En Venezuela, 89% de los hogares padece inseguridad alimentaria, según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de vida 2023, publicada este miércoles.
Aunque la apertura económica y la eliminación de los controles mejoraron los esquemas de distribución de alimentos en el país, persisten focos territoriales y de estratos donde la inseguridad alimentaria moderada y severa son una realidad para aproximadamente un tercio de la población.
La mitad de los hogares, de acuerdo con la encuesta, no percibe ingresos suficientes para cubrir la Canasta Alimentaria, lo que los pone en situación de pobreza extrema.
Pese a los esfuerzos por mejorar la seguridad alimentaria, los expertos consideran que aún queda un largo camino por recorrer para garantizar que todos los hogares tengan acceso a alimentos suficientes y nutritivos.
Se detuvo la reducción de la pobreza
En 2023, reveló la Encovi, se detuvo la mejora en la lucha contra la pobreza en Venezuela, que se mantiene como un desafío significativo para la sociedad y, más allá del ingreso, persisten múltiples carencias que afectan la calidad de vida de los hogares.
Los indicadores de pobreza abarcan educación, empleo, vivienda, servicios e ingresos. Entre 2014 y 2019, el país experimentó cinco años consecutivos de aumento de la pobreza de ingresos, marcados por la hiperinflación y el desabastecimiento que transformaron la sociedad. En 2020 la pobreza de ingreso alcanzó su punto máximo.
La probabilidad de no ser pobre se vincula estrechamente con la educación, dice la encuesta, con 65% de probabilidad de no ser pobre para aquellos que estudiaron en la educación privada.
Reducir el rezago escolar podría mejorar las oportunidades de aquellos en la escuela pública.
Casi 10% de las mujeres de hogares pobres no trabaja
En cuanto al género, la Encovi señala que 9,2% de las mujeres de hogares pobres no trabaja debido a responsabilidades de cuidado, por lo que resulta crucial incluir a este sector al mercado laboral para reducir significativamente los niveles de pobreza.
Los hogares con mujeres que no trabajan por responsabilidades de cuidado tienen 70% más de probabilidad de ser pobres.
Entre 2021 y 2022, la liberalización económica logró reducir la pobreza a niveles similares a los de 2017. Sin embargo, en 2023 se observó detención en esta mejora.
Los datos muestran que 69,1% de los hogares pobres acceden al sistema público de educación, mientras que solo 34,5% puede permitirse la educación privada. Además, 88% de los hogares pobres enfrentan rezago escolar severo.
Persisten los desafíos en la educación
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de 2023 también revela que se registró una modesta mejora en la cobertura educativa global, alcanzando 66% gracias a una leve recuperación de los ingresos familiares, pero persisten desafíos significativos.
La asistencia escolar irregular sigue siendo una realidad para 40% de la población de 3 a 17 años escolarizada, lo que afecta a aproximadamente 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes.
Pese a que el volumen de población escolarizada se ha recuperado al nivel prepandemia, con 7.613.237 estudiantes en las aulas, este crecimiento no ha sido suficiente para satisfacer la demanda potencial, que asciende a 11.597.754.
Además, la tasa de cobertura, aunque ha mejorado, es inferior a la registrada en 2020, cayendo de 70% a 66%, muestran los datos de la Encovi.
La asistencia escolar se ve afectada por diversas causas, entre ellas huelgas docentes, enfermedades, falta de alimentos en el hogar o en la escuela, así como fallas en los servicios públicos como electricidad, agua y transporte.
Casi la mitad de las inasistencias se deben a la falta de docentes, ya sea por huelgas o absentismo. La encuesta también resalta que las fallas en los servicios públicos y la escasez de alimentos también contribuyen significativamente a este problema.
Se observa asimismo una disminución en la cantidad de días de clases presenciales, con muchas escuelas públicas operando solo 2 o 3 días a la semana.
71% de las madres con responsabilidad
En cuanto al acompañamiento pedagógico en el hogar, se observa que el papel principal recae en las madres, con 71% de ellas asumiendo esta responsabilidad. Sin embargo, aproximadamente 10% de los jóvenes no recibe ningún tipo de acompañamiento en casa.
