Las elecciones presidenciales en Estados Unidos y las elecciones presidenciales en Venezuela serán determinantes para el flujo migratorio de la población venezolana, de acuerdo con un reciente informe publicado por el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) y la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (Redac).
«Ambas se presentan como unas oportunidades de agudización o desaceleración de la movilidad humana venezolana (dependiendo de los resultados)», dijo Nicole Hernández, investigadora de Cepaz, en la presentación del informe Las rutas migratorias más peligrosas de América: el camino incierto que atraviesan las personas migrantes y refugiadas venezolanas.
«Dos de cada tres personas encuestadas admiten estar dispuestas a quedarse en el país si se produce un cambio político. Pero, cuatro de cada cinco acelerarían el proceso si no ocurriera», advirtió Hernández, citando un estudio realizado por las ONG y la organización Delphos.
Cepaz y Redac identificaron que la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país no es el único factor que impulsa la migración venezolana para este año, también se incluye el miedo a ser víctima de persecución política por participar en opiniones y eventos que indiquen una narrativa crítica o contraria al gobierno de Nicolás Maduro y la falta de oportunidades económicas.
Cambios en el flujo migratorio
El documento reveló un cambio en el flujo migratorio, con un número creciente de venezolanos optando por rutas migratorias irregulares hacia Estados Unidos, a pesar de los múltiples desafíos que estas representan.
«La migración venezolana solía estar dirigida hacia Latinoamérica, pero hoy estamos viendo un cambio importante: la población migrante en esos países se está dirigiendo a Estados Unidos. La migración hacia América del Sur ha disminuido, incluso quedó en cifras negativas en términos de la población venezolana porque, más bien, ha salido de esos países en los últimos dos años», señaló Hernández.
Entre octubre del 2023 y marzo de 2024 la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha registrado al menos 169.627 personas venezolanas en la frontera con México. Mientras que entre el 2000 y el 2021 la tasa de venezolanos migrantes aumentó en 600% en Estados Unidos, según la organización norteamericana Pew Research Center.
Peligrosas rutas migratorias
Los migrantes y refugiados venezolanos que busca llegar a Estados Unidos transitan por rutas irregulares en las que enfrentan una serie de riesgos y desafíos, tales como: violencia y extorsión por parte de grupos criminales; tráfico de personas y explotación sexual; falta de acceso a servicios básicos como alimentos, agua y atención médica; detenciones arbitrarias y deportaciones sin garantías del debido proceso; xenofobia y discriminación por parte de las poblaciones locales, y falta de respuesta adecuada.
Tanto las ONG nacionales como internacionales ha detectado que los gobiernos de México, Colombia, Estados Unidos, Panamá, entre otros, no han acatado las indicaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) de considerar a cualquier migrante venezolano como un refugiado
«Más bien, se prestan a la vulneración de Derechos Humanos a hacer una vista gorda a las denuncias y tener discursos estigmatizantes», advirtió Natalia Matamoros, periodista especialista en migración.
La periodista radicada en México dijo que las organizaciones de la sociedad civil ayudan a la población migrante venezolana con albergues y chequeos médicos, pero no es suficiente para atender el flujo migratorio actual y en crecimiento.
La OIM contabilizó 1148 personas fallecidas y desaparecidas en sus rutas migratorias en América Latina y el Caribe en 2023, y ese número se mantiene constante en los últimos cuatro años. De los registros de la oficina de la ONU, 16 % de esas poblaciones (cerca de 184 por año) son personas con nacionalidad venezolana.
Venezuela es el tercer país con la mayor cantidad de migrantes que fallecen en rutas migratorias, siendo superado por Cuba y México.
«Además, se estima que entre el 60 y el 80 % de las mujeres y niñas que migran hacia Estados Unidos por México son víctimas de abuso sexual en alguna etapa del viaje», dijo Hernández.
Ante este escenario, quienes presentaron el informe instaron a los Estados, organizaciones internacionales y sociedad civil a implementar políticas públicas que garanticen la protección de los derechos de las personas migrantes y refugiadas, así como a fortalecer los mecanismos de cooperación regional para abordar la crisis migratoria de manera integral.
También señalaron que es necesario combatir el tráfico de personas y las redes criminales que se lucran con la migración irregular y promover la inclusión social y la integración de las personas migrantes y refugiadas en las comunidades de acogida.