La historia de Geraldine Jaimes es admirable. Ella es una enfermera con residencia en el sector La Laguna, municipio Guásimos del estado Táchira, y diariamente debe caminar aproximadamente 10 kilómetros para llegar hasta el hospital donde labora por la falta de transporte o escasez de efectivo para pagar su pasaje.
«Cuando tenemos la ruta aprovechamos de movilizarnos, pero cuando no la tenemos, porque se dañó, o no le surtieron gasoil, se nos complica la cosa», dijo a La Prensa de Táchira.
Con miedo, se ve obligada a pedir a los conductores que la lleven en su vehículo, lo que acorta los tramos. Sin embargo, no todos los días goza de la misma suerte.
«Depende de nosotros mantener los servicios en los hospitales, por lo cual no teman darle la cola al personal de salud, porque el hecho que trabajemos en este lugar, no significa que estemos contaminados de covid-19», expresó.
Dijo que aunque teme contagiarse con el virus, está decidida a seguir adelante. Su vocación de servicio es la motivación para acudir diariamente a su lugar de trabajo.