El rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Arturo Peraza Celis S.J., sostuvo en el encuentro Prospectiva Venezuela-2025 Semestre I: “En la universidad estamos conscientes de la dificultad que existe en el país. Creemos que, en cada oportunidad de discusión sobre la actual situación, el horizonte debe ser la negociación como modo de salida del conflicto. Ese ha sido el posicionamiento que la universidad ha sostenido a lo largo del tiempo. Estamos claros de que la negociación como mecanismo para salir del conflicto es imperiosa, entendiendo que en estos momentos los actores fundamentales del proceso están en una situación de alto nivel de crispación”.
Según los análisis del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) Padre Francisco José Virtuoso, de la Universidad Católica Andrés Bello, para el próximo año se mantienen los escenarios de incertidumbre entre cambio o continuidad del statu quo que se anticiparon en la anterior proyección de julio, antes de las elecciones del 28 de ese mes, en esta oportunidad marcados por las expectativas frente a la fecha del 10 de enero, cuando se inicia el nuevo periodo presidencial.
Una economía frágil
El economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, afirma que “la perspectiva económica de 2025 es muy frágil”, a pesar de que 2024 ha sido el mejor de los últimos 6 años, pues se produjo una expansión del consumo, crecieron el comercio y la manufactura, así como la producción, los ingresos petroleros y la recaudación tributaria.
Tal comportamiento puede seguir con buenos resultados dentro de una economía empequeñecida, pero también se puede desplomar dependiendo de lo que ocurra en la situación política y geopolítica. “Somos un país muy dependiente de las sanciones, y estas puedan tirar la situación de un lado hacia el otro”.
Ante un posible escenario de menos crecimiento en 2025, la economía se convierte en un obstáculo para la normalización, generando una altísima incertidumbre política. La contracción económica puede llegar a 5% con reducción de ingresos en divisas de 30%, más devaluación y mayor inflación.
Sin embargo, Oliveros comentó que, aunque el entorno se muestra como un obstáculo, puede haber oportunidades. “Si se soluciona la situación política, el país puede despegar”.
Lo internacional: entre la presión y la persuasión
Según los internacionalistas Elsa Cardozo y Félix Arellano, existen factores relevantes del entorno externo que llevarían a que se materialice la voluntad de cambio expresada electoralmente en Venezuela o que prevalezca una continuidad impuesta.
Destacan el cambio del orden mundial, caracterizado por escalada de tensiones, conflictos y guerras que trastornan las prioridades, estrategias y recursos de los actores internacionales de mayor influencia. Mencionan que, en este caso, el gobierno intenta legitimarse a través de vínculos geopolíticos, para acceder a recursos, inversiones y mercado petrolero; conjugar la represión adentro con aislamiento y descalificación de escrutinios, evaluaciones y exigencias sobre derechos humanos, democracia y Estado de derecho.
Indican que, por su parte, la oposición en Venezuela intenta sostener la legitimidad y ampliar reconocimientos internacionales de su triunfo electoral, mantener y ensanchar el apoyo externo para conjugar estrategias activadoras de la disposición nacional democrática y del apoyo internacional en presión/persuasión para una transición.
Donde se concentra principalmente la expectativa es sobre Estados Unidos, fundamentalmente por los anuncios del presidente electo, Donald Trump, de aplicar mayor presión para tratar de facilitar la transición a partir de enero. Se esperan acciones fuertes para frenar la migración de venezolanos hacia Estados Unidos u otras respuestas.
Social: la esperanza de un cambio en Venezuela se mantiene
Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales (Lacso), destacó que antes de las elecciones había un rechazo al gobierno, pero no se tenía certeza de ser mayoría. Luego del 28 de julio existe desconfianza plena al no haberse aceptado el resultado real de los comicios.
En lo interno, la población siente que no puede haber mejoría social ni económica sin un cambio político, según expuso y agregó que considera asimismo que no hay salida individual en el actual contexto.
A pesar de esto, las expectativas positivas se mantienen. “Se tuvo claro el camino electoral”, pero ahora, aunque no se sabe para dónde ir, se cree factible. En todo caso, tales expectativas se centran en enero. Según Briceño León, dependiendo de lo que pase a comienzos de 2025, “se sabrá qué puertas se abren y cuáles se mantienen cerradas. Y se decidirá lo que se puede o debe hacer: protestar, presionar, adaptarse o emigrar”.
3% de venezolanos podrían migrar en 2025
De no darse un cambio político positivo en el corto plazo en Venezuela, las estimaciones más conservadoras indican que alrededor de 3,7% de la población venezolana estaría dispuesta a emigrar. Esto significaría que, aproximadamente 728.000 nacionales podrían salir del país en 2025. El dato corresponde a la actualización del estudio realizado por el Observatorio de la Diáspora Venezolana dado a conocer por Alejandro Oropeza, CEO de esa organización en Madrid – Miami – WDC – Lima.
Según ese estudio, la población venezolana asciende a 29.884.784 personas, de las cuales 20.774.784 corresponden a venezolanos residentes en el país y 9.120.000 conforman la diáspora (30,5%).
Otros aspectos interesantes de ese trabajo apuntan a que 67% de los miembros de una familia o conocidos están dispuestos a emigrar de Venezuela, y la primera razón para ello es el gobierno (76,1%), seguida por inseguridad (75,4%) y crisis económica (75%).
Prospectiva política en Venezuela
Benigno Alarcón, director del CEPyG UCAB, al exponer la Prospectiva Política recalcó que antes de la elección del 28 de julio los escenarios de este centro mostraban que había dos posibilidades frente a lo que parecía una predecible victoria electoral de la oposición: transición o conflicto. Al final se materializó el inicio de un conflicto que aún no concluye y que tiene una nueva fecha hito. “El 10 de enero está en la cabeza de todo el mundo y eso nos coloca de nuevo frente a dos escenarios: transición política negociada o una nueva escalada de las tensiones con un desenlace difícil de predecir, solo que ahora es frente a la toma de posesión”.
Indicó que, según encuestas y estudios cualitativos realizados por empresas y organizaciones de reconocido prestigio, hay consenso en la convicción de que Edmundo González ganó la elección y dos tercios de los encuestados reconocen haberle dado su voto.
Alarcón expuso que, aunque no parezca, el liderazgo opositor sigue en pie y las expectativas también. Se observa un fuerte rechazo a expresiones como “pasar la página” y se cree que González Urrutia se va a juramentar el 10 de enero.
“Hay críticas hacia la oposición porque no estaba preparada para el escenario de fraude electoral. La gente tiene fe en que el liderazgo opositor tiene un plan para el 10 de enero, pero quieren saber cuál es su rol ahora, que le bajen línea. La mayoría de los partidos políticos tiene claro que su futuro y credibilidad dependen de lo que ocurra en enero”, comentó.
Según el director del CEPyG, el desenlace que conduzca a un escenario de transición depende de la sincronización de cuatro factores: un acuerdo que permita la reducción de los costos de tolerancia a un cambio de gobierno para aquellos actores clave que contribuyen a su sostenimiento; la presión ciudadana; presión y persuasión internacional; y el retorno de la FANB y los cuerpos policiales a la posición de neutralidad institucional que les corresponde de acuerdo con la Constitución y las leyes.
Según Alarcón, de no darse tal confluencia, el escenario de autocratización e incertidumbre continua tendrá mayor probabilidad. Insistió en que pasar la página no es lo que está planteado, por lo que cualquiera de los dos escenarios sigue vigente para no solo al 10 de enero, sino también para una parte significativa del año próximo.
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