Las medidas excepcionales dictadas por el Estado en medio de la pandemia del covid-19 han implicado graves limitaciones, arbitrarias y desproporcionadas, al ejercicio de derechos como el acceso a servicios de salud, alimentación adecuada, educación, libre tránsito, información, entre otros, cuyas consecuencias se ven reflejadas en una evidente desmejora en la calidad de vida.
Así lo destaca la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia en su último informe relativo a la situación de derechos humanos en la región.
Codhez apunta que el pasado 12 de mayo el Ejecutivo nacional dictó el decreto número 4.198 que ha extendido por 30 días el estado de alarma establecido desde el 13 de marzo. Esto implica la segunda prórroga de este tipo de estado de excepción, pese a que la regulación prevista en el artículo 338 de la Constitución solo permite una única prórroga por 30 días.
Durante mayo la restricción a la circulación y la medida de confinamiento se mantuvieron vigentes, tanto mediante el decreto nacional como en el caso de Maracaibo, con el decreto número 0036-2020. Esta situación, ante la prohibición de suministro de gasolina para los particulares, afectó de forma agravada a las personas con enfermedades crónicas que requieren de sucesivos tratamientos para conservar su salud. Estas personas se han visto perjudicadas durante la cuarentena por la imposibilidad de traslados hacia los centros de salud especializados.
Panorama de la pandemia en el Zulia
El aumento de covid-19 en el Zulia trajo como consecuencia que a partir del 30 de mayo se declarara la emergencia sanitaria en toda la región, anunciando que se realizarían pruebas rápidas de despistaje en todas las parroquias de Maracaibo. A partir de ese día, el número de casos positivos en la entidad ha ido en aumento. La mayoría de los contagios se relaciona con el Mercado Las Pulgas como foco de contagio.
De los hechos reportados en mayo, destacan las denuncias de personal médico en el Hospital Universitario de Maracaibo que exigen implementos de bioseguridad para protegerse del contagio por covid-19. Desde el mes pasado existen reportes de médicos residentes que habrían dado positivos en las pruebas.
Además, Codhez apunta que familiares de las personas aisladas en el Hospital Universitario de Maracaibo han reiterado denuncias sobre la escasez de agua potable en ese centro hospitalario. Esto a pesar de que la buena higiene y saneamiento es la principal medida preventiva para prevenir la enfermedad.
Asimismo, los familiares de los pacientes denuncian que han requerido permiso para el ingreso de alimentos y otros productos de primera necesidad, pues, según su testimonio, el hospital carece de insumos suficientes para la alimentación adecuada, debida atención y recuperación de esas personas.
Arbitrariedad y detenciones
Codhez informa que en mayo se han producido varios casos de detenciones por parte de los órganos de seguridad ciudadana sin la existencia de una orden judicial previa.
En Ciudad Ojeda, destaca la detención de una persona el 30 de abril por «incumplimiento de las medidas sanitarias del decreto de estado de alarma». Y la publicación en sus redes sociales de denuncias por escasez de agua potable por más de 30 días en el municipio. Esta detención fue realizada sin orden de aprehensión en su contra. Al día siguiente, la persona fue puesta en libertad después de que el Ministerio Público no precalificara ningún delito.
Servicios domiciliarios sin soluciones
Durante mayo, en el Zulia se intensificaron los racionamientos eléctricos hasta dos veces por día. En una época caracterizada por un clima caluroso y muy húmedo, el confinamiento ha obligado a permanecer en casa sin las mínimas condiciones de bienestar. Codhez reportó que algunos sectores solo contaban con electricidad de 4 a 6 horas al día, con racionamientos que podían extenderse por 14 horas continuas.
La escasez de agua potable en la región sigue siendo una constante. Las medidas implementadas por las autoridades gubernamentales son coyunturales e improvisadas. Desde Codhez se advierte que no reflejan el resultado de una política pública consistente, sostenible y sustentable.
Tal es el caso de la entrega de 18 cisternas para la distribución del agua en la región zuliana. De acuerdo con el plan de suministro en esta modalidad los camiones llegarán a un punto principal en los sectores; luego sus habitantes repartan el agua casa por casa. Para la organización, esta solución no atiende el foco del problema. La regularización del agua potable por medio de tuberías que llegue a los hogares de forma permanente y asequible es lo normal.
Un nivel de vida adecuado
Para Codhez, la actual realidad de los zulianos denota una evidente vulneración al derecho a un nivel de vida adecuado. La rutina de las personas que habitan esta región se caracteriza por un cúmulo de carencias y precariedades. Esto ante la desatención de parte de las autoridades competentes quienes se limitan a dictar medidas coyunturales, insostenibles en el tiempo, y que no dan respuesta oportuna a las diversas necesidades.
La organización advierte que el desconocimiento a los derechos humanos de los zulianos cada día se hace más grave y evidente. Para Codhez, mientras persistan las precarias condiciones entre otras razones, por el deficiente funcionamiento de los servicios básicos, es imposible la realización de cualquier derecho. El Estado será el principal responsable tanto de la persistencia de esas condiciones como quien debe atender su inmediata resolución y mejoramiento.
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