El duro testimonio que se mostrará en este texto tiene su origen en un hecho que fue reseñado por este mismo medio de comunicación el 5 de marzo de 2020. En esa ocasión, por medio del reportero Román Camacho se conoció la escabrosa historia de un sujeto que confesó haber abusado y asesinado a un niño de apenas 3 años de edad, su sobrino.
Según la confesión de Hartlin José Mora Bello, luego de acabar con la vida del niño, lanzó el cuerpo al río Guaire.
Pero, previo a esa confesión el hombre había declarado falsamente ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que su sobrino Joziel Cabanerio había sido secuestrado en Antímano.
A más de un año y seis meses de los hechos, sigue sin esclarecerse el caso, pese a la confesión; y el cuerpo del niño sigue sin aparecer. Su padre, José Cabanerio, quien se puso en contacto con El Nacional, mantiene las esperanzas de que su hijo aparezca vivo.
El falso secuestro del niño y la confesión de Mora Bello
El 3 de febrero de 2020, Mora Bello acudió acompañado de su madre a la sede del Cicpc ubicada en la avenida Urdaneta, Caracas.
Allí denunció el supuesto secuestro de Joziel, que según su relato había sucedido dos días antes, es decir, el sábado 1 de febrero en la madrugada.
El hombre relató que estaba caminando en la parroquia Antímano junto al niño cuando tres sujetos los sometieron y los subieron a un vehículo Toyota Yaris de color rojo, pero que los supuestos delincuentes lo lanzaron del carro antes de arrancar, llevándose únicamente al niño.
Solo un día después de esa denuncia, el periodista Camacho hizo una publicación por la desaparición del niño. Lo llamativo de esto radica en que los comentarios de esa publicación fueron completamente acordes con lo que pensaba en ese momento y sigue pensando José Cabaneiro, el padre de Joziel: “Ese caso está raro”, “está extraño”, “¿no será invento del tío?”, “investiguen al tío. Mosca con los pedófilos asesinos”, son algunos de los comentarios.
Y como tristemente destacó un usuario justo 30 días después -el 5 de marzo cuando se supo la confesión del tío-: “lamentablemente tenían razón”.
En esa fecha, se hizo público que Hatlin Mora echó atrás toda su historia. Admitió que lo que había dicho era una farsa y que en realidad abusó del niño, lo asfixió y lanzó su cuerpo al Guaire.
El testimonio del padre de Joziel
A continuación, se mostrará el sentido testimonio que José Cabanerio relató a El Nacional el pasado 10 de agosto (solo se agregan algunas acotaciones para facilitar la comprensión lectora).
La noticia del falso secuestro del niño
El lunes 3 de febrero de 2020, él (Hartlin Mora) dijo que el niño había sido secuestrado. Yo no supe que el niño estaba desaparecido hasta el día lunes 3 de febrero, que me enteré porque la mamá de mi hijo me mandó notas de voz.
Yo nunca supe que él estaba con el tío esos días, de saberlo habría ido como fuera a buscarlo porque yo no confiaba en ese hombre por las cosas que ya me habían contado de que era problemático.
De inmediato me dirigí a su casa en las Lomas de Urdaneta y de allí fui al Cicpc, donde me dijeron que se habían llevado a Hartlin para donde él vivía en Mamera y agarré para allá.
Yo nunca había ido para allá pero llegué preguntando, llamando a la otra hermana de él que estaba ahí. Y llegué. Ya se lo habían llevado de vuelta a la sede policial de la Urdaneta y me regresé.
De nuevo en el Cicpc me identifiqué como papá de Joziel, me interrogaron y luego me fui. A la mañana siguiente (martes, 4 de febrero) volví. Yo tenía tiempo que no veía a mi hijo. Agarré y me fui con una amistad a poner la denuncia por los medios de comunicación para que difundieran la información.
Fui al canal 8 y me dijeron que ya no podían transmitir ese tipo de información; fui a Venevisión, me dijeron lo mismo; fui a Televen y allí me prestaron el apoyo, pero me dijeron que tenía que mostrarles la denuncia, así que me devolví al Cicpc donde me entregaron el documento y regresé a entregárselo a Televen.
Televen lo difundió esa misma noche. Eso me dijeron. Yo no lo vi, yo andaba en la calle buscando al niño porque se suponía que era un secuestro.
Así fue transcurriendo ese día, mientras Hatlin se mantenía en interrogatorio pero lo soltaron. No duró ni 48 horas detenido.
Él se había presentado el lunes 3 en la zona educativa donde trabaja la mamá, diciéndole que al niño lo habían secuestrado. Ellos fueron juntos al Cicpc de la Urdaneta a victimas especiales y ahí puso la denuncia. Lo detuvieron ese día y ya el martes 4 en la noche lo soltaron.
La inspectora que llevaba el caso me dijo que lo tenían que soltar. Él estuvo presentándose todo ese mes. Yo me la pasaba yendo por mi cuenta, él iba cuando era solicitado”.
“No podía creerle nada”
Yo no le creí a él nada desde el principio porque el simple hecho de quedarse en su casa en Mamera acostado ese fin de semana era raro.
Según él, unos policías que tenían una alcabala móvil en Antímano le dijeron que esperara 48 horas y entonces él se acostó a dormir y así se quedó todo ese fin de semana.
