La ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, aseguró que enviar emisarios a Venezuela a hablar con dictadores no implica que se «compartan sus objetivos ni se blanquee a nadie». La funcionaria respondió así en su intervención ante la comisión parlamentaria española para la Unión Europea.
Diputados habían cuestionado que Josep Borrell, alto representante de Política Exterior de la Unión Europea, haya enviado a Venezuela a representantes para analizar las condiciones de celebración de las elecciones legislativas, convocadas para el 6 de diciembre.
González explicó que Federica Mogherini, quien ocupaba anteriormente el cargo, nombró a un enviado especial para facilitar el diálogo entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro.
Subrayó que Borrell sigue con la práctica de tener un enviado especial que facilita el diálogo entre el régimen de Maduro y la oposición en Venezuela.
«Así lo decidió la Unión Europea, los 27 miembros, no España«, subrayó la ministra española.
Enviar un emisario a dialogar «no significa que se estén blanqueando dictaduras o poniéndose del lado de dictadores», aseguró.
Lo mismo sucede cuando la UE «impulsa a hablar con Irán para resolver las cuestiones nucleares, o impulsa a hablar con Rusia para discutir el futuro de Ucrania».
Este tipo de misiones, señaló, «no quiere decir que comparta sus objetivos ni blanquee a nadie, lo hace defendiendo lo que es práctica habitual de las relaciones diplomáticas, que es el diálogo para buscar soluciones», subrayó.
González Laya destacó que, en lo relativo al actual régimen venezolano, «la posición de España está bastante clara y no ha cambiado ni cambiará».
Hace una semana, Borrell defendió el envío de una misión diplomática de alto nivel a Caracas en septiembre pasado para tratar de lograr un aplazamiento de seis meses de las elecciones legislativas, pese a no haber logrado ese objetivo.
«Había una pequeña luz de esperanza y me sentí obligado a explorarla», justificó ante el pleno del Parlamento Europeo.
El viaje a Venezuela de dos altos funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior fue criticado especialmente por el grupo del Partido Popular Europeo, que lo tildó de «clandestino».
Borrell dijo el miércoles pasado que esa misión llevó a cabo sobre el terreno los mismos esfuerzos que ha mantenido de manera telemática para hablar con todas las partes y lograr fomentar el diálogo y unas condiciones democráticas para celebrar unos comicios en Venezuela que, tal y como se plantean en este momento, la UE no podrá reconocer.
«La UE evidentemente no podrá ni siquiera plantearse el envío de una misión de observación electoral», recalcó Borrell, ya que ello «requeriría no solo el respeto a los estándares democráticos, que no se daban y siguen sin darse, sino un calendario realista».
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