Venezuela siguió siendo en 2020 un entorno permisivo para grupos terroristas como los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional y simpatizantes de Hezbollah. Así lo afirmó la Oficina de Contraterrorismo del Departamento de Estado de Estados Unidos en un informe publicado el jueves.
“Algunos miembros del régimen ilegítimo de Maduro y las fuerzas armadas mantuvieron vínculos financieros con disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional y grupos paramilitares venezolanos”, señaló el informe.
Se expone que analistas han advertido sobre los crecientes enfrentamientos fronterizos entre estos grupos por el comercio ilícito y por el control territorial, particularmente en la frontera de Venezuela con Colombia.
Afirmó que el Ejército de Liberación Nacional siguió ampliando su presencia en el país más allá de su base histórica en la zona fronteriza con Colombia y que consolidó su control social donde su asentamiento es más fuerte.
Indicó que, según medios locales e internacionales, el ELN estuvo presente en 12 de los 23 estados de Venezuela, con especial fuerza en los estados de Amazonas, Anzoátegui, Apure, Bolívar, Táchira y Zulia. Y que, además, ese grupo terrorista ha tenido un papel cada vez más importante en la distribución de alimentos subsidiados por el Estado y el contrabando de gas, productos básicos y carne. También los irregulares se beneficiarían de la extorsión, la minería ilegal y la propaganda de reclutamiento, en ocasiones a través del control de las emisoras radiales.
Venezuela, “un Estado fallido”
El documento señaló que Juan Guaidó, a quien reconocen como presidente interino de Venezuela, y la Asamblea Nacional electa en 2015 condenaron el año pasado la presunta complicidad del gobierno de Nicolás Maduro con esas organizaciones irregulares, que operarían desde los estados fronterizos de Venezuela.
En noviembre, la Asamblea Nacional aprobó una resolución que declara a la Fuerza de Acción Especial como una organización terrorista por su presunta responsabilidad en ejecuciones extrajudiciales dentro de Venezuela.
La oposición democrática advirtió que el régimen chavista había perdido el control de las fronteras y del territorio venezolano y que, además, se corría el riesgo de convertir a Venezuela en un Estado fallido.
Incidentes terroristas
La Oficina de Contraterrorismo expuso que la supuesta relación de Maduro y sus aliados con grupos terroristas se caracterizó tanto por el conflicto como por la cooperación.
Señaló que, debido a la escasez de recursos, hubo mayor confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y los organismos de seguridad del Estado. En septiembre, puntualizó, que 19 personas murieron en un tiroteo entre las Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el grupo disidente del Frente 10 de las FARC en el estado Apure.
Opositores acusados sin pruebas
El informe destacó que no hubo cambios en la legislación antiterrorista de Venezuela en 2020. Agregó que el gobierno de Maduro controla el Poder Judicial y utilizó los cargos de terrorismo, según Estados Unidos, para reprimir a la disidencia y oprimir a la oposición política y a la sociedad civil.
“En 2020, el tío del presidente interino Guaidó, los comisionados del gobierno interino y varios diputados de la Asamblea Nacional alineados con la oposición fueron acusados de terrorismo sin pruebas. En junio, el régimen inició acciones legales para declarar al partido político Voluntad Popular, uno de los cuatro principales de la oposición en Venezuela y expartido del presidente interino Guaidó, organización terrorista”, afirmó.
Agregó que organizaciones no gubernamentales y líderes sindicales también han sido acusados sin pruebas. Y criticó que el gobierno chavista culpe a Estados Unidos y a Colombia de supuestos complots terroristas.
La Oficina de Contraterrorismo del Departamento de Estado de Estados Unidos aseguró que en el año 2020 tampoco hubo avances significativos contra el financiamiento al terrorismo en Venezuela.