Pero a él su hija le preguntó que donde estaba Joziel y él le contestó que estaba con su mamá, es decir, con la abuela del niño. Ya ahí estaba mintiendo.
Cuando yo me enteré de que él se quedó callado todo el fin de semana, no le creí. Y yo no confiaba en él. Él estuvo en Colombia, donde tuvo un problema y se vino. Yo sabía algo porque la mamá de mi hijo me contaba, aunque ya estábamos separados. Ella me comentaba que él tuvo un problema allá.
Y antes de eso ya él había tenido problemas aquí. Él tenía una mente dañada. Por ejemplo, era camillero en el Hospital Vargas y el director le cedió un edificio que está por el Banco de Sangre y él vivía allí y lo que hizo fue empezar a vender eso por cubículo. Cuando llegó un nuevo director al Hospital, se enteró de esa irregularidad y sacó a esa gente de ahí, y estaban molestos porque querían que él les devolviera su dinero. Y a él lo sacaron de ese hospital y lo mandaron para un ambulatorio en Mamera. Después se fue para Colombia donde duró un tiempo. Yo no tenía acercamiento con familia, pero yo me enteraba porque la mama de mi hijo me contaba.
Él se regresó para Venezuela pero no trabajaba, la mamá de su hija le mandaba dinero desde Ecuador. Yo me enteré de todo esto fue a raíz de todo lo que está pasando con mi hijo.
Con el tema del secuestro, él cambiaba las versiones de la historia. Yo no le podía creer nada. Se la pasaba diciendo que no se le ocurriría hacer nada malo porque le tenía mucho miedo al Cicpc pero yo desconfiaba porque sabía que él era problemático”.
“En realidad no sé qué pasó y mientras no haya cuerpo tengo esperanzas”
Si lo mató, si lo lanzó al Guaire, si lo enterró, no lo sé. Yo ya he preguntado a la gente que vive en las orillas del Guaire varias veces y me dicen que si hubiese lanzado el cuerpo allí hubiese tenido que flotar.
Yo viví tres meses que me ausente de la empresa, tres meses día y noche buscando a mi hijo.
A pesar de que Hatlin ya había confesado lo que confesó, yo buscaba a mi hijo con esperanza. Y lo sigo buscando. No es que lo busque esos tres meses y lo dejé así. No. Yo lo sigo buscando. Yo salgo a la calle, salgo a trabajar y en el camino voy viendo, después de que termino de trabajar, voy al parque a buscar; por donde voy caminando voy observando porque tengo esperanzas.
¿Por qué lo hago? Porque mientras que no consiga el cuerpo yo tengo esperanzas de que esté vivo”.
“Pero si no hayan el cuerpo del niño, ese monstruo puede quedar libre”
Pero yo hace unas semanas a la fiscalía 109, de donde me mandaron a fiscalía 113 y 115 porque no aparecía el expediente. Eso fue un día lunes, reclamé que cómo era posible que ya pasó un año y tres meses y no consiguen el expediente. Les dije que volvería el viernes.
Ese viernes hablé con el asistente del fiscal. Me dio un papelito para que fuera a tribunales a buscar la numeración del expediente. Fui la siguiente semana porque ya era fin de semana. La supervisora del tribunal no me dejaba pasar. Llame a la fiscal, que se acercó hasta el lugar y ahí si nos dejaron pasar. Estando en el pasillo esperando para que nos atendieran ella me dijo que si no había cuerpo van a soltar a ese monstruo.
Eso me pego demasiado, de verdad, me descompuse, se me disparó la tensión, tuve una reacción en un ojo.No lo podía creer ¿Cómo van a soltar a ese monstruo? Si lo sueltan lo que va es a hacer más daño, hacerle daño a más niños, que Dios los cuide. Ya esa es una mente macabra. Lo sueltan y lo que va a hacer es más daño. Si manipuló al Cicpc con sus falsas declaraciones y manipulaciones, imagínese en la calle como va a manipular a la gente”.
“Un año y medio luchando solo”
Después de que Hatlin había confesado, un funcionario me enseñó el shortcito marrón con el que el niño sale en una de las fotos. Tenía excremento y semen. Esa evidencia la tienen ellos.
Más allá de eso, nunca se me mostró nada. Yo no puedo saber a ciencia cierta qué pasó. Yo voy a la comisaría de Propatria donde se supone que tienen detenido a Hatlin y no me permiten saber si él está ahí o no. Me dicen que debo ir a hablar con Douglas Rico para poder darme esa información.
Él tiene dos abogados privados. Yo no entiendo de dónde ellos sacan dinero para ponerle dos abogados si él ni siquiera trabajaba ya. No tengo un abogado yo que lo que vivo es de una quincena. No tengo cómo pagar un abogado. Si yo fuera un tipo adinerado yo ya hubiese hecho todo por resolver este caso, pero como no tengo dinero, soy una persona humilde, no he recibido ayuda de nadie. Yo tengo un año y seis meses luchando solo.
Yo no tengo paz, no tengo tranquilidad. ¿A dónde voy yo a llevarle un juguete a Joziel? Aquí tengo las pelotas que le he comprado, que a él le gustan mucho las pelotas. ¿A dónde se las llevo? No se las voy a lanzar al Guaire. Claro que no.
Yo quiero la verdad, yo solo quiero conocer la verdad y no voy a descansar hasta encontrarla”.