Desde hace años, la educación venezolana atraviesa una grave crisis que ha profundizado la pobreza de aprendizajes de los niños, niñas y adolescentes. Aunque las soluciones a los principales problemas, los bajos sueldos de los docentes y las fallas en la infraestructura y los servicios públicos, son responsabilidad del Estado, expertos destacan que es necesario que la sociedad adopte también un papel protagónico en el tema educativo para recuperar la calidad y garantizar el acceso a los estudios de todos los ciudadanos. Organizaciones, academias, medios de comunicación, empresarios, educadores, familias y autoridades tienen un papel importante y deben hacer lo que esté en sus manos para salvar el sistema educativo y con ello el futuro del país.
Avanzar del Estado docente a la sociedad educadora. En esto consiste la propuesta en la que el Estado deja su rol exclusivo como responsable del sistema educativo y comparte su protagonismo, capacidades y procesos de toma de decisiones con la familia y la sociedad, de acuerdo con un artículo publicado en la revista SIC.
Sobre este punto, Luisa Pernalete, miembro del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría en el eje de convivencia y ciudadanía, destacó la importancia de que la sociedad se involucre mucho más en el tema educativo. «No a todos nos toca la misma responsabilidad, pero es necesario que cada uno cumpla con lo que le toca y lo que pueda para mejorar», manifestó en una entrevista para El Nacional.
No se trata de que el Estado deje de cumplir con su responsabilidad, pues la Constitución de la República establece que debe ser garante de una educación de calidad para todos los venezolanos. Pero como sociedad se debe asumir un rol protagónico en pro de buscar soluciones que a la larga sean positivas para la construcción país, de acuerdo con Pernalete.
«No podemos seguir esperando a que la educación se arregle por sí sola, es necesario tomar acciones y colaborar desde donde se pueda y como se pueda. Por ejemplo, los medios de comunicación tienen un papel importante para visibilizar la problemática, pero también las posibles soluciones», agregó la educadora.
Dentro de la sociedad, la familia tiene el deber de participar activamente en el aseguramiento de la vigencia del derecho humano a la educación. Pernalete explicó que si bien la familia no puede sustituir a la maestra, sí tiene el deber de trabajar en casa para que los niños, niñas y adolescentes puedan afianzar los conocimientos.
«La familia es la primera aliada para tener paz y educación de calidad», afirmó.
Teniendo esta idea como punto central, la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) presentó hace dos semanas un propuesta que se enmarca en la necesidad de establecer un nuevo contrato social en materia educativa que involucre a la sociedad educadora y no solo al Estado para que el país adapte la educación a las dinámicas y demandas propias del siglo XXI.
La iniciativa fue desarrollada por profesores, investigadores, egresados y estudiantes, pero también forma parte de la Alianza por la Educación, proyecto impulsado por Fe y Alegría en el que están involucrados, además de la UCAB, instituciones como la Universidad Metropolitana y la Monteávila, el Centro de Reflexión y Planificación Educativa (Cerpe), la consultora EY y varias empresas.
Atacar el abandono y rezago escolar
Uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el país actualmente es la salida del sistema educativo de casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años, de acuerdo con los más recientes estudios realizados por la UCAB.
Para enfrentar esta situación, la propuesta de la universidad plantea, a corto plazo, destinar 30% de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto de Sucesiones al sector educativo.
«Nos parece muy pertinente porque la educación en Venezuela necesita recursos. El Estado debe asignar los recursos necesarios para que la educación sea de calidad y esto está en la constitución. Sacar estos recursos del IVA es muy acertado porque todos en el país pagamos este impuesto, por lo tanto tenemos derecho a que dichas recaudaciones sean invertidas en las principales problemáticas de la sociedad», indicó Pernalete.
La estrategia tributaria, además de garantizar una mayor autonomía en la captación de recursos, permitiría apuntalar el financiamiento de un programa nacional para abordar la emergencia educativa, con el objetivo de enfrentar la deserción escolar y el rezago pedagógico, así como la crisis salarial de los maestros, de acuerdo con el director de la Escuela de Educación de la UCAB, Carlos Calatrava.
Las deficiencias en las más de 24.000 escuelas públicas del país, que abarcan alrededor de entre 80 y 85% del total de la educación venezolana, han abierto una enorme brecha con aquellos estudiantes que pueden optar a la educación privada.
Si bien las escuelas privadas no están exentas de los problemas relacionados con la crisis económica, política y social que atraviesa el país, están en la capacidad de ofrecer a sus estudiantes clases continuas todos los días de la semana. En el caso de las instituciones públicas, un gran porcentaje ha adoptado horarios de entre dos y tres días de clases semanales ante la imposibilidad de los docentes y alumnos para trasladarse diariamente.
Con respecto a esta brecha, Pernalete señaló que recientes estudios han demostrado parte del impacto de la poca calidad educativa actual: 85% de los estudiantes de sexto grado no comprenden lo que leen de manera adecuada; niños promovidos de primero a segundo y tercer grado sin saber leer.
«Aquí en Venezuela hay algo que se llama la promoción automática, sin embargo, para que esto funcione el maestro debe emitir un informe detallado del rendimiento del alumno para que el docente que lo reciba sepa donde están sus fallas o que el mismo docente los acompañe todos los primeros grados. Esto no está ocurriendo, por lo que el niño está pasando pero no está aprendiendo adecuadamente. También están saliendo de bachillerato sin saber comprensión lectora y habilidades matemáticas», indicó Pernalete.
