El fallecido presidente Hugo Chávez anunció en 2017 un plan para alcanzar la soberanía alimentaria del país, que consistía en la expropiación y control de empresas de producción y distribución de alimentos.
El gobierno en ese entonces se quedó con la administración de empresas productoras de café de referencia en el ramo como Fama de América y Café Madrid; comenzó a gestionar 11 centrales azucareras de las 17 que existían en el país, dos empresas lácteas, cuatro compañías en el área de la pesca y pasó a controlar un conjunto de fábricas con capacidad instalada para abastecer a la mitad del mercado de harina de maíz precocida.
En total, entre 2007 y 2012 el Estado tomó el control de 26 empresas en el sector de alimentos y fundó compañías de helados, sardinas y atún. Además, expropió silos, empaquetadoras, centros de acopio y 6 millones de hectáreas para asegurar la producción de arroz, carne y leche, explicó el periodista Víctor Salmerón en un artículo para Infobae.
Alejandro Gutiérrez, consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, indicó que la producción per cápita de la industria de alimentos declinó en promedio 7,3% cada año durante el período 2008-2017.
Transparencia Venezuela señaló en un estudio que las empresas expropiadas en rubros como el café y el azúcar en muy poco tiempo comenzaron a disminuir su producción.
Por ejemplo, en el caso de Fama de América, en 2009, año en que fue expropiada, produjo 18.600 toneladas de café y en 2015 solo 2.500 toneladas. Para el año 2017 los trabajadores denunciaron que 40% de los equipos estaban dañados y la producción en 2016 fue equivalente a lo que la empresa habría hecho en un mes.
En cuanto a los centrales azucareros, ya en 2016 la mayoría no estaban operativos y solo procesaron 2% de la caña de azúcar disponible.
Lealtad política como principal condición al momento de seleccionar a los gerentes, opacidad en la condición financiera de las compañías, crecimiento desproporcionado del número de trabajadores y precios controlados que no reportan rentabilidad son algunas de las causas que llevaron a estas empresas al fracaso.
“Las empresas agroindustriales públicas han tenido pérdidas económicas y la mayoría de ellas se encuentran paralizadas por falta de materia prima, equipos dañados, ausentismo laboral y fallas en el servicio eléctrico”, precisó Alejandro Gutiérrez en un análisis sobre el sistema alimentario del país.
Comer menos
La Red Agroalimentaria de Venezuela indicó que en 2019 la oferta de alimentos apenas representó 54% de las necesidades de calorías y 52% de las de proteínas.
El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas realizó un estudio, entre julio y septiembre de 2019, que determinó que 60% de los hogares redujo el tamaño de la porción de sus comidas.
El régimen de Nicolás Maduro reparte cajas de comida a precios subsidiados a las familias de menos recursos. Básicamente la ayuda consiste en harina de maíz, harina de trigo, pasta, aceite, leche en polvo, arroz, atún enlatado, azúcar y granos.
Después de 13 años de haber iniciado el plan para alcanzar la soberanía alimentaria, buena parte de los alimentos que reparte el régimen son comprados a México y Turquía.
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