La crisis generalizada que azota a Venezuela sigue haciendo mella en sus ciudadanos día tras día, quienes deben buscar por distintos medios la manera de subsistir.
Entre la escasez de combustible, los altos costos de los alimentos, los precarios salarios que no se adaptan a la realidad hiperinflacionaria y un conflicto político que parece no tener fin, los venezolanos se reinventan todos los días para hacer frente a la situación.
Este es el caso de Leidi Corobo de 36 años de edad, quien en entrevista con La Voz de América contó su experiencia para salir adelante junto a sus nueve hijos.
Según comentó, trabaja limpiando casas. Por esta labor, pocas veces recibe dinero. La mayoría de quienes la contratan le pagan con paquetes de comida como arroz, harina o lentejas. De esta forma consigue levar alimento casa.
Caminar para ahorrar dinero
Justo por la escasa entrada de dinero, indicó que no sabe calcular cuántos kilómetros recorre a diario buscando las opciones más baratas para comprar comida, así como ahorrar pasaje para conseguir un poco más de alimentos.
«Me ha tocado mucho caminar y guardarme el dinero que tenga para comprar un pedacito de queso, para no aburrir a los niños todo el tiempo con la misma comida», contó sobre sus caminatas.
VOA reseñó un estudio hecho por el Observatorio Venezolano de Salud Alimentaria y Nutrición (OVSAN). Este indica que al igual que Corobo, 47% de los ciudadanos consultados en Caracas van a pie por la ciudad para no gastar los pocos ingresos que reciben en pagar el transporte público.
En este sentido, consultaron a otra persona que aseguró siempre optar por las caminatas antes que tomar transporte público con el fin de ahorrar para comprar alimentos en efectivo.
«¿Con qué frecuencia sientes que tienes que preferir no montarte en bus y hacer caminatas? Siempre», relató Rosmary Hernández, madre de cuatro niños. Este último año ha preferido no abordar más los autobuses, para usar los billetes que llegan a sus manos en comprar alimentos. «Si pagas en efectivo es más barato», explicó Hernández a VOA.
Asimismo, hacen referencia a otro apartado de la investigación hecha por OVSAN que señala que «5 de cada diez venezolanos racionan sus porciones».
«Muchas veces me ha tocado pedir y me ha tocado dejar de comer para que mis hijos coman», declaró Corobo, mientras secaba sus lágrimas.
Tanto Corobo como Hernández colaboran con la limpieza y cocina de un comedor público, en el oeste de Caracas, que sirve almuerzos gratis a 90 niños pobres. Allí también comen sus hijos, y si sobra alguna ración, pueden ellas también tener un plato.