El apoyo de los abuelos está en aumento, pero las principales necesidades para brindar este acompañamiento son el acceso a Internet (54%) y dispositivos electrónicos (51%).
Por otro lado, la tasa de beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar (PAE) ha disminuido en comparación con años anteriores, con una caída de 44% a 27% entre aquellos que reportan beneficiarse diariamente de este programa, afectando especialmente a la población escolarizada en situación de pobreza extrema.
En cuanto al rezago escolar, se observa un aumento en el número de niños, niñas y adolescentes que experimentan esta situación, especialmente entre los 7 y 11 años. Este fenómeno refleja la falta de continuidad en los itinerarios escolares y está asociado a problemas como la repitencia o la deserción.
Es necesario promover programas de retención escolar para abordar este problema, recomendaron los expertos.
Personas en situación de pobreza no asisten a consultas médicas
Sobre el acceso a la salud en Venezuela la Encovi mostró datos preocupantes. Según los resultados obtenidos, 15% de los encuestados reportó haber experimentado un problema de salud o accidente en el mes previo a la entrevista.
Entre las razones por las cuales no acudieron a consulta médica, 40% indicó que se automedicó (24%), no tenía los recursos económicos para pagar la consulta (10%) o simplemente no consideró necesario buscar atención médica (3%).
Los problemas de salud más comunes reportados incluyen tos, resfriado y gripe (28%), así como problemas cardiovasculares (19%).
Se observó aumento en la automedicación de 3%, así como un incremento de 2% en la falta de recursos económicos para pagar consultas médicas en comparación con ediciones anteriores de la encuesta.
Aunque no se registraron diferencias significativas entre géneros en cuanto a la búsqueda de atención médica, sí se observaron disparidades según el nivel de pobreza: 45% de las personas en situación de pobreza que padecieron problemas de salud no asistieron a consulta, en contraste con 34% de aquellos que no se encuentran en situación de pobreza.
Salud sexual: embarazo precoz y temprano
En la encuesta se destacó la persistencia de una fecundidad de pico temprano, donde 28% de los nacimientos se concentra en el grupo de mujeres de 20 a 24 años de edad, y 45% si se amplía el rango de edad a 15 a 24 años de edad.
Los datos revelan que en Venezuela 72% de las mujeres se convierten en madres antes de cumplir los 24 años de edad, aunque se ha registrado un descenso.
La disminución de la fecundidad, indica la Encovi, ha afectado a todos los estratos sociales, aunque aún persisten diferencias, siendo el promedio de hijos por mujer más alto entre las mujeres más pobres.
Entre las madres adolescentes, 15% tiene dos o más hijos y solo 16% logra combinar la maternidad con la escolaridad.
Solo 43% afirma usar anticonceptivos
En cuanto a los métodos anticonceptivos, aunque 75% de las mujeres de 15 a 19 años de edad aseguran conocer algún método, solo 43% afirma utilizarlos.
La esterilización femenina se mantiene como el método anticonceptivo más reportado (28%), seguido por la píldora (22%). También, entre 2021 y 2023 aumentó el porcentaje de mujeres que utilizan implantes (de 8% a 12%) y aquellas cuyas parejas optan por la vasectomía (de 1% a 6%).
La disparidad socioeconómica también se refleja en el uso de anticonceptivos, donde 88% de las mujeres del quintil más rico los utiliza en comparación con 47% del quintil más pobre.
El uso de anticonceptivos varía según la edad, siendo de 43% entre las adolescentes, de 71% entre las mujeres de 20 a 24 años de edad y de 80% entre aquellas de más de 25 años de edad.
Según los datos de la Encovi, la Gran Caracas no figura como la región con mayor uso de anticonceptivos, con Maracaibo posicionándose en último lugar en este ranking.
Optan por irse a EE UU y España
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida identificó cambios significativos en los patrones migratorios de los venezolanos, impulsados por las crisis económicas y políticas en la región, así como por un clima social adverso y procesos de reagrupación familiar.
Se ha observado una disminución en la concentración de venezolanos en países como Colombia y Perú, mientras que ha aumentado el número de aquellos que han optado por establecerse en Estados Unidos y España. Chile se posiciona como el tercer país receptor de migrantes venezolanos.
