Desde que Edmundo González Urrutia llegó a Madrid, su relación con los medios de comunicación ha sido nula. Ha evitado cualquier contacto significativo, mostrando un rechazo absoluto hacia la prensa y dejando claro su desinterés en responder a la opinión pública. Este silencio desafía los principios de transparencia que un líder debe mantener, especialmente en tiempos de crisis, y se aleja de los valores de claridad que todo líder debería demostrar.
Este comportamiento refleja un desdén hacia el derecho de los venezolanos —y del mundo— a estar informados, planteando una seria amenaza a la libertad de prensa y al ejercicio del periodismo. Su negativa a dialogar con los periodistas, quienes buscan cumplir su deber de informar al público, demuestra un desprecio hacia el trabajo de los comunicadores y el derecho de los ciudadanos a estar informados.
Una conducta que genera incertidumbre y críticas
González ha optado por un silencio absoluto, lo cual ha generado desconcierto y críticas en la comunidad venezolana e internacional. Este silencio y su negativa para hablar con los medios levantan dudas sobre su apoyo al periodismo, a la libertad de expresión y a la transparencia. Esta conducta no solo ofende a los profesionales del periodismo, sino que también obstaculiza su labor de llevar información precisa y veraz al pueblo venezolano, tanto dentro como fuera del país.
Rechazo hacia medios de comunicación con historia democrática
El tiempo pasa y el opositor venezolano sigue evitando ofrecer declaraciones a medios venezolanos y españoles que durante años han documentado los atropellos del régimen en Venezuela. En lugar de mantener una comunicación abierta, González ha establecido un patrón de rechazo hacia los medios de comunicación. Su negativa también se traslada para hablar con El Nacional, un periódico que ha resistido las presiones del régimen y ha mantenido su compromiso con la democracia, lo cual refleja un desdén hacia los valores de la libertad de expresión y la transparencia. Este comportamiento es particularmente paradójico, ya que el presidente electo conoce bien la historia de El Nacional y su compromiso. No es un desconocido para el medio; fue miembro del consejo editorial internacional del diario, y comprende profundamente su historia de resistencia contra el régimen, así como las alocuciones del gobierno que constantemente lo vilipendian. Sin embargo, ha decidido guardar silencio y no responder a este medio
En cada aparición en Madrid, su rechazo a los medios es evidente: no se permite acceso ni preguntas, ni siquiera a canales que han sido aliados informativos de la causa venezolana, como NTN24, a quienes reconocemos y expresamos nuestra solidaridad por su apoyo continúo a la lucha por la libertad en Venezuela. También ha negado acceso a medios españoles que durante años han denunciado la situación en Venezuela. Hubo una única excepción: se limitó a una aparición en CNN en Estados Unidos, donde sí concedió una entrevista. Se desconocen los motivos de su elección.
González y una conducta alejada de los valores democráticos
El presidente electo de Venezuela Edmundo González, quien debería ser un símbolo de apertura y cambio para Venezuela, ha adoptado una postura de hermetismo absoluto. En su primera aparición en suelo español durante el VI Foro de La Toja, tuvo una breve intervención, apenas ofreció una rueda de prensa de cuatro minutos.
Esta actitud de distanciamiento muestra una falta de compromiso con la comunicación y transparencia y pone en duda su disposición a rendir cuentas. Su negativa a comunicarse con los medios y, por ende, con el pueblo venezolano, subraya una desconexión preocupante con la responsabilidad pública que debería caracterizar a un presidente electo.
Hermetismo total sobre su agenda y viajes en Europa
Los viajes de González por Europa, que incluyen Bruselas e Italia, reflejan su esfuerzo por consolidar apoyos internacionales que respalden su posición como presidente electo y promuevan la restauración de la democracia en Venezuela. Sin embargo, estos viajes están rodeados de un estricto secretismo. Acompañado de un gran equipo, cuya presencia y número no se comprenden en propósito, González ha evitado informar sobre sus objetivos en cada país. Una agenda oculta.
La escasa información disponible proviene de publicaciones esporádicas en redes sociales o de breves comunicados de su equipo, que eluden cualquier detalle sobre su agenda. Esta falta de transparencia preocupa a la prensa, que busca cumplir su función de informar con claridad a la ciudadanía.
El equipo de comunicación como barrera infranqueable
Cada aparición pública de González en Madrid ha estado marcada por una barrera infranqueable entre el presidente y la prensa. Su equipo de comunicación, que actúa en ocasiones como si fueran guardaespaldas, rodea a González en cada evento y bloquea cualquier intento de acercamiento por parte de los periodistas. La posibilidad de hacer preguntas y obtener respuestas se ha visto reducida prácticamente a cero, generando frustración entre los medios que intentan cumplir su labor informativa.
Edmundo González, un llamado de El Nacional: exigimos respeto al periodismo
Nuestra misión es informar de manera veraz, objetiva y oportuna sobre los acontecimientos relevantes para la sociedad. Su función principal es proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para tomar decisiones informadas, fomentar la transparencia en el ejercicio del poder y servir como un espacio de debate y reflexión. Además, un periódico tiene el compromiso de defender la libertad de expresión y actuar como un contrapeso ante posibles abusos de poder, promoviendo la rendición de cuentas y fortaleciendo la democracia.
Su silencio hacia El Nacional, a la prensa española y a otros medios interesados en la situación venezolana alimentan la confusión y la desconfianza, y refuerza la percepción de distancia entre el presidente electo y aquellos a quienes representa.
Es importante señalar que, como medio de comunicación, nuestra responsabilidad es dar a conocer la realidad de los hechos, y hoy la realidad es que Edmundo González ha escogido no ser claro. Su silencio y la constante negativa a atender a los medios de comunicación no solo cierran puertas a la información, sino que también abren una gran interrogante sobre su compromiso con la rendición de cuentas y la responsabilidad pública.
Desde El Nacional, estamos para apoyar a los venezolanos y a todos los profesionales de la comunicación.
Los venezolanos merecen un líder que hable con claridad, que rinda cuentas y que mantenga un diálogo abierto con su pueblo y con el mundo. En cambio, la actitud de González parece enviar un mensaje de distancia y desconexión. Su silencio no solo afecta a los medios que buscan hacer su trabajo; afecta también a cada ciudadano que tiene derecho a saber y entender lo que sucede con el futuro de su país.
Desde El Nacional reiteramos nuestro compromiso con la verdad y seguiremos exigiendo respuestas, porque informar es nuestra misión y denunciar, cuando se obstaculiza el acceso a la información, también lo es. La actitud de Edmundo González de mantener su agenda bajo secreto y evitar el contacto con la prensa genera una creciente desconfianza.
Los venezolanos, dentro y fuera de su país, merecen un presidente que esté dispuesto a hablar, a explicar sus decisiones y a asumir la responsabilidad de informar sobre sus acciones. Desde aquí, reafirmamos nuestro compromiso con la verdad y exigimos apertura y responsabilidad de quienes ostentan cargos públicos.
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