La falta de comprensión lectora afecta el desarrollo de los niños en todas las áreas educativas, de acuerdo con los expertos.
Aumentar los salarios y evitar la deserción docente
Atender las necesidades de los docentes venezolanos es vital para mejorar la calidad educativa, especialmente en las escuelas públicas. «Sin maestros no hay escuela», reiteró Pernalete, quien usa esta frase continuamente para resumir la importancia que tienen los educadores en la sociedad.
Los docentes se han visto afectados principalmente por los bajos salarios. De acuerdo con una tabla salarial publicada por la revista SIC, los maestros en Venezuela tienen el sueldo más bajo de toda Latinoamérica, con poco más de 20 dólares mensuales. Chile es el Estado de la región que más paga a sus educadores, con un salario que pasa los 2.400 dólares mensuales.
«Un docente que tenga en la cabeza una preocupación porque no sabe cómo va a alimentar a su familia, no puede tener las habilidades para enseñar adecuadamente. El cerebro necesita tener un grado de paz para poder desarrollar la creatividad», agregó la investigadora del Centro de Formación e Investigación de Fé y Alegría en el eje de convivencia y ciudadanía.
Para atender esta y otras necesidades de los docentes, la UCAB propone asignar un porcentaje fijo del presupuesto nacional del sector educación a la formalización de sus necesidades y demandas, y la reactivación y mejoramiento de los servicios de previsión existentes, a través del redimensionamiento del actual Instituto de Previsión y Asistencia Social para el personal del Ministerio de Educación (Ipasme).
La precariedad de las condiciones para el cumplimiento de la labor docente ha llevado a que alrededor de 97.000 maestros migraran del país y otros 100.000 abandonaran la carrera para dedicarse a otras profesiones u oficios que les brinden mejor calidad de vida. Actualmente Venezuela cuenta con unos 400.000 educadores de educación básica y maestros, según la UCAB.
«No hay estudiantes interesados en estudiar docencia, las matriculas de las escuelas de educación han bajado, incluso en algunas universidades están cerradas. ¿Cómo se le pide a un bachiller que estudie educación si sabes que está condenado a pasar hambre?», advirtió Pernalete.
Ante esto, la Escuela de Educación de la UCAB considera necesaria la formación de 255.374 nuevos docentes para atender las deficiencias del sistema educativo.
Como medida de emergencia para recuperar el sistema educativo, recomiendan la asignación inmediata del cargo de Docente I a todos los estudiantes de la carrera de educación del país. Adicionalmente, proponen la puesta en marcha del Programa Andrés Bello, una iniciativa de certificación de competencias que implicaría el trabajo conjunto entre Estado, universidades que cuenten con la carrera de Educación, sector empresarial y comunidades, a través de la cual se ejecutarían formas innovadoras de formación de educadores.
«La propuesta también plantea la reformulación del programa de becas de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, para seguir formando profesionales con niveles académicos y de calidad internacional, mediante la revisión y adecuación de los procesos de asignación y el ajuste de los mecanismos de retorno de los becados, para asegurar el ejercicio profesional en el país», indicó la UCAB.
Pernalete agregó que también es muy importante actualizar a los docentes en el ámbito de la educación socioemocional. «En un país como el nuestro, donde los suicidios se han incrementado así como la violencia intrafamiliar es necesario educar a los alumnos para que sepan reconocer sus emociones y sepan administrarlas. Esto puede enseñarlo el docente y hacer un acompañamiento socio afectivo», explicó.
«Un niño que no se siente bien no rinde, un niño triste no puede prestar atención. Eso tiene que ver con la calidad de la educación también, no solo es manejar la comprensión lectora o matemáticas; calidad también es formar niños que sepan convivir, que sepan ser ciudadanos, que sepan de sus deberes y derechos. La ciudadanía es un elemento que tiene que promover la escuela, especialmente hoy cuando hay un déficit de ciudadanía en las calles. Para eso necesitamos maestros que estén capacitados», puntualizó.
Fortalecer la infraestructura escolar
La propuesta de la Escuela de Educación de la UCAB insiste en la urgencia de reparar, actualizar y ampliar la red de planteles educativos.
«62% de las escuelas no cuenta con iluminación apropiada, 60% no cuenta con baños operativos, el 70% no cuenta con internet, y existen deficiencias generales en la recolección de desechos para atender a los estudiantes», apunta el documento, en el que se habla de levantar 24.513 nuevos espacios educativos.
Entre las acciones a poner en práctica, a corto y mediano plazo, se encuentra la ejecución de un programa de emergencia para el mejoramiento de planta física escolar y la incorporación en estas tareas de padres y adultos significativos de comunidades aledañas.
Asimismo, destacan la dotación descentralizada de servicios públicos esenciales a los centros escolares, con la participación de las propias escuelas en este proceso, y el involucramiento de la empresa privada en la construcción de nuevos planteles, junto con el Ministerio de Educación.
Pernalete hizo un llamado a la sociedad venezolana a involucrarse en la Alianza por la Educación porque, recordó, es fundamental para la recuperación del país.
@ErikaHDelaR
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