Entre los años 2017 y 2021 se registró un aumento en la proporción de hombres migrantes en comparación con las mujeres, aunque en las últimas ediciones de la Encovi se ha observado una reducción en esta brecha.
Este cambio podría estar relacionado con la migración reciente de mujeres con el propósito de reunirse con sus familias en el extranjero, lo que podría indicar una mayor estabilidad en los destinos migratorios venezolanos.
Población migrante envejeció
La encuesta también revela un envejecimiento de la población venezolana migrante, con casi la mitad concentrada en el grupo de edad de 30 a 49 años. Esto contrasta con la situación hace seis años, cuando la mayoría de los migrantes se encontraban en el rango de edad de 15 a 29 años, durante el inicio del éxodo masivo a partir de 2015.
En cuanto al perfil educativo de los migrantes venezolanos, los flujos migratorios que ocurrieron entre 2012 y 2017 estuvieron caracterizados por un alto nivel educativo, con casi la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres habiendo completado la educación universitaria.
Sin embargo, con la intensificación del éxodo, se ha observado una incorporación de personas con un menor nivel educativo, en su mayoría con educación secundaria completa o inferior, y sin brechas de género significativas.
La vulnerabilidad parece «estabilizarse»
El Índice de Vulnerabilidad, señalan los investigadores, que evalúa dimensiones clave como ingresos, empleo, seguridad social, educación, salud, alimentación, vivienda, servicios y estructura del hogar, ofrece una mirada preocupante sobre la situación de los hogares venezolanos.
Para 2021, se constató que 7 de cada 10 hogares presentaban una o más vulnerabilidades. Y para 2023 los niveles de vulnerabilidad parecen haberse estabilizado en el país.
La dimensión que genera más vulnerabilidad está relacionada con los servicios públicos. El estudio menciona que 78% de la vulnerabilidad moderada o severa se concentra en el 30% más pobre de la población, evidenciando correlación directa entre los niveles de vulnerabilidad y la condición socioeconómica de las familias.
Los hogares poco vulnerables, en su mayoría, se encuentran entre los deciles 6 y 10 de los índices de pobreza, subrayando aún más la estrecha relación entre la vulnerabilidad y el nivel de ingreso.
Algunas vulnerabilidades persisten independientemente del nivel de ingreso, como la educación, la protección social, la salud, la nutrición y los servicios públicos. Estos factores son áreas críticas que requieren atención urgente para garantizar el bienestar y la seguridad de todas las familias venezolanas.
Casi 50% trabaja por cuenta propia
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida ha reiterado la necesidad de aumentar la participación en la fuerza laboral de los miembros del hogar en edad productiva, destacando especialmente la importancia de la inserción de la mujer en el mercado laboral debido a su impacto directo en los ingresos familiares.
La superación de las barreras de acceso al trabajo para las mujeres es crucial para combatir la pobreza de ingresos y las condiciones de vulnerabilidad en los hogares.
De la fuerza laboral compuesta por personas mayores de 15 años de edad, solo 52,2% se encuentra ocupado, y dentro de este grupo 48,3% trabaja por cuenta propia.
En cuanto a la remuneración, se observa que los mejores sueldos, calculados en promedio en divisas, corresponden a los patronos o empleadores (206,9 dólares), seguidos por los miembros de cooperativas (174.6 dólares) y los empleados y obreros del sector privado (136,3 dólares). Estos datos resaltan la diversidad de formas de empleo y las disparidades salariales existentes en el mercado laboral venezolano.
La mejora económica «de facto» exacerbó las diferencias
La apertura económica «de facto» de Venezuela a partir de 2019-2020 exacerbó las diferencias sociales, especialmente en cuanto al acceso a oportunidades, revela la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida.
La desigualdad social relacionada con las oportunidades está fuertemente influenciada por la ciudad o localidad de residencia, debido a procesos de centralización de decisiones públicas y concentración de servicios sociales y públicos, lo que ha contribuido al aumento de la disparidad.
Aunque en ocupaciones elementales las mujeres ganan ligeramente más que los hombres, esta diferencia es solo de 7% y en la mayoría de las ocupaciones la brecha salarial persiste.
