porque la situación es inaguantable«, clamó.
Otra ciudadana narró que durante el tiempo que ha estado en la ciudad de Barcelona no ha podido trabajar. Se encuentra con sus dos hijas, quienes ahora sufren de ataques de llanto.
«Están sufriendo crisis porque extrañan mucho a su papá y no tenemos los recursos económicos para regresar al país. Esto me genera angustia, estrés y ansiedad, estar en la incertidumbre de no saber si realmente vamos a poder regresar», dijo.