La elección presidencial en Venezuela está cerca. Constitucionalmente corresponde hacerla en 2024. Sin embargo, el oficialismo ha insinuado que 2023 es una posibilidad. Lo seguro hasta ahora es que, como casi siempre, la oposición no luce unificada, mientras que el chavismo muestra tranquilidad y todo apunta a que Nicolás Maduro se lanzará para un tercer período.
Los adversarios del gobierno han hablado de hacer primarias en el primer trimestre de 2023, esto como mecanismo para elegir al candidato. A la propuesta le ha salido al paso Diosdado Cabello, con burlas en su programa de televisión diciendo que si las elecciones se adelantan, los opositores ni siquiera tendrán a quién presentar a la contienda.
Aunque no se ha definido fecha para esas primarias, los nombres de Juan Guaidó, María Corina Machado, Henrique Capriles, Manuel Rosales, Andrés Velásquez, Juan Pablo Guanipa, William Dávila, Carlos Prosperi, Delsa Solórzano, Carlos Ocariz, Leocenis García y Nicmer Evans figuran entre los aspirantes que quieren alcanzar la silla del Palacio de Miraflores.
Entre ellos, Guaidó (Voluntad Popular) Capriles (Primero Justicia), Prosperi (Acción Democrática) y Solórzano (Encuentro Ciudadano) han comenzado a salir de gira por el país. Unos han sido mejor recibidos que otros.
Sin embargo, la última encuesta de la firma Datanalisis posiciona a Maduro por encima de todos, aunque con un porcentaje que ronda el 20%. Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, fronterizo con Colombia, tiene una aceptación del 17%, mientras que Guaidó llega a un 9%.
Luis Vicente León, director de Datanalisis, explica que si las primarias opositoras fueran hoy, “sin que se produzcan cambios políticos, ni campañas, ni primarias ni sorpresas, hay cinco candidatos que compiten en niveles similares y son tradicionales: Rosales, María Corina, Capriles, Guaidó y Falcón. Por lo que el juego está abierto y falta mucho”.
Aunque en tiempos políticos la elección presidencial está a la vuelta de la esquina, el tiempo de los ciudadanos va por otro rumbo. La gente en la calle prefiere seguir con su cotidianidad luchando contra la inflación y las dificultades en los servicios públicos.
Aunque Maduro ha anunciado la tan anhelada recuperación económica, lo cierto es que los economistas coinciden en que solo un 12% de la población siente en gran medida ese alivio impulsado por el uso corriente de los dólares.
La gente en la calle prefiere seguir con su cotidianidad luchando contra la inflación y las dificultades en los servicios públicos. Foto: EFE/ Manaure Quintero
Guaidó, en campaña
«Las elecciones que nos deben”. Ese ha sido uno de los tantos mensajes de campaña que Guaidó ha usado desde su llegada mediática a la escena pública en 2019, haciendo referencia a que en 2018 “no hubo” elección presidencial.
El líder opositor asegura que desde ese entonces Maduro “usurpa” la presidencia, declarado así por la Asamblea Nacional de 2015, que aún preside Guaidó, al igual que el llamado gobierno interino todavía apoyado por Estados Unidos.
De otro lado, Guaidó convocó hace unos días a una movilización sorpresa hasta una de las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas para “activar” una especie de contador de los días que “le quedan a Maduro en el poder”.
Esa caminata de unas cuantas calles estaba nutrida de militantes de Voluntad Popular traídos en autobús desde varios estados venezolanos.
Cuando EL TIEMPO le preguntó si aspiraba a lanzarse a la carrera presidencial, solo dijo que continuaría trabajando hasta alcanzar la democracia en Venezuela. Sin embargo, de manera extraoficial un integrante de su equipo de trabajo le dijo a este diario que el 5 de enero es probable que el opositor anuncie su nombre a las primarias y pedirá un reemplazo para ocupar el interinato.
Lo cierto es que, al igual que el año pasado, se verán las costuras y fracturas de la oposición para ese debate de legitimidad y continuidad de Guaidó, quien se sostiene gracias a Estados Unidos.
Diálogo
Mientras esto ocurre, la complejidad de la política venezolana sigue su curso. Y es que estaría por iniciarse la mesa de negociación entre ambos sectores políticos, dejada hace un año en México y que actores internacionales han querido que se reactive. Presionado en parte por Estados Unidos, que recientemente liberó a los sobrinos de Cilia Flores. A cambio, Venezuela liberó a cinco exdirectivos de la petrolera Citgo y a un exmarine. Por fuera de ese canje quedó el barranquillero Alex Saab, que con nacionalidad venezolana es defendido por el gobierno de Maduro.
Es posible que en los próximos días se vean diálogos, negociaciones o acuerdos. Ahora que Colombia está desempeñando un papel de mediador entre Venezuela y el mundo, es posible que se aceleren procesos políticos tanto nacionales como internacionales que conduzcan a una dinamización de la política venezolana e incluso a un posible adelanto de elecciones presidenciales.
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