El estado natal del fallecido presidente Hugo Chávez, Barinas, vota este domingo por gobernador tras un fallo judicial que ordenó repetir los comicios de noviembre sin el principal candidato opositor, que lideraba los conteos, y entre denuncias de ventajismo oficial.
Los electores comenzaron a llegar a los centros de votación desde temprano para participar en esta votación en la que el exvicepresidente y excanciller Jorge Arreaza busca mantener la hegemonía que el chavismo tiene desde 1998 en esta región agropecuaria de Venezuela.
En total, 607.000 de los 870.000 habitantes de Barinas están llamados a las urnas en 543 centros fuertemente custodiados por policías y militares.
El proceso arrancó a las 6:00 am debe extenderse por 12 horas, aunque el lapso para la votación puede extenderse mientras haya electores en fila.
«Vengo a ejercer mi voto para ver si queda el gobernador de nosotros», dijo a la AFP Walter Fajardo Romero, un bombero y miliciano de 56 años, militante del chavismo, que sufragó en Ciudad Tavacare, un complejo de viviendas populares, donde votará Arreaza.
Murales alusivos a Chávez adornan sus muros.
«La oposición ganó y no les gustó, porque tienen que seguir con la hegemonía y la dinastía de ellos», señaló por su parte Nelson León, un profesor de música de 68 años, que votó cerca de la Plaza Bolívar de la capital del estado, la homónima ciudad de Barinas.
La gobernación estuvo por dos décadas en manos de familiares del propio Chávez. La dinastía empezó con su padre, Hugo de los Reyes Chávez (1998-2008), y continuó con sus hermanos Adán (2008-2016) y Argenis (2017-2021), quien aspiraba a la reelección, pero renunció después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, ordenara repetir los comicios cuando el opositor Freddy Superlano reclamaba el triunfo.
El tribunal alegó que Superlano -que en ese momento contaba con el 37,6% de los votos frente al 37,21% de Argenis Chávez- estaba inhabilitado por investigaciones judiciales.
«Hemos visto que hay mucha más afluencia que el pasado 21 de noviembre. Esto es un buen augurio», celebró Superlano tras su voto. «Hoy Barinas es Venezuela».
«Uso y abuso»
El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ganó en las regionales 19 de las 23 gobernaciones del país, más la alcaldía de Caracas. Y eligió a Arreaza, padre del primero de los nietos de Hugo Chávez, para esta nueva elección en lugar del gobernador saliente.
«Vuelve la esperanza» fue el eslogan de Arreaza en esta elección, vendiendo un mensaje de cambio y renovación pese a la hegemonía chavista en esta región.
Sergio Garrido sustituyó por su parte a Superlano, luego de que también fuesen inhabilitados la esposa del dirigente excluido y otro posible aspirante.
Otros postulantes minoritarios están en contienda, como el excandidato presidencial Claudio Fermín.
El PSUV y el gobierno de Nicolás Maduro han desplegado toda su fuerza para esta elección. Carteles y vallas con el rostro de Arreaza dominan el escenario, mientras que ministros y funcionarios gubernamentales han inaugurado obras públicas durante la campaña, y entregado viviendas populares.
La maquinaria del chavismo llega a pueblos agrícolas como Altamira de Cáceres, población más antigua de esta región, fundada en 1577 y repleta de propaganda chavista.
«Hay mucho ánimo por el nuevo candidato», comentó en la víspera de las elecciones a la AFP Leticia Aguilera, seguidora de Arreaza, que dijo trabajaría este domingo para movilizar votantes en esta zona de cultivos de café y cacao al pie de los Andes venezolanos.
Roberto Picón, uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), denunció ventajismo oficial.
«Los mecanismos de fiscalización y penalización disponibles para el CNE son insuficientes para controlar una acción concertada del Estado, en campaña electoral, como la que se ha evidenciado en Barinas», expresó en Twitter Picón.
El CNE fue reestructurado de cara a los comicios de noviembre para abrir espacio a autoridades próximas a la oposición como Picón, aunque el organismo sigue controlado por el chavismo.
Garrido denuncia «uso y abuso» de recursos públicos