Cinco días después de que el Tribunal Supremo de Venezuela (TSJ) confirmó una inhabilidad de 15 años contra la candidata presidencial opositora María Corina Machado, decisión que le impide competir en las elecciones previstas para el segundo semestre de este año, el gobierno de Colombia y el presidente Gustavo Petro guardan silencio.
«La ciudadana María Corina Machado Parisca está inhabilitada para ejercer funciones públicas por un periodo de 15 años», dice la sentencia del máximo tribunal.
La sentencia, dictada por la Sala Político Administrativa del Supremo, desestimó la solicitud de amparo cautelar presentada por la exdiputada, quien esperaba que le fuera levantada la sanción a través de este mecanismo de revisión de casos acordado entre el gobierno y la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD). Por el contrario, el tribunal reafirmó que Machado está inhabilitada por haber «sido participe de la trama de corrupción orquestada» por el exjefe del Parlamento Juán Guaidó.
“El régimen decidió acabar con el Acuerdo de Barbados. (…) Maduro y su sistema criminal escogieron el peor camino para ellos: unas elecciones fraudulentas. Eso no va a pasar”, escribió Machado en su cuenta de X (antes Twitter).
Ningún mensaje por parte de Colombia
Este episodio, que da inicio a una nueva arremetida por parte del régimen de Maduro en contra de la oposición, generó nuevas sanciones de Estados Unidos -que afectan principalmente al sector minero- y el rechazó de países del continente, pero ningún mensaje de Colombia.
Si bien es cierto que sobre el canciller Álvaro Leyva pesa una suspensión de tres meses por la polémica licitación de los pasaportes, lo cierto es que el funcionario sigue ejerciendo su cargo. Incluso en dos ocasiones posteriores al fallo de la Procuraduría ha formulado declaraciones oficiales, por lo que para muchos analistas resulta inexplicable la ausencia de un comunicado o mensaje por parte de la Cancillería en relación con esta situación.
El sociólogo Rafael Uzcátegui, director de Laboratorio de Paz de Venezuela, considera que es clave tener una declaración por parte del gobierno colombiano y de aquellos países que en su criterio Nicolás Maduro percibe como potenciales aliados ideológicos.
«Los valores democráticos que sabemos que tiene el presidente Petro y el presidente Lula son muy importantes. Cualquier tipo de incidencia que pueda hacer para poder allanar el camino a una solución pacífica y democrática del conflicto venezolana es valiosa», opinó Uzcategui.
Agregó que es clave que cualquier mensaje no se exprese de manera privada, sino que sea público.
Petro y su papel como mediador
Y es que una de las grandes apuestas del presidente Petro tras su llegada al poder fue restablecer relaciones con Venezuela, rotas durante el mandato de Iván Duque.
Además de las múltiples visitas a Venezuela para firmar tratados de cooperación, el jefe de Estado se ha querido convertir en una especie de mediador para que Venezuela regrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, para que haya elecciones transparentes y hasta para pedirle a Estados Unidos que levante las sanciones económicas. Allí ha invertido buena parte de su capital político.
Durante la Conferencia Internacional sobre Venezuela -en la que se selló el Pacto de Bogotá- dijo que el encuentro se realizó para que Venezuela tenga la potestad de tomar sus decisiones con profunda libertad “sin que nadie, fuera de su país, los presione para tomar decisiones contrarias a su propia voluntad política. Ni nadie dentro de su país los presiona para que sus decisiones soberanas terminen siendo conculcadas”.
Sin embargo, este discurso parece no tener coherencia con su posición frente a Maduro y a lo que ocurre en Venezuela. Ya sucedió algo similar con su tardía declaración sobre la tensión entre Venezuela y Guyana y luego de que el régimen celebró un referendo para anexionar la región del Esequibo.
Uzcátegui considera que el encuentro no ha tenido los efectos deseados y que eso va a generar presión por parte de Estados Unidos hacia Colombia para que siente posición.
«Hay objeciones por el excesivo protagonismo que tiene Estados Unidos en la región y en el conflicto venezolano, pero una de las razones de que eso ocurra es porque los gobiernos progresistas de la región han abandonado ese espacio político», agregó.
«Es un problema de hipocresía»
Costa Rica, Ecuador y República Dominicana, a través de un comunicado conjunto, y Chile, mediante un comunicado de su Cancillería, han enviado duros mensajes de rechazo ante la decisión del tribunal.
“El gobierno de Chile expresa su preocupación por la situación que afecta a líderes políticos de la oposición venezolana que podrían verse impedidos de participar en las próximas elecciones presidenciales de ese país”, dijeron al respecto en el gobierno de Gabriel Boric.
El escritor Juan Carlos Botero señaló que el problema no es si María Corina es buena o no, pues la decisión es de Venezuela: «Es un problema de hipocresía porque Gustavo Petro rechaza los atropellos a la democracia en otros países. ¿Por qué no en Venezuela?»
En el Congreso de la República también se le ha pedido al gobierno que fije posición frente a este hecho.
“Ya es insostenible el silencio de Colombia ante el atropello contra la participación de la señora Machado en las elecciones en Venezuela. Podrían decir que Colombia es dueño de su silencio. Pero cuando el silencio es estruendoso, al menos deberían explicarnos cuál es su fundamento y qué propósito se busca”, escribió el senador Humberto de la Calle en sus redes sociales.
Varios han recordado que el presidente Gustavo Petro hizo presencia en Guatemala durante la posesión de Bernardo Arévalo y que fue uno de los que presionó para que se llevara a cabo el acto de juramentación. Incluso catalogó lo hecho por la Fiscalía de ese país como un “intento golpista”.
«Calla ante las injusticias que cometen sus amigos»
“El silencio cómplice del presidente Gustavo Petro frente a los atentados a la democracia que se están cometiendo en Venezuela, es inadmisible”, dijo el senador de oposición David Luna, que cuestionó directamente al presidente Petro: “Le gusta posar de líder internacional pero calla ante las injusticias que cometen sus amigos. Son igual de censurables las declaraciones de Milei en contra de Petro, que el silencio de Petro a favor de Maduro”.
Luis Ernesto Gómez, que hizo parte del gabinete de Claudia López y renunció para hacerle campaña a Gustavo Petro, fue otro de los que llamó la atención frente a la falta de una declaración pública respecto al caso venezolano.
“Con la misma vehemencia que Colombia condenó los intentos golpistas en Guatemala hace un par de semanas, debe condenar el robo electoral que adelanta Maduro contra María Corina”, dijo Gómez, que luego concluyó: “La democracia se defiende siempre”.
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