En cuanto al retorno educativo, se observa una marcada desigualdad: aquellos sin educación formal reportan ingresos de 1,5 dólares por hora, mientras que aquellos con educación media apenas ven un aumento de 5,5% sobre este monto.
San Cristóbal y Gran Caracas, con menor desigualdad
Esto resalta la importancia de valorar la educación media como herramienta clave para reducir la desigualdad.
Según el ranking de desigualdad, San Cristóbal y luego la Gran Caracas encabezan la lista, seguidas por Valencia y Maracay. Por otro lado, Maracaibo y Maturín, ciudades petroleras, se encuentran entre las más vulnerables.
En los últimos cinco años, aproximadamente 2,1 millones de personas se han mudado internamente en Venezuela, siendo 15% por motivos laborales, 2% por problemas con los servicios públicos y 80% por razones personales.
La mayoría de las personas (89%) se ha mudado dentro del mismo municipio o centro poblado, mientras que 11% ha cambiado de ciudad o entidad federal.
Las entidades que más población expulsan son principalmente Monagas, Falcón y Guárico, mientras que las que más atraen son Miranda, el Distrito Capital y Carabobo. Estos movimientos internos reflejan las dinámicas de desigualdad y oportunidad dentro del país.
Política social: línea de pobreza extrema
De acuerdo con los datos, la línea de pobreza extrema se sitúa en 222,60 dólares, mientras que el ingreso promedio de los hogares en esta situación es de 120,70 dólares.
Para alcanzar la línea de pobreza extrema, se necesitaría un bono adicional de 85,37 dólares. Sin embargo, el bono promedio actualmente recibido es de tan solo 16,53 dólares.
Para que los hogares superen la línea de pobreza, sería necesario destinar 50,8% del ingreso petrolero al sistema de bonos y transferencias.
Disminución en la entrega de las cajas CLAP
En cuanto a las cajas CLAP, utilizadas como parte de los programas sociales, se observa disminución en la recepción.
Mientras que en 2022 90,4% de los hogares las recibían, en esta edición la cifra disminuyó a 83,1%. Además, 87,6% de los beneficiarios de las cajas CLAP se encuentran en el nivel de pobreza extrema.
¿Qué propone la Encovi?
Políticas de empleabilidad y emprendimiento para la mujer
Facilitar la permanencia y duración de la jornada laboral femenina.
Implementar un sistema de cuidado infantil, de la tercera edad y de personas con discapacidad.
Realizar cambios en la normativa laboral sobre maternidad y lactancia.
Incrementar las cuotas de participación femenina en ocupaciones profesionales, administrativas y técnicas.
Políticas de capacitación y empleo juvenil
Prolongar la permanencia de los jóvenes en la escuela mediante reforma de la educación media.
Diversificar la oferta de educación superior e incentivar el acceso y permanencia en esta.
Desarrollar políticas del primer empleo, especialmente para aprendices y pasantías laborales.
Ofrecer incentivos para el desarrollo de emprendimientos digitales.
Intervención sobre el entorno comunitario
Abrir al mercado la generación y autoproducción de energía.
Estimular la solución comunitaria de producción y acceso a los servicios energéticos.
Invertir en la movilidad interurbana mediante el desarrollo de sistemas de transporte escolar y empresas de transporte público.
Reformas en la prestación de servicios sociales
Mejorar la presenciabilidad y remuneración de docentes en el sector educativo.
Desarrollar programas municipales o parroquiales de transporte escolar.
Recuperar el Programa de Alimentación Escolar.
Reducir el gasto de bolsillo en salud y diversificar los modelos de Atención Primaria.
Crear un programa de subsidio a medicamentos para enfermedades crónicas.
Coordinación y cooperación internacional
Identificar zonas y áreas de intervención prioritarias.
Sectorizar el país según áreas prioritarias y actores relevantes.
Coordinar programas y financiamiento de ayuda humanitaria con participación de autoridades locales, la ONU y otras organizaciones internacionales y locales.
Desarrollar planes y programas de ayuda humanitaria estableciendo metas de población beneficiaria, programas permanentes y semipermanentes y financiamiento.