El régimen de Nicolás Maduro aspira a producir en Venezuela la vacuna rusa contra el covid-19, Sputnik V, la cual ha sido recibida con escepticismo por la comunidad internacional.
«Hay completa disposición de los compañeros de la Federación Rusa y, por supuesto, nuestro mayor interés para agilizar la producción y la incorporación muy rápidamente a la fase 3 de la vacuna Sputnik V», declaró el ministro de Salud, Carlos Alvarado, este jueves durante un transmisión de VTV.
La fase 3 de una vacuna consiste en la etapa de aplicación de pruebas en seres humanos.
«Hubo intercambio de preguntas desde el punto de vista técnico para ver si podemos nosotros iniciar, primero, el proceso de envase y, luego, la producción completa de la vacuna en Venezuela como aspiramos», agregó Alvarado, luego de una videoconferencia con miembros del Centro de Investigación de Epidemiología y Microbiología Nikolai Gamaleya, encargado de producir la Sputnik V.
En la reunión también participó el Fondo de Inversión de Rusia.
Selección de voluntarios
“Se acordó firmar acuerdos de confidencialidad e iniciar la selección de posibles candidatos para el desarrollo de la fase 3 en Venezuela», agregó Alvarado, quien hace unos días aseguró que Venezuela aportaría unos 500 voluntarios para ello.
Vacuna rusa
El gobierno ruso dijo el 11 de agosto ser el primero en aprobar una vacuna contra el covid-19, que bautizó Sputnik V en honor del primer satélite lanzado al espacio, en 1957.
La Organización Mundial de la Salud advirtió en ese momento que aprobar una vacuna requiere de una revisión rigurosa de los datos de seguridad.
Sin embargo, por el momento Rusia no ha publicado un estudio detallado que permita verificar de manera independiente sus resultados.
Coronavirus en Venezuela
En plena pandemia, Venezuela ha recibido insumos médicos de Rusia, país con el que mantiene estrechas relaciones.
Desde que el virus llegó en marzo al país caribeño de 30 millones de habitantes, hay 41.965 contagios confirmados y 351 muertes, según cifras oficiales, cuestionadas por la oposición y organizaciones como Human Rights Watch por considerar que esconden una situación mucho peor.
La pandemia encontró a Venezuela con una aguda escasez de medicamentos y precarios sistemas de salud públicos, síntomas del colapso económico que ha causado el éxodo de unos 5 millones de migrantes desde finales de 2015, según